☽ Desconexión ☽

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Varias horas atrás...

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Dogday miraba a su alrededor mientras alzaba ligeramente sus orejas tratando de agudizar su audición, pero cuando no escuchó nada se sintió sumamente frustrado. Se encontraba en uno de los pasillos dentro de la Oficina del Consejero, junto con Bubba y Kickin, quienes revisaban las habitaciones adyacentes.

Ya habían buscado por un buen rato en todas las zonas de la Guardería, pero no había ningún rastro del exempleado.

— Parece que tampoco está aquí. –Sentenció desanimado, bajando sus orejas con desgano.

— Cada vez mi teoría de que se lo tragó la tierra toma más fuerza. –Exclamó Kickin. Su voz se escuchaba algo lejana al estar dentro de una de las oficinas del lugar, chismeando algunos documentos que estaban dentro de los archivadores– A todo esto, ¿por qué te preocupa tanto? Entiendo que él nos pueda ser de gran ayuda para vencer al prototipo y todo ese cuento, pero siento que esto ya es excesivo, llevamos buscando por horas.

— Solo quiero asegurarme de que esté bien. –Mencionó Dogday, encogiéndose de hombros.

— Eso es evidente, no por algo lo estamos buscando, la cosa aquí es, ¿por qué? –Volvió a insistir Kickin realmente intrigado. Dogday podía escuchar perfectamente cómo el pollo aún hurgaba la oficina, abriendo y cerrando gavetas.

— Yo, realmente no lo sé, me preocupa que pudiese estar herido. No sabemos absolutamente nada de lo que le pasó después de que escapara. Y esos rugidos que escuchamos me tienen muy inquieto. –El canino empezó a juguetear con la correa de su muñeca ansiosamente– Pudo haberle pasado de todo y podría estar necesitando nuestra ayuda.

Dijo esto de forma distante, mirando a la nada pensativo, lo que hizo que Bubba lo observara con duda una vez salió de la habitación que revisaba. Por alguna razón, sentía que esa preocupación que sentía el perro por el extrabajador no venía de la nada.

— ¿Lo conocías? –Preguntó el elefante, a la vez que acomodaba un archivador que estaba tirado en el suelo del pasillo, al simplemente estar estorbando en su camino.

Antes de que Dogday pudiera responder, Kickin interrumpió, metiéndose ligeramente en la conversación al salir finalmente de la oficina.

— Ya que se lo preguntas, me di cuenta de que todo el mundo parece conocerlo, ¿cómo es eso posible? Yo no tengo ni la más mínima idea de quién es ese hombre ni como se llama, pero por alguna razón todos en la fábrica sí, no entiendo...... ¿Él tendrá un nombre? Nunca lo había pensado hasta ahora... ¿Y de qué tiene cara?

Dogday miró a Bubba, dejando a Kickin con su monólogo, quien había empezado a divagar nombrando varios nombres al azar para ver cuál de todos, según él, le quedaba mejor al hombre que estaban buscando.

— Eh, no te mentiré, sí se me hace algo familiar. –Sé sincero Dogday mirando al elefante de reojo– Pero aún no sé de dónde. Es extraño... De hecho, quería aclarar eso con él.

— Y por eso quieres encontrarlo tan desesperadamente, ¿no? –Concluyó el elefante, sintiendo que comprendía más la situación del de collar de sol.

— Oh, no, no, eso no tiene nada que ver. –Se apresuró en aclarar.

— ¿Entonces? –Bubba lo miró, ya confundido hasta ese punto, recargándose en la pared del pasillo para descansar.

—  Realmente me preocupa. –Comenzó a decir el perro– Siento que es injusto que esté pasando por todo esto. Prácticamente le están poniendo mucha presión, dejándole todo este asunto como si fuera su responsabilidad, confiando en que acabará con el prototipo...