11. Las dos marionetas

33 17 2
                                    

Algo imposible sucedió, Houston ahora parecía un luchador nato, cosa que, incluso si pasara, nadie le creería

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Algo imposible sucedió, Houston ahora parecía un luchador nato, cosa que, incluso si pasara, nadie le creería. Tomó a John del cuello con una poderosa fuerza y lo lanzó al suelo para intentar herirlo. William intentaría golpearlo, recalcando el "intentaría", pues se dejó llevar por sus emociones. En consecuencia, un bestial puñetazo en su abdomen lo mandó disparado al otro lado del edificio.

Mientras tanto, Juxs y Casey seguían en su búsqueda de su líder, ya que ellos no se habían enterado de que ya había sido encontrado (aunque no de buena forma). —¿Lo has visto? —preguntó Juxs analizando su entorno lleno de destrucción. Casey solo negó con su cabeza.

Tanto Juxs como Casey no servían para buscar, no como William y John, quiénes encontraron rápido a Houston. De todas formas, estaban buscando en vano, recordemos que Houston ya estaba con William y John en una extrema lucha.

—Ya llevamos un buen rato aquí. Buscar es demasiado aburrido—comentó Casey y soltó un bostezo.

—Relax, lo encontraremos—dijo Juxs colocando su delgada y pequeña mano sobre el hombro de Casey.

Sin embargo, un misterioso ruido llegó a oído de ambos, captando la atención de Juxs. —¿Escuchaste eso? —preguntó Juxs. Casey volvió a negar con la cabeza.

De pronto, el mismo ruido se repitió. Eran como escombros cayendo. —¡Rápido, por acá! —exclamó Juxs, corriendo al lugar de donde provenía el ruido. Al parecer, Juxs poseía mucha mejor audición que Casey, quien solo podía seguirle el paso a Juxs.

Pasaron más de treinta segundos para que Casey pudiera escuchar mucho mejor el ruido. —¡Es verdad! Se escucha como a alguien intentando salir de los escombros... Solo puede ser Houston, ¿No? —dijo Casey sorprendido.

Entre más se acercaban, los ruidos cesaban, hasta que finalmente cesaron. Al llegar vieron a alguien de espaldas sobre una pequeña montaña de escombros. El hombre estaba allí parado y sin ningún signo de movilidad.

Ese hombre emanaba un sentimiento de alerta bastante espeluznante.

—¿Eres tú, Houston? —preguntó un Casey bastante temeroso. Este se acercó cautelosamente al hombre misterioso, quien poseía un cuerpo más delgado que el del mismo barbudo. Casey tocó su hombro y apenas lo hizo, el hombre giró su cabeza mirando a Casey directamente a los ojos.

Ambos no tenían ni la menor idea de quien fuese ese hombre del cuerpo delgado. Nunca lo conocieron... Ellos no conocieron al hombre de cuerpo delgado, al hombre que portaba moño, al hombre de traje, al hombre con un peinado hacia atrás, el hombre con una gran boca, al hombre con unos pequeños ojos. Ellos no conocieron a Steve.

Sus pequeños ojos estaban pintados de un intenso color negro, salvo la única excepción de que tenían una estrella blanca brillante como pupilas.

—¿¡Quién carajos eres tú!? —preguntó Casey dando dos pasos para atrás.

—Oye, ¿está todo bien? —dijo Juxs preocupado por la reacción de Casey.

—¡No! Aquí hay un chico al que no conocemos, no tengo ni la menor idea de quién es.

—¿Y es malo o algo así? ¿Te encontraste con un supervillano? Ja, ja.

—Pues no parece que me quiera atacar—. Casey agitó su mano frente a los pequeños ojos de Steve. Su "calma" se vio perturbada al fijarse a detalle de los ojos de Steve, viendo el color negro y las pupilas de estrellas blancas. Se sorprendió tanto que volvió a dar un paso hacia atrás, cayendo al suelo. Impactó con su trasero y sus manos. —¡Este chico tiene estrellas en sus ojos, aparte sus ojos están negros!

—¿Estrellas? ¿No será William? Desde acá se parece un poco.

—No, no es William, ya te dije que lo blanco de su ojo está de color negro y sus estrellas están blancas.

—Está bien, llorón, deja veo—. Juxs subió la pequeña montaña de escombros para analizar al hombre. Una vez arriba, miró el rostro de Steve sin lograr identificarlo. —No, no tengo ni la menor idea de quién es este. Aunque si me sorprende que sus ojos negros tengan estrellas blancas... Y mira, se ven brillantes.

Las estrellas de los ojos de Steve dirigieron su mirada a Casey. —¿Acaso me está mirando? —fue lo último que preguntó Casey antes de que, ágilmente, Steve le asignara un codazo en las costillas, haciéndolas polvo. Ese fue uno de los dolores más insoportables que Casey pudo haber sentido en toda su vida; cayó de rodillas escupiendo sangre y con respiraciones agitadas.

Acto seguido, Steve intentaría asestarle otro codazo más a Juxs. Cuando dio el codazo, Juxs tropezó, logrando esquivar por poco el infernal ataque. —¡Ja! No me diste, idiota—le gritó de una forma burlona. Pero, en un breve instante, se tragaría sus palabras... o más bien las escupiría, ya que Steve le dio un veloz golpe a su estómago, tirándolo de la montaña de escombros.

Nuevamente, dirigió su intensa mirada a Casey. —¡Espera, por favor no me hagas nada! —rogó Casey entre lágrimas. Steve se acercó para lastimarlo y mucho. No obstante, recibió un ataque de Juxs. Este último le dio con una varilla en la cabeza desde detrás suyo.

Aunque se difícil de creer, cuando Juxs atacó con intensidad la cabeza de Steve, la varilla se partió en dos. Con esto logró desequilibrar a Steve. Esa misma situación le dio a Juxs una increíble ventaja de atacarlo con el pedazo de varilla que aún tenía en manos. Aprovechó que la varilla quedó con un inmenso filo y se lanzó a atacar a Steve; estaba dispuesto a matarlo.

—¡Te enterraré esta puta mierda en ese puto ojo! —gritó desesperado con acabar con el responsable de herir a Casey. Antes de que pudiese lograr su cometido, recibió una patada en el pecho que lo lanzó bastante lejos.

—¡No, Juxs! —Casey quedó en shock.

Con el cuerpo hecho mierda, con las manos temblando del miedo y llorando, Casey corrió en busca de Juxs. Si caía era su fin. —¡Eres un maldito hijo de perra! ¿¡Cómo le pudiste hacer eso!? —insultó Casey.

Sin ningún tipo de piedad, Steve corrió detrás de él a un extremo paso veloz, que no tardó nada en alcanzar a Casey. Lo tiró con una barrida, haciendo que sus rodillas toquen el suelo. Era el fin y lo último que vería sería el rostro de un hombre que ni conocía.

Steve tenía en su mano izquierda el otro pedazo de varilla. Ya era muy tarde para Steve... él moriría. En momentos como estos solo queda confiar en la suerte.

¿¡WILLIAM LLEGÓ A LA ESCENA!? Sí, aunque de una forma un tanto ridícula. Cuando Houston lo lanzó lejos, no era ningún chiste, pues acabó llegando hasta allí. Lo gracioso de toda esa situación, fue que terminó chocando contra Steve, llevándoselo lejos de Casey y Juxs. William y Steve terminaron rodando por los suelos.

Y, mucho más lejos, se encontraba Houston mirando la pelea y corriendo hacia William, siguiéndolo, ¡todo era tan extrañamente dinámico! Después de Houston, muy atrás, venía John corriendo para ayudar a William. —¡No puedo creer que de verdad Houston te terminara siguiendo! —dijo John alterado. Era bastante difícil para él llegar a donde estaba William por la diferencia de velocidades entre ellos.

Mientras él iba, William ya estaba recuperando su compostura. Se puso de pie. Sus ojos se impactaron al ver un rostro desconocido. —Tú no pareces amable—le dijo a Steve. A lo lejos y justo detrás de él se escuchaban unos pasos feroces. Volteó y vio a su líder. —¡No puede seeeer, allá viene Houston! —volvió a mirar a Steve cuidando de que no lo sorprendiera con algún golpe. Sin embargo, lo que más lo sorprendió fue que Houston ya estaba al lado de Steve. —¿¡Qué!? ¡Pero si tú andabas atrás de mí corriendo ahorita! —exclamó William sorprendido.

Dos contra uno, ¿quién saldría victorioso?

—¡Me la ponen demasiado difícil, amiguitos! Ji, ji—comentó William un tanto preocupado.

La BandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora