CAPÍTULO 22.

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CAPÍTULO 22: Consejo de urgencia.


Todavía inquieta por los últimas palabras Theo y trastornada por toda la conversación, quise ir a confiarme a Albus. Sus palabras llenas de sabiduría siempre daban serenidad a mí Esencia.

Pero encontré sus aposentos vacíos y a Harry, como siempre ocupado en la biblioteca, sentado de cualquier manera tras un grueso volumen, descifrando extraños símbolos. No dejaban de sorprenderme las extraña posturas de aquel jovencito, que parecía no saber qué hacer con sus largas y delegadas piernas.

—Harry, querido...

Se había levantado de un salto cuando oyó llegar, derribando una pequeña mesilla, atestada de libro, que se encontraba a su lado. No pide evitar la risa y su rostro se volvió intensamente azul.

—Buscábamos  al maestro Albus.

—Salud y Vida a la noble dama Hermione y a su pequeña hija.

—¡Harry...! —sabía que me molesta el formalismo.

—Mmmm...  lo siento, no quería contrariarte —sus manos retorcían distraídamente una de las  hojas en las  que había estado trabajando—. El  Maestro fue llamado a un Consejo de Urgencia a la salida de los Soles. Salió noi hace mucho para acompañar a tu hermano que abandonaba la Sala, Nébet.

—¿A mí hermano? ¿Quieres decir que Theo también estaba en el Salón de los Encuentros?

—Les vi salir junto, comentando algo de una desición que habían tomado. El Maestro aprovechó para tomar una refrigerio, pero Theo parece que no debía volver a entrar y prefirió pasear un rato a tu hija. Pero por lo que veo no ha tenido tiempo de ello.

—¿Estaba Theodore en el Consejo?

—Eso parece.

Así que Theodore estaba ante el Consejo de Ancianos... ¡y un Consejo de Urgencia, además! ¿Qué habría pasado? Mí curiosidad crecía por momentos pero, con el Consejo reunido, debía esperar a que terminara la sesión para saber qué era lo que estaba pasando o tener alguna buena excusas para interrumpir.

—Dime, mí querido Harry, ¿de que trataba esa desición de la que hablaban?

—No lo sé, Tati... ¡Oh, lo siento! Yo no quería... no debí llamarte así... Es que la pequeña Ma'at...

— No te esfuerces, querido, puedes llamarme Tati si ese es tu gusto. A cambio, permite que también yo te llamé como lo hace mí hija. —sonreí tratando de tranquilizarle. Todavia no sabía bien como mí hija había hilado Harry con Tuti. Pero era un buen apodo, y una perfecto para el dulce Harry.

—¡Oh claro, claro que sí! Gracias, Muchas gracias. Es un honor para mi...

—¡¡¡Tuti!!!

—Perdón, yo solo...

—¡Basta ya! y dime: ¿Recuerdas algo? —Tuti meneó la cabeza, negativamente—. ¿Alguna palabra suelta?

—No...no estaba atento. Bueno, creo que se trataba de Tâ.

—¿De Tâ?

—Asi lo entendí.

—¿Es que ha sucedido algo?

—No lo sé princesa. Lo que oí fue sin querer y procuré no escuchar el resto. El Maestro Albus dice que no se deben escuchar las conversaciones ajenas y....

—Déjalo, yo lo averiguaré.

Y me lancé, sin pensarlo dos veces, hacía el Salón de los Encuentros.

Pasé rápidamente ante los Guardianes, que apenas si tuvieron tiempo de protestar.

—¡Padre!

—Hermione, querida, ¿Sucede algo?

—Padre, Maestro, mis queridos Mayores... ¡Mis deseos de Salud y Vida a todos vosotros! Lamento interrumpir —dije de forma graciosa y empecé a moverme rápidamente, besándo en la mejilla a Padre, a Albus y a cada uno de los miembros restantes del Consejo.

—Vamos, Vamos, niña... ¿Qué es lo que quieres?

—He oído que algo está sucediendo en Tâ y mí corazón se ha inquietado con ello. Pido perdón a lo venerables Mayores por mí poca paciencia.

—Acostumbrado está el Consejo a tus interrupciones, Hija del Sol. Y con tu ejemplo acostumbrando estás tu a tu hija a tus pasos en el futuro seguir.

—Recordaré tus palabras, Maestro.

Albus había utilizado otro de mis apelativos. Mí nombre, Hermione, significa en nuestra lengua "Primer Sol". Me llamaron Hermione por qué mí nacimiento coincidió con la salida del primero de nuestros soles y también me dieron ese calificativo de "Hija del Sol", por el Mismo motivo.

—¿Dónde has oído semejante cosa, querida? Se supone que la noticia no debía haber salido de estás paredes... —dijo Severus.

—¿La noticia? ¿Qué noticia? Padre, por favor...

Hubo unos instantes de deliberación para decidir si podían abrir el Consejo para mí. Por fin, Severus dijo:

—Siéntate con nosotros, Hermione. El tema es delicado y no hemos tomado decisión alguna al respecto.

Mí Esencia parecía encogerse por momentos. Estaba confunsa y, aunque mí Corazón y mí Mente sabían que nada malo le había pasados a Draco, algo en mí interior me alertaba de algún remoto peligro.

—Gracias, venerables, aprecio vuestra confianza —pero enseguida me di cuenta de que había "algo" en lo que no había pensado—. ¿Sería posible que mí hija fuera llevada con su nodriza?

—Pero eso representa una Nueva interrupción, querida —Severus se removió en su asiento.

—Antes de tomar una decisión, aconsejable sería que aguardasemos la llegada de Abraxas.

—Cierto, mí buen Albus. Cómo siempre tu recomendación es la acertada. Aguardaremos la llegada de mí padre. Continuaremos el Pleno a la Caída de los Soles. Lucius-Ra ha hablado.

El Consejo se disolvió con aquella palabras de Padre y sus miembros empezaron a desfilar ante nosotros, en silencio.

—¿El abuelo regresa?

—Sí, mí niña. La embajada diplomática que le retenía en Tauri ha sido llevada a cabo con éxito. Ya está en camino.

—¡Oh, qué alegría! —olvidé mí preocupación por un momento—. Estoy muy contenta de volverle a ver al abuelo... ¿Se quedará para la celebración de mí Cuarto Año?

—No creo que sea posible, pajarillo.

—¿Por qué Padre?

—Tu abuelo debe volver de inmediato a Tâ.

—Padre queridísimo, te ruego que no hagas sufrir a mí corazón ocultándome por más tiempo lo que sucede allí.

—Nada más lejos de mí deseo, Hati. Ven, vamos a tomar una baño. En el estanque te contaré eso que tanto deseas saber.

Mientras me conducía suavemente hacía la puerta, Padre intercambio una mirada con Albus. Esté se levantó de su asiento y, tomando la vara que nunca abandonaba, se acercó a nosotros con paso seguro.

—Deja que de Ma'at tu Maestro Albus ocupe, querida mía. Cosas tenéis tu Padre y tú de que ocuparos y una pequeña niña otros cuidados precisa.

—oh, gracias, Maestro. Pero no quisiera que Mimmi te incomodara.

—Incomodar a un anciano una flor no puede.

—Ve con el Maestro Albus, mí pequeño amor. Enseguida me reuniré contigo —Ma'at sonrió dulcemente y dos hoyuelos adornaron sus mejillas.

—A..A... Aus.







HERMIONE: LA PODEROSA
stupiddramione ©
27/06/24

❛️️️️❛ HERMIONE: LA PODEROSA❞ - (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora