Capitulo 9

147 12 0
                                        

Le habíamos entregado al Don alemán papeles que respaldaban nuestras palabras mientras no parábamos de explicar la propuesta que teníamos, he de decir que este hombre se mantuvo con una expresión de neutralidad seca.

Pero afortunadamente no perdimos la compostura, ni la seguridad en nuestras palabras.

Después de terminar estuvo un rato haciéndonos algunas preguntas para luego quedar en un tortuoso silencio.

—¡Bien!—Se aclara la garganta el alemán.—He de decir que acepte reunirnos después de tantos intentos para ver que tanto me beneficiaria algún trato con ustedes y francamente me ha desconcertado el hecho de que todo lo que me han explicado hasta ahora, me demuestra que si nos aliamos todo serán beneficios y ganancias para ambos, lo que si se me hace extraño es el hecho de que no me hayan presentado una propuesta más beneficiosa para ustedes que para nosotros.—

—Realmente.—Intervengo.—Don, creo que no se ha dado cuenta lo que realmente queremos.—Sonrío.—Si de algo no carecemos es de inteligencia, mucho menos de dinero, asique, más que beneficiarnos mas que ustedes, queremos su lealtad para con la Bratva.—

—Entiendo.—Dice él.—Más, la lealtad tendría que ser recíproca...—

—Por supuesto, he de destacar que nos gusta hacer negocios con personas que nos son leales y por supuesto, la lealtad sería recíproca.—Dice mi esposo.—

—Perfecto, si estamos de acuerdo entonces, podremos firmar el contrato el unos días.—

Dice nuevamente el Alemán queriendo demostrar que es quien agarra el toro por los cuernos, es decir, quien lleva el control de la reunión t posiblemente quiera controlar toda la asociación a su antojo.

Cosa que no dejaré que pase, nosotros tenemos el control, y en todo caso, una asociación es de dos.

Puede que hayamos firmado un convenio beneficiario, pero algo era más que seguro.

Ninguno de nosotros confiaba en el otro.

•.:°❀×═════════×❀°:.•

Preferimos quedarnos en un hotel antes que en ese palacio en el que entre nosotros, abunda la desconfianza y tensión evidente.

Y como si esto se tratara de una de esas novelas románticas y cursis en el hotel, solo había una habitación disponible.

¿Lo bueno?

Es que es una habitación VIP para recién casados.

¿Lo malo?

Tal parece que tendremos que compartir habitación.

La verdad, creí que había superado a ese hombre, pero dado los últimos acontecimientos que me han traído un maremoto de sentimientos que creía perdidos.

Que contradicción.

Siempre he sabido que nunca podría olvidar a Alessandro.

Ese hombre me marcó, pero no físicamente.

Su amor me marcó hasta lo más profundo en mi.

Aunque no estemos juntos, aunque pases los años, es más, aunque nos demos una oportunidad con alguien más.

Hay una cosa que nunca va a cambiar.

Yo, siempre seré suya.

Y él, siempre será mio.

Unidos eternamente por un lazo irrompible.

—¿Laura, has visto mi teléfono?—

Su conocida voz me saca de esos pensamientos que a veces se me es imposible ignorar, haciendo que me de la vuelta para encontrármelo recién salido de la ducha con una toalla envuelta alrededor de su cintura cubriendo sus partes más íntimas, mientras que su pecho está completamente desnudo garantizandome una perfecta vista de sus músculos fornidos desde mi posición.

Amarte Otra Vez [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora