CAPÍTULO 21.

9 4 0
                                    




Todavía desconcertada por la insólita reacción de Draco, me dirigí hacia los aposentos de Albus en busca de mí dulce Mimmi.

Ante mí sorpresa, fue Theo quien vino a mí encuentro con mí hija en brazos.

—Es una delicia tu hija, dulce Nébet. No te importará que la haya secuestrado durante un rato. —Había un tono dulce en su voz.

—Theo, hermano querido, ¡Cómo me alegrs tenerte con nosotros! Mí hija resplandece entre tus Fuertes brazos

—Nunca debí separarme de ti. Ahora está niña sería hija mía.

—Oh Theo...yo...no se cómo explicarte que...

—Te amo, Hermione, siempre te he amado  y siempre te amaré. Recuérdalo siempre. Siempre, ¿entiendes? Aunque el tiempo transcurra, aunque la distancia y las circunstancias nos separen, pase lo que pase, recuérdalo: Yo te amo.

—Pero Astoria...

—Astoria me recuerda a ti. Amo tu imagen reflejada en ella. Tú eres la calma para mí, mí único amor, mí dulce niña adorada; ella es la tempestad, la quietud, la fuerza del deseo. Pero no consigo amarla, Hermione. Si pudiera tan solo abrazarte, estar a tu lado como antes...

—Calla, te lo ruego, no aumentes mí dolor.

—Solo deseo amarte y que me ames.

—Y te amo, Theo. Eres mí compañero de la infancia, mí hermano querido...

—¡Tu hermano! No deseo el amor de una hermana, sino el de una mujer.

—Soy esposa de tu hermano y deberías...

—¿Mí hermano? —en su rostro había ahroa una risa irónica—. ¿Quién? ¿Draco? Mí hermanastro, querrás decir. Sabes muy bien que el es tan hijo de Lucius como tu misma. Hijo de Lucius-Ra y de mí Madre, segundo Heredero por la Ley de Sucesión después de ti, querida mía.

En un primer momento me sorprendí al escuchar de los labios de ser aquel secreto de Estado que se nos había sido confiado exclusivamente a Draco y a mí el día de nuestros esponsales.

¿Cómo podía el saber...? De pronto recordé aquella conversación entre hermanas, cuando tan inconcientemente me había confiado a Astoria para consolarla. Disimulé un sobrecogimiento lo mejor que pude.

—¿Y eso importa?

—Importa, amada mía. Importa mucho —aquea palabra en sus labios le sabía extraña y forzada.—Importa por qué te amo. Tú eres mí bellísima rosa Azul.

Padre aveces me llamaba también su rosa, pero fue aquel día cuando por primera vez escuché aquél calificativo, uno de los mil nombres por el que después se me ha conocido y el que  más me emociona.

—También Draco me ama. Y yo a él.

—Importa por qué se no concibió a los cuatro para que hubieran distintas opciones de Gobierno. —ante la aclaración de mí amor por Draco su tono se había vuelto más agrio—. Casándote  contigo, Draco no solo ha minifalda las distintas opiniones a una sola, sino que además me ha privado de tu amor.

—Yo nunca hubiera podido amarte como le amo a él; te amo como a un hermano, el compañero de aquel entonces cuando eramos niños. Ynadie te a privado de un amor que nunca te perteneció, que nunca pude darte —Las lágrimas
estaban empezando a acudir a mis ojos, pero me controlé con dignidad—. Draco es mí esposo solo por qué me ama. Estoy segura que el nunca pensó en opciones de Gobierno.

— ¿Segura? ¿Cómo puedes estar tan segura?

—Por que es mí Mitad. Puedo sentir lo que el siente, saber lo que el piensa.

—Mi inocente niña, mí confiada y dulce niña Hermione... ¡Cuánto debes aprender todavía! Fiera como una leona en celo, pero frágil como una flor.

—Hablas desde el dolor de tu corazón, hermano. Draco te ama tanto como yo; tan solo hace unos instantes me decía que el confía plenamente en ti.

—¿Y a causa de qué ya venido tan tierna declaración de amor fraternal?

Ante la amarga reacción de Theo, acababa darme cuenta de que  nuevamente mí ingenuidad me había delatado y mis mejillas se tiñeron violentamente de azul.

La voz tinteneante de Astoria me salvó de tener que responderle.

—Ah, ¡Aquí estáis los dos! Os estaba buscando... Salud y Vida a ambos y también a la deliciosa Mimmi. Está preciosa está mañana tu pequeña Ma'at.

—Siempre lo está, Hermana, y en los brazos de Theo parece aún más pequeña y delicada.

—Se parece mucho a ti, Hermione.

—Salud y vida, esposa —interrumpió Theo, abrazándola.

Me sentí incómoda, sin saber que hacer o decir.

—No sabía que me buscabas. Me dirigía a buscar a mí hija, cuando encontré a tu esposo haciéndo de nodriza —reí incómoda.

—¿Qué estabais tramando los dos, a mís espaldas? —bromeó Astroria, pero en su voz había un tono inquietante.

—Intentaba contratarle, pero sus servicios son demasiado caros para mí.

Theo me mandó una mirada de fuego que ignoré.

—Vamos, esposa querida; creo que debo relatarte con todo detalle mí conversación con Hermione —su mano fuerte enlazó, agresiva, el talle de Astroria; luego se volvió hacia mí, socarronamente—. Te agradezco que hayas confiando en mí durante un rato, aunque sólo fuera  para permitirme pasar tiempo con tu pequeña flor, hermana.

Había un énfasis especial en aquella última palabra, mientras me sonreía con malicia.

















HERMIONE: LA PODEROSA
stupiddramione ©
27/06/24

❛️️️️❛ HERMIONE: LA PODEROSA❞ - (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora