HERMIONE: LA PODEROSA
Una vieja profecía ancestral señala de forma acusadora a una Doncella que ha de aplastar la cabeza de los Rebeldes.
Un guerrero debe protegerla. En medio de todo esto la dulce escencia de Hermione se nos manifiesta a través de...
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Cuando por fin pudimos establecer una comunicación provisional con Tâ, las noticias que llegaron fueron aún más escalofriantes. Tâ, como ya he explicado, era ahora el hogar del abuelo Abraxas, que él se había encargado de hacer habitable llevando a cabo un gran proyecto de ingeniería hidráulica.
Cuando él y los primeros colonos llegaron allí, aquello no era más que un planeta desierto cubierto de agua y lodo, con una atmósfera (eso sí) compatible con nuestras necesidades vitales. El abuelo construyó diques y canalizó las aguas, posibilitando así la vida en las zonas secas. Las variadas especies vegetales traídas de Tauri, de Tristya, de Alción y otros lugares se adaptaron bien al nuevo suelo y muy pronto se generaron diversos microclimas que contribuyeron a la propagación de las especies, así como a algunas mutaciones autóctonas propias de la atmósfera del planeta, algo más densa y más pesada.
Una vez conseguido esto, el planeta estaba en condiciones de recibir a las distintas especies animales reproducidas por muestros biólogos y genetistas bajo condiciones de laboratorio a partir de algunas semillas y de espirales de vida igualmente traídas de distintos lugares. Así llego a reunirse en Tâ una floreciente colonia, sabiamente dirigida por el abuelo asistido por los consejos de la Casa Sacerdotal, es decir por los Místicos.
Los únicos inconvenientes que tenía Tâ eran sus ciclos y la densidad de su materia y, aunque plantas y animales se aclimataron pronto respondiendo a las condiciones esenciales del planeta, no así nuestros científicos y colonos resentían los cortísimos ciclos planetarios y cuyos cuerpos menos densos que el promedio en Tâ, acusaban el desajuste. Cómo es de suponer, nuestros hermanos no estában dispuestos a dejar que se produjera en ellos ninguna mutación, ya que muchos esperaban regresar a sus hogares al cabo de algun tiempo.
El problema residía en que la evolución de Tâ en torno a su eje era parecida a la nuestra, pero no sus su año solar, que era extremadamente corto.
Tanto que, tras un corto período de adaptación, los cuerpos de nuestros colonos empezaban a responder a los ciclos del planeta, envejeciendo rápidamente. De no resolverlo satisfactoriamente, al cabo de unas pocas generaciones se habría modificado sus estructuras corporales, llegando ellos mismos a la densidades necesaria para soportar el denso campo gravitatorio del planeta. Finalmente, apareció la solución mediantes la creación de regeneradores celulares que conseguían estabilizar el deterioro corporal.
Pero, en ausencia de Abraxas, la Casta Sacerdotal no conseguía controlar adecuadamente a los científicos y los problemas en Tâ se había multiplicado. Algunos de sus científicos comenzaron a utilizar los regeneradores no sólo para evitar el deterioro que el rápido año del planeta les producía, sino que idearon todo un sistema de mercadeo por el cual vendían juventud eterna de los cuerpos. Se hacía necesario un rápido control de la situación.
Como el abuelo tenía todavía que finalizar algunos asuntos en Tauri, las ceremonias de los Esponales no habían finalizado y mí esposo aún no había regresado a Tristya, se creyó prudente enviar al planeta Tâ al tío Sirius y a su esposa, en calidad de Regentes. Uno de los guardianes de la Cámara fue enviado con el mensaje de convocatoria urgente para que la familia de Sirius se presentara ante el Pleno.
