24. Fuera de zona.

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Actualizacion 1/2


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Yixing observó el vecindario de clase alta a través de su ventana y no tardó en empezar a sentirse un poco fuera de lugar. Sabía bien que ellos pertenecían a mundos distintos, aunque últimamente había estado intentando ignorarlo.

Junmyeon se estacionó fuera de una casa con los muros llenos de enredaderas y apagó el auto dándole una mirada expectante a Yixing que se encontraba misteriosamente silencioso.

—Vamos, intentaré no tardar.

Yixing asintió, ambos se bajaron del auto y entraron por la puerta hacia el jardín delantero en donde un árbol mediano de hojas blancuzcas y flores moradas llenaba de vida el jardín casi desierto. A su derecha había una enorme cochera en la que cabían al menos tres autos.

Junmyeon abrió la puerta principal y lo invitó a pasar. La estancia era enorme y sus pisadas hicieron ecos que rebotaron por todo el lugar vacío excepto por algunas cajas dispuestas sin ningún orden en un rincón de la sala de estar.

—La casa no es mía y aún no sé cuánto tiempo pueda quedarme —Junmyeon anunció y continuó hasta su habitación.

Ahí se encontraba el único mueble que Junmyeon había comprado al mudarse: una cama. Fue directo al armario y tomó uno de los trajes que tenía ahí para ponerlo en la cama, también sacó un par de zapatos, el resto de prendas que necesitaba y finalmente una toalla.

—No me tardo —anunció—. Si quieres puedes ver el resto de la casa... o acostarte un rato.

Yixing asintió y se sentó en la cama a esperar. No se sentía cómodo husmeando por ahí, además esa era la cama de Junmyeon. Abrazó una de las almohadas y aspiró su fragancia. El mueble era nuevo, Yixing podía percibir el olor de fábrica, pero las sábanas y las almohadas ya le habían robado a Junmyeon un poco de su esencia. Yixing se acurrucó en la cama y cerró sus ojos mientras el aroma lo invadía y su mente fantaseaba con una idea maravillosa.

Yixing estaba a medio camino entre la realidad y fantasías, posiblemente más dormido que despierto, cuando unos labios se presionaron sobre su boca y lo regresaron a la realidad.

—Tenemos que irnos ya —Junmyeon murmuró.

Yixing abrió sus ojos y frunció el entrecejo, Junmyeon estaba completamente vestido con su elegante traje. Tiró de su corbata y lo acercó a sus labios de nuevo.

Junmeyon sonrió sobre sus labios. Qué dichoso se sentía de tener a alguien que lo deseara en realidad, alguien a quien le importara, alguien que lo extrañara al marcharse y que lo esperara con ansias al volver.

—Qué bien hueles —Yixing musitó y le mordió el labio superior.

Junmyeon jadeó y supo que si lo dejaba continuar el asunto se les saldría de las manos.

—Suéltame.

Yixing sonrió y lo soltó, pero también lo empujó hacia la cama y se alzó sobre él.

Junmyeon levantó una mano y le acarició una mejilla suavemente. Observó sus ojos brillantes, siempre encendidos por el fuego de alguna pasión, y suspiró. Qué excitante era tenerlo en su cama e imaginar todo lo que podrían hacer en ella.

Yixing se humedeció los labios con la punta de su lengua.

—Deja de provocarme —Junmyeon murmuró.

Yixing sonrió de costado y su mirada se encendió aún más.

—No estoy haciendo nada.


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