CAPÍTULO 16

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Cuando por llegó el momento de abrir la gestadora y pude abrazar a mí niña, la emoción que sentí fue tan intensa que no podría describirla ni siquiera con palabra. Ni los momentos más dulces en los brazos de amado podían siquiera compararse a aquella sensación nueva.

Quizás fuera ése el motivo por el que, a pesar de la prohibición expresa de comunicarme con mí esposo, me dirigí resuelta al Centros de Comunicaciones y exigí, en base a mí rango, que me fuera facilitado un comunicado directo con él.

Pero tampoco aquella especialísima ocasión conseguí entablar conversación con Draco, pues las hostilidades en nuestros cielos atravesaban un momento crítico.

En consecuencia, hice que le fuera enviada la siguiente comunicación cifrada:

"El fruto de nuestro amor ya ha nacido. Vuelve pronto, las dos te necesitamos. Te amo, Hermione'".

Nunca imaginé que nuestra escritura consonámica iba a producir una nueva confusión; la ausencia de vocales no permitía diferencia el sexo de la recién nacida.

Poco tiempo después, la respuesta de Draco dirigida a mí, por primera vez desde su partida, tampoco me permitió detectar el engaño por el mismo motivo.

"Regresamos a casa. La campaña ha terminado con la victoria parcial de nuestros Ejércitos. Presenta mis respetos a Padre y al Consejo, awuien envío una comunicación oficial por separado. Ardo en deseos de conocer a nuestro hijo. Yo también te amo. Draco-Ra".

Ajena al error, la alegría que sentí fue inconmensurable. Reía y lloraba al mismo tiempo. Tan pronto saltaba de gozo, como apretaba a la pequeña Ma'at contra mí pecho hablándole de las hazañas de su Padre y de lo mucho que le amaba. Ella me miraba y sonreía moviendo sus manitas, como si de verdad pudiera comprenderme. O tal vez si le entendía...

El tiempo que transcurrió hasta la llegada de Draco se me hizo eterno y a la vez apenas si me permitió preparar su llegada como hubiera deseado.

De nuevo busque las sedas mas finas y los pétalos de las flores más delicadas para nuestro lecho nupcial, los perfumes más exquisitos, los majares más afrodisíacos y el vino más excitante.

De mí hermana Astroria había aprendidos el arte de la seducción y había decidido sorprender a mí esposo comportándome como la más dulce y casta de las esposas frente a todos, pero como la más experta cortesana en la intimidad.

Sin apartarme ni un momento de mí pequeña, soporte, con una paciencia inaudita para mí, las interminables sesiones de pintura de decoración de mis muslos con las complicadas filigranas azules que tanto gustaban a los hombres de mí pueblo. En un alarde de atrevimiento, los dibujos remontaban las ingles y las calderas, enmarcando mí sexo como si fuera un corazón.

Semejante obra de arte no podía quedar oculta tras las vestiduras y por eso elegí el lino más trasparente y el corte más sugestivo que pude conseguir. Finalmente el resultado era realmente exitante. Tanto, que a toda prisa hubieron de confeccionarme un manto, o más bien una especie de chal muy gran, que ocultarse mis gracias más íntimas durante la recepción oficial.

Cuando desde el Centro de Comunicaciones llevaron noticias de que la Flota se aproximaba, ungí mí cuerpo con aceites más caros y dejé que mís doncellas trenzaran mí cabello  de tan forma que, con un hábil movimiento, pudiera liberar mí larga cabellera plateada ante los ojos de mí amado. Miles de pequeñas flores adornaban mí tocado y de Astroria también copié la idea de suspender Campanillas en mis senos cubiertos.

Finalmente, el finísimo traje se deslizó sobre mí piel. A través del lino celeste, los dibujos de añil se distingan con toda la claridad y no menos la espesura de mí pubis. Por eso, en aquel último momento, agradecí en secreto la idea de aquel manto que disimulaba, en parte, unos encantos demasiado evidentes.

Evité el calzado y las joyas, tomé a mí hija en brazos y fui a reunirme con  Padre.

—¡Hermione! —la exclamación mezclaba asombro y admiración—. Estás realmente bellísima, mí dulce pájaro.

—Estoy muy bella, Padre, porque soy feliz. Muy Feliz.

—Salgamos, la flota está llegando.

Atravesamos las enormes puertas abiertas de la Casa de Gobierno en el preciso momento en que la nave de Draco tomaba tierra en el mismísimo centro de la Gran Explanada, con una maniobra tan atrevida que solamente mí esposo habría osado realizar.

Sin esperar a que las rampas terminasen de instalarse, alcanzó el suelo de un salto entre las aclamaciones de la muchedumbre que ya llenaba el espacio abierto, alrededor de la nave. A su paso, los hermanos se apartaban formando un pasillo por el que mí amado avanzaba directamente hacía nosotros.

Coloqué a mí hija sobre el pequeño lecho rodante que tenía junto a mí y me dispuse a recibirle con mí mejor sonrisa en los labios y las lágrimas en los ojos.

Yo no podía apartar la vista de él: tan alto, tan fuerte. Su rostro resentía el cansancio y todo el estaba cubierto de polvo, pero a mí me pareció el hombre más hermoso del universo.

—Padre... Te presento mis saludos y te ofrezco nuestra victoria.

—Hijo mío muy amado, se bienvenido a tu hogar.

Lucius rompió el estricto protocolo abrazando a mí esposo. Luego, él se volvió hacia mí y tomó mí mano para besarla ante nuestro pueblo.

—Hemione... Esposa amada... — al tener mí mano entre las suyas, el manto que me cubría de entreabrió ligeramente y comprobé como sus ojos exploraban mí  cuerpo—. Estás bellísima, mí dulce rosa. Casi había olvidado lo preciosa que eres.

—Amado, no puedo siquiera decir lo que mí Corazón siente, pero está cerca el momento en el que pueda demostrarte la intensidad de mí amor—. Apenas si podía contener la emoción, no podía reprimir el deseo de lanzarme en sus brazos y besarle apasionadamente pero, en vez de eso, le señalé el pequeño lecho rodante dónde nuestra hija dormía apaciblemente, ajena a toda aquella algarabía.

El la contempló unos instantes, atónito. Luego, olvidando el protocolo y sin esperar una presentación que hubiera debido ser oficial, levantó el pequeño envoltorio por encima de su cabeza y se volvió hacia la muchedumbre.

—¡Pueblo de Tristya!... —gritó con voz potente—... ¡Hermanos!... ¡OS presento al nuevo miembro de la Familia Ra!

Los víctores y aclamaciones atronaron de nuevo la inmensa explanada.

Sin que ninguno de nosotros sospechara todavía, la confusión continuaba: la amarga copa del desengaño respeto al sexo de nuestra hija estaba servida.



Sin que ninguno de nosotros sospechara todavía, la confusión continuaba: la amarga copa del desengaño respeto al sexo de nuestra hija estaba servida

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stupiddramione ©
07/05/24

❛️️️️❛ HERMIONE: LA PODEROSA❞ - (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora