11. Inspirador.

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—¿Estás bien? —su esposa preguntó con preocupación al verlo salir del sanitario—. Últimamente tienes muchos problemas estomacales. ¿Has estado comiendo algo distinto? Antes no te enfermabas.

—Sí he estado comiendo... cosas nuevas —Junmyeon respondió acariciándose el estómago distraídamente.

—Pues intenta no hacerlo.

Junmyeon asintió.

—Y acerca del viaje...

—¿Cuál viaje? —Junmyeon preguntó con confusión.

—El que hacemos todos los años en estas fechas —ella le recordó suavemente—. El que reservamos hace meses.

Era cierto, siempre se iban de vacaciones cerca de la fecha de su aniversario, como una luna de miel anual.

—Lo siento, no lo recordaba, pero no creo que debamos hacerlo ahora.

—¿Por qué no? —su esposa preguntó casi alarmada.

—El... bebé...

Ella lo miró incrédula.

—El bebé ni siquiera ha nacido.

—Sí, pero no me gustaría irme sabiendo que algo puede pasar mientras no esté.

—Si algo sucede Jongdae puede llamarte y si es necesario tomas un vuelo de regreso.

—Pero...

—Oh, por dios —ella murmuró a punto de perder la paciencia—. Todo en lo que piensas últimamente es en ese niño; que el bebé esto, que el bebé lo otro, no te importa nada más... por eso no quería que contrataras a alguien...

Junmyeon la miró con confusión.

—¿Qué? Pero tú dijiste que estabas de acuerdo. Incluso fuiste tú quien eligió a Yixing.

—¡Porque no quería mostrarme tan insensible con tus deseos! La paternidad es tu sueño, Junmyeon, no el mío.

—¿Es decir que no quieres al bebé?

—¿Cómo puedo querer a alguien que ni siquiera ha nacido?

Junmyeon la observó incrédulo; estaban hablando de su hijo. Ella se llevó los dedos al puente de la nariz y suspiró.

—Perdón —musitó con lágrimas en sus ojos—. No es lo que quise decir, pero es algo difícil para mí. Ese hijo siempre será tuyo, pero nunca será realmente mío. Yo nunca sabré lo que se siente ser madre en realidad, llevar a un hijo en mis entrañas y amarlo desde el primer instante...

—Lo siento —Junmyeon dijo suavemente, sintiéndose culpable, y la rodeó con sus brazos—. Desearía, más que nada, que tú pudieras traer nuestros hijos al mundo.

—Fui yo quien falló...

—No es cierto, no digas eso —Junmyeon buscó su mirada—. No es tu culpa y te prometo que cuando el bebé nazca vas a enamorarte de él y serás la mejor madre del mundo.

—¿Eso crees? —ella lo miró luciendo esperanzada.

—Por supuesto —Junmyeon musitó y volvió a abrazarla.

Sin embargo, sin ser capaz de comprender la razón aún, Junmyeon se sintió deshonesto. Más que deshonesto, detestable; quería robarle su hijo a Yixing para dárselo a su esposa y llenar aquel espacio que la genética le había negado... No, Yixing había tomado una decisión por voluntad propia, había comprometido a su hijo incluso antes de tenerlo, cualquiera que fuera la razón, y el cumplimiento de su contrato no era sino su obligación. 

MINE [Sulay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora