DÍAS DORADOS

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Me levanté temprano en la mañana y salí a correr una hora mientras Zach y los niños dormían, después fui a la cafetería favorita de Zach y los niños y pedí algunos cafés para nosotros y chocolate caliente para los más pequeños, unos muffins y unas donas.

Caminé por las calles mirando algunos aparadores cuando un claxon resuena a mi lado, al mirar con molestia al causante lista para gritarle pude ver que era Owen muerto de la risa por el susto que me sacó.

— Eres un idiota, Grady — dije entre dientes.

— Ya, calma, fue una inocente broma — dijo con una sonrisa.

— Si, claro — rodé los ojos y suspiré — ¿cómo estás dulce hermanito que no es un hijo de puta? — sonreí.

— Mejor, se ve que realmente lo intentaste — habló con sarcasmo — pues estamos bien, Maisie y Clair están en casa, vamos a preparar alitas y te iba a llamar más tarde para que nos acompañen pero aprovechando que estás aquí te lo digo, pero sube al auto y te llevo a casa, en el camino hablaremos de eso — asentí y subí en el asiento del copiloto metiendo con cuidado las bebidas para que Owen las tomara y después me metí yo colocándome el cinturón de seguridad.

— ¿Entonces? — preguntó Owen después de que me acomodé de manera correcta y tomando las bebidas de nuevo.

— Oh... sí, claro que iremos, ¿necesitan que llevemos algo? — pregunté mientras Owen comenzaba a conducir de nuevo.

— ¿Podrías preparar puré de papa? — preguntó él — Claire no quiso prepararlo y me encanta como lo preparas — dijo con una sonrisa.

— Claro — reí — ¿algo más? — seguí cuestionando.

— Dile a Zach que prepare boneless — sonrió emocionado — los de mango habanero que él hace son la cosa más deliciosa que probé en mi vida — dijo y puedo jurar que después tragó mucha saliva.

— Okay, eso llevaremos... ¿a qué hora debemos estar ahí? — le pregunté y miré el reloj del tablero del auto viendo que eran las 8:30.

— Pueden llegar a las 5:30 creo que a esa hora ya estará casi todo listo pero te envío mensaje por si tienen que llegar más tarde —

— Está bien — seguimos conversando en el camino hasta llegar a casa donde me despedí y me ayudó a bajar las bebidas para después retirarse, ofrecí que desayunara con nosotros pero se negó ya que había desayunado en casa y Claire lo mataría si su nivel de azúcar se elevaba.

Entré a casa y dejé los panecillos y donas en la mesa junto a las bebidas calientes, mientras sacaba un plato para los panecillos y demás sentí las manos de Zach en mi cintura.

— ¿Por qué no me despertaste para ir a correr juntos? — preguntó ocultando su cara en mi cuello haciendo que su ligera barba me picara y riera.

— Primero, rasúrate, segundo, te veías tan tranquilo dormido y se que te cuesta mucho despertarte tan temprano así — expliqué y me di la vuelta para estar frente a él — pero podemos hacer ejercicio juntos — le ofrecí.

— No, ya me dio flojera, mejor dime qué trajiste para desayunar — sonrió y se acercó a la bolsa para meter la mano y sacar un muffin de moras.

Me ayudó a acomodar después de que evité que le pegara un mordisco a todo lo que traje y fue a despertar a los niños, después de un rato oí pequeños gritos y risas de ambos cuartos y cuando volvió a aparecer tenía a Liam en su hombro y a Jeremy sujetado de cabeza y tomándolo del tobillo mientras ambos niños reían.

Después dejó con cuidado a Jeremy en el sillón. y bajó a Liam los cuales corrieron a saludarme entre abrazos y besos hasta que olieron el dulce chocolate y se sentaron en la mesa tomando cada uno su muffin y la mitad de una dona, Zach y yo los acompañamos y en ese momento hablé.

ONLY YOU III | ZACH MITCHELL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora