Capitulo 19

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Mi pecho se vuelve a acelerar más con sus palabras latentes en mi cabeza, sabe lo que dice y ciertamente tiene razón, quiero esto tanto o más que él.

Es algo a lo que no me puedo resistir.

Algo mucho más grande incluso que yo misma

Deseo que vuelva a hacerme suya.

Inhalo profundamente su aroma tratando de impregnar me de eso que tanto anhelaba oler, sigue utilizando el mismo perfume, ese que sabe de memoria que me hacía enloquecer y en la actualidad sigue teniendo el mismo efecto que al inicio.

Cierto los ojos por unos segundos perdiendo me en el aroma que se mezcla perfectamente con el.

¿Suena raro que piense que ese aroma lo describe perfecto?

Un hombre seguro, elegante, y jodidamente perfecto.

—No te rindas tan rápido amor.—

¿Queee?

Eso me hace despertar de mi letargo, tanto así que lo empujo para que se aleje y su mirada de confusión es la que me mira esperando una explicación.

—¡Ja!—Suelto una pequeña risa sarcástica.—No me puedo creer que hayas dicho eso.—Niego antes de irme dejándolo solo con la palabra en la boca.—

Entro en mi habitación cerrando la puerta de un portazo fuerte, Tiffany sigue atiborrandose de helado.

—¿Así de mal estuvo?—Me pregunta pero ignoro su pregunta comenzando a dar vueltas por la habitación.—

—¿Rápido? ¿Qué no me rinda rápido? No sabe por toda la jodida mierda que tuve que pasar el muy cabron para que me venga con esta mierda.—

—¡Wow relájate mujer, te dará un ataque!—

—¡No me jodas! Sabes por todo lo que pase, incluso intenté quitarme la maldita vida y todavía el muy estúpido me dice que me estoy rindiendo demasiado rápido.—Nisiquiera me importa el tono de voz que estoy utilizando.—

—¡Te calmas!—Me grita.—

Eso hace que me regrese la cordura que no sabia que tenia, mi corazón sigue martillando mi pecho tan fuerte que incluso me acelera.

La cabeza me palpita un poco también y caigo en cuenta de la tormenta que acabo de hacer.

Tengo que estar de psiquiatra.

—¡Bien!—Resopla.—Ahora que el modo cabra loca se te pasó, ue tal si me dices que pasó a ver si me dan ganas de cortarle las bolas al rey de los idiotas que es mi cuñado.—

—No es tu cuñado.—Ruedo los ojos y cruzo los brazos sobre mi pecho.—

—Si lo es, ¿tan fea estuvo la cosa?—

Asiento comenzando a contarle la conversación.

Al recordarlo la sensación que tuve al tenerlo tan cerca regresa causando que mi piel se ponga de gallina, y su toque sigue tan latente en mi piel como un tatuaje, tanto que siento como si su veneno adictivo aún me estuviera quemando.

Un agudo suspiro sale al sentir ese calor en mi piel, que, a pesar de que me quema, no me molesta.

Aless es fuego.

Y yo...

Soy esa leña que siempre arde bajo su toque.

Somos el y yo, consumiendonos en ese fuego ardiente que solo nosotros dos sabemos encender.

Creo que estos cinco años lejos de el solo me han servido para aumentar mi deseo.

—Te das cuenta de que el al no saber que paso cuando lo dejaste es normal que reaccione así?—Me dice Tiff.—

Amarte Otra Vez [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora