—Por favor, no te detengas ahora.
—No voy a hacerlo —Junmyeon musitó sobre su oído y separó sus piernas un poco más para acomodarse entre ellas—. He estado deseándote tanto...
Yixing sintió su aliento, sus labios y luego su lengua recorrerle la base del cuello y su cuerpo entero vibró, como si cobrara vida de una forma nueva, desconocida y muy excitante.
Junmyeon restregó su erección contra la pelvis de Yixing y aplastó sus labios con un beso brusco que le sonsacó un suave quejido. Tenerlo así era tan estimulante, a Junmyeon le maravillaba la forma en que su cuerpo reaccionaba a Yixing. La rapidez con que la sangre viajaba al sur y la temperatura de su cuerpo subía. No sabía por qué con él todo era distinto, por qué lo deseaba tanto, por qué todo su ser suplicaba por un poco de contacto, por tenerlo en la intimidad. Y ahora lo tenía. Una victoriosa sonrisa se formó en sus labios, exhaló pesadamente y volvió a besarlo.
Qué intensidad. A Yixing ya le costaba respirar. La lengua de Junmyeon se coló dentro de su boca y recorrió la suya, invitándola a participar. Yixing gimió, también sentía sus manos acariciándolo descaradamente.
Inesperadamente, Junmyeon se alejó de Yixing. Tomó las almohadas y las acomodó tras su espalda. Miró sus labios por un instante y sonrió. Lo mordió suavemente y llevó las manos al borde de la camiseta roja.
—El rojo te queda muy bien, pero...
Junmyeon intentó quitarle la camisa, pero Yixing le tomó las muñecas y lo detuvo.
—Apaga la luz —pidió con la respiración agitada.
Junmyeon asintió comprensivo y salió de la cama. Yixing observó fijamente la erección que abultaba sus bermudas y se mordió el labio inferior. Junmyeon fue al armario, tomó los preservativos y el lubricante y apagó la luz.
Pero la luz de luna atravesó las puertas de cristal que daban al patio trasero, así que Yixing aún pudo ver a Junmyeon mientras este se desnudaba al pie de la cama.
Yixing esperó impaciente en la cama, hecho un mar de nervios y excitación. Junmyeon volvió a gatear entre sus piernas, ahora completamente desnudo, y le dio un dulce beso en los labios antes de desnudarlo a él.
—¿Estás cómodo así? —Junmyeon preguntó acariciándole un brazo delicadamente.
Yixing no pudo evitar sentirse conmovido ante sus cuidados.
—Estoy bien —aseguró.
Junmyeon asintió, intentando no parecer tan nervioso como se sentía, y tomó uno de los preservativos.
Cuando rompió el empaque, un fuerte aroma a sandía y a látex llenó las fosas nasales de Yixing.
—¿Te molesta el olor? —Junmyeon preguntó con preocupación al notar que arrugaba la nariz. Lo último que necesitaba era que le diera por vomitar justo en ese momento.
—No, está bien, solo es un poco fuerte.
—De acuerdo —Junmyeon murmuró aún dudoso y destapó el lubricante.
Un olor a fresas invadió la habitación.
—¿No había de sandía?
Junmyeon sonrió.
—No, solo había de este y olores más exóticos como invierno ardiente, bosque sensual, tormenta de pasión.
Yixing soltó una risita.
—Ese último suena bien.
—Lo compraré la próxima vez que me envíes a buscar tus antojos hasta el fin del mundo en horas indecentes.
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MINE [Sulay]
FanfictionKim Junmyeon era un hombre exitoso; a sus treinta y cinco años poseía su propia empresa, una casa enorme construida a su gusto, una cochera repleta de autos, una esposa envidiable y, por si todo aquello fuera poco, era muy apuesto, talentoso y caris...