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Realmente no esperaba que apareciera así de repente. Me tomó totalmente desprevenida.

Bubba y Dogday intercambiaron miradas. Aunque la revelación de que Huggy la hubiera atacado no era sorprendente en sí misma, lo que realmente los intrigaba era el simple hecho de que ahora ambos estuvieran juntos conviviendo de lo más tranquilos, por lo que esperaron pacientemente a que Kissy continuará.

Por eso rompí la palanca de la puerta. Mi intención era evitar que Huggy lastimara a Poppy o al trabajador, incluso si eso significaba retenerlo conmigo. –Explicó, tomando aire profundamente mientras recordaba los eventos.

¿Cómo lograste que dejara de atacarte? –Preguntó Dogday, frunciendo el ceño con curiosidad.

Yo... Lo llame por su nombre... –Miró a un lado con inquietud– Ya me entenderán a cuál me refiero.

Dijo de forma incómoda. Era casi un tabú entre los experimentos hablar de sus antiguos nombres como si siguieran siendo suyos. Representaban una identidad pasada, una vida y humanidad que ya no les pertenecía y que se les habían sido arrebatadas hacía mucho tiempo. Usar esos nombres evocaba recuerdos dolorosos por lo que muchos preferían evitar mencionarlos o siquiera recordarlos.

Hacer eso fue como... –Continuó dando una pequeña pausa tratando de encontrar las palabras– Como si lo hubiera despertado de algún tipo de trance. De repente se veía desorientado; su agresividad desapareció de golpe, y lo que vi en sus ojos fue pura confusión y miedo.

Dogday abrió los ojos con sorpresa al relacionar lo que les estaba contando Kissy casi en su totalidad con lo que les había pasado con Catnap. El gato había actuado casi de la misma manera que lo había hecho Huggy; confundido y desorientado, como si lo hubieran despertado de un profundo y largo sueño.

Algo en su estómago se revolvió al recordar la mirada llena de miedo y angustia que tenía el felino en ese momento, mirado a su alrededor como si lo viera por primera vez en mucho tiempo, sin comprender para nada lo que estaba pasando.

Miró a Bubba, esperando no haber sido el único en notar la similitud entre ambas situaciones. Bubba tenía el ceño fruncido, su gesto severo reflejando la seriedad de sus pensamientos. Parecía que también estaba haciendo la misma conexión, su mente probablemente giraría en torno a las implicaciones de lo que podría significar aquello.

Después de eso, simplemente comenzó a disculparse una y otra y otra vez, como si de pronto fuera totalmente consciente de todo lo que había hecho. –Kissy miró hacia el suelo, recordando la intensidad del momento– Huyó de mí cuando intenté acercarme, pero al final logré alcanzarlo y lo convencí de que se quedara conmigo al no sentirme capaz de dejarlo solo. Luego de eso bajamos hasta esta zona.

¿Cómo llegaron aquí? –Preguntó Bubba, entrecerrando los ojos intentando imaginar el recorrido.

Por los conductos de ventilación. –Se balanceo ligeramente mientras se abrazaba a sí misma con algo de malestar, como si aún pudiera sentir la claustrofobia de los estrechos y laberínticos túneles– Fue bastante incómodo y complejo, muchas veces tuvimos que salir de ellos y meternos a otros conductos, pero logramos llegar acá a una parte algo... bastante alejada de aquí.

Oh... No tenía idea de que se podía llegar hasta aquí por los conductos. –Comentó ligeramente sorprendido– Bueno Bubba, ya tenemos otra forma de devolvernos.

Dijo con burla contenida.

Te devolverás tu solo por ahí. –Bubba rodó los ojos, hablando con la misma burla en su voz, negando con su cabeza al escuchar pequeñas risas provenientes del perro.

☽ Desconexión ☽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora