Capitulo 10

131 12 0
                                        

Me siento la más cobarde de entre las cobardes, al evitar cualquier contacto con mi esposo cuando no hace ni dos días follamos durante toda la noche.

Y la verdad no me arrepiento.

Pero es algo que no puede volver a ocurrir entre el y yo.

¿Por qué?

Pues porque ya no estamos juntos y no volververemos a estarlo, el pasado es algo es algo que no se olvida y es mejor que nos quedemos así como estamos.

Siendo amigos.

Ya hasta me estoy arrepintiendo de querer contarle el verdadero motivo que me llevó al extremo de tener que abandonarlo.

Tal vez, nisiquiera merezca que le diga lo que me hicieron a sus espaldas.

Quizás si nuestra relación no se hubiera estancado, si el no me hubiera remplazado por su trabajo, si no nos hubiéramos convertido en extraños en la cama.

En extraños que se odian con amor.

Si hubiéramos permanecido juntos, si me hubiera cuidado y puesto más atención, tal vez hubiera estado ahí cuando más lo necesite y muchas cosas se pudieron haber evitado.

La carga de todo esto es muy pesada.

Incluso para alguien como yo.

Si, tengo poder, riquezas, pero eso no me protege del dolor.

Ésta vida es difícil.

Tal vez algún día tenga el valor de contarle la verdad, que no se si se merezca o no.

Quizás desate un infierno cuando se entere y más de uno arderá en sus llamas.

Pero ahora no.

No estoy lista para revelar esa parte tan..Jodidamente oscura y perversa de mi.

Y lo peor, es que no se si algún día lo esté.

•.:°❀×═════════×❀°:.•

Comer definitivamente me levanto el animo de formas muy positivas.

Estoy a punto de llevarme otro gran bocado a la boca pero la risa de Alessandro me interrumpe, lo que me hace fulminarlo de la mirada.

—¿Qué?—Especto.—

—Sigo sin entender dónde te cabe tanta comida.—

—¿Sigues con eso?—

—Ok, ya paro.—

—Mejor, que así no dejas comer. Más bien, has algo productivo y pídeme un postre.—

—¿Y qué me das a cambio?—

—Mmm, si lo haces, quizás te deje ver como me masturbo.—

—¿En serio?—

No disimula su expresión de alegría ante mis palabras.

—No, maldito degenerado, ¡Pideme postre!—

Gruño y sigo comiendo, chupo mis dedos saboreando el sabor de la salsa en ellos, Alessandro rueda los ojos.

—No tienes remedio.—

Llama al camarero y mientras lo espera revisa la carta en la parte de los postres.

—Diga, señor.—

—Quiero una buena porción de pastel de chocolate blanco y agréguele crema batida de vainilla.—

Dejo de comer lo último que me quedaba al escuchar el pedido que Alessandro ha hecho para mí y puedo jurar que mis ojos brillan ante la delicia que ha nombrado, el camarero toma nota y se va.

Amarte Otra Vez [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora