HERMIONE: LA PODEROSA
Una vieja profecía ancestral señala de forma acusadora a una Doncella que ha de aplastar la cabeza de los Rebeldes.
Un guerrero debe protegerla. En medio de todo esto la dulce escencia de Hermione se nos manifiesta a través de...
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013: Noticias de Draco.
Mí corazón saltaba de alegría, totalmente desbocado.
Ni siquiera me había dado cuenta de que en el comunicado de Albus, como Portavoz del Consejo, no había una sola palabra que hiciers referencia a lo que los grandes sabios habían determinado con respecto a la Profecía.
Una sola idea ocupaba ahora mí mente: Mí amadísimo Draco iba a volver, nuestra unión iba a hacerse, por fin, efectiva; el Uno quedaría de está forma definitivemente establecido. Abrazar a mí amado, ¿Era posible más felicidad?
Tampoco recordaba que la unión de Theodore y Astroria estaba condicionada a qué nuestra unión diera fruto. Lo único en lo que ahora podía pensar era en... ¡Él!
Mí queridísimo esposo iba a venir. ¡Había tantas cosas que preparar y tan poco tiempo para hacerlo! Solamente tres días... Yo quería que todo fuera Perfecto, que mí bienvenida para él fuera la más dulce y tierna, pero también la más apasionada que ningún hombre pudiera atreverse a soñar.
Convoqué al jefe de la cocinas y al bodeguero mayor para encargar para mí esposo los manuales más delicados y las más excelentes bebidas; discutí con ellos durante largo tiempo hasta conseguir un acuerdo que me garantiza todo el placer que yo deseaba proporcionarle.
También encargué frutas y flores afrodisíacas y vinos que aumentaran su placer. Llamé a los músicos y con ellos elegí las composiciones más sensuales para que sus sonidos llegaran de una forma discreta hasta nuestros aposentos.
Puse a mis doncellas a trabajar en los trajes más tentadores, encargué las telas más tenues y suaves, joyas y aderezos para exaltar mí belleza y busqué entres los perfumes aquellos tan excitantes que llegaban de lugares apartados de nuestra Galaxia... Nada me parecía suficiente para obsequiar a Draco era suficiente para nuestro encuentro más íntimo.
Del amor que yo sentía, de cuando deseaba demostrárselo, era de lo único de lo que me sentía segura.
Estaba muy exitada. Reía, lloraba. No sabía lo que me sucedía. Pero era feliz, inmensamente feliz. Draco iba a venir y no sólo eso, yo iba a concebir un hijo, suyo y mío. Un pequeño ser, consecuencia del amor que los dos nos profesábamos. Era todo cuánto yo deseaba... ¡Y cómo lo deseaba!
Pero nunca, en ningún momento, llegué a imaginar que iba a llorar por ese motivo.
Las comunicaciones empezaban a normalizarse, a pesar de los desperfectos causados en nuestra atmósfera por el ataque enemigo. Yo no había conseguido todavía establecer ningún contacto con mí Amado, pues los canales disponibles estaban únicamente destinados a cuestiones de alta prioridad. Hubiera deseado decirle yo misma cuánto deseaba su regreso, todo el amor con el que le esperaba y cuando lo añoraba, mí alma y mí cuerpo.
