25

1.3K 76 1
                                    

Desperté con el ruido de mis compañeras de habitación, estaban haciendo las maletas y como quedaba poco tiempo estaban corriendo por todos lados

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Desperté con el ruido de mis compañeras de habitación, estaban haciendo las maletas y como quedaba poco tiempo estaban corriendo por todos lados. Como ya tenia todas mis cosas listas solamente me levanté y cambie mi ropa.

Cuando ya estaba lista bajé con las maletas a duras penas.

—Gracias por la ayuda, no se hubieran molestado— dije sarcástica cuando llegué a la sala común.

—No se porque nos agradeces, pero de nada amiga mía— dijo Blaise, de verdad era un idiota.

—¿Naciste ayer, negro?— preguntó Reg.

—No ¿Es obvio, no?— respondió ingenuo.

—Olvidalo Blaise— dije y el solo sonrío.

Idiota o no, igual lo quiero.

Sali de la sala común en busca del rubio, me iba con el asi que debo saber donde estaba, caminé con las maletas hacia todos lados, no lo encontraba en ninguna parte. Luego de un tiempo me agoté, las maletas no estaban para nada livianas. Me senté en un escalón esperando a ver si el rubio aparecía.

—¿Me puedo sentar a tu lado, Waves?— miré hacia arriba y asentí.

Theo se sento a mi lado apoyando su cabeza en mi hombro.

—Supongo que tendré que visitar la mansión Malfoy más de una vez este verano— dijo riendo.

—Puede ser— respondí —Aunque lo mejor seria que nos encontraramos fuera de la vista de los seguidores de mi padre, si el se entera esto se acabo— acaricié su cabeza suavemente.

Thei suspiró, agarro mi mano y cerro sus ojos.

—Por estar cerca de ti voy al fin del mundo— yo solo reí.

—Despertaste cariñoso— el se levantó ofendido.

—Yo siempre soy asi, no me ofendas—

Rodeé los ojos y le dedique una sonrisa, sujeté su cuello entre mis brazos y lo besé dulcemente.

Yo lo besé tranquilamente, pero Theo lo transformó en algo más sensual. Mordia mi labio para que yo le permitiera profundizar el beso. Lentamente bajo por mi cuello hasta mi hombro, bajando la camiseta que llevaba, subia sus manos por mi espalda y yo estaba inmóvil.

El calor que emanaban sus manos era impresionante, con cada toque sentia como sus manos quemaban.

—Theo...— dije suspirando —Detente—

Pero no escucho, es seguía en lo suyo.

—Theo alguien puede vernos— dije alejándolo y arreglando mi ropa.

—Tienes suerte de que seguimos aqui— dijo sonriendo.

—¿Tengo suerte?— pregunté levantando la ceja.

𝐃𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫𝐨𝐮𝐬 𝐥𝐨𝐯𝐞 (𝑻𝒉𝒆𝒐𝒅𝒐𝒓𝒆 𝑵𝒐𝒕𝒕)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora