¿Puede acaso un borracho, drogadicto y terrible ser humano liderar algo más que su miseria?
Houston jamás imaginó que uno de los peores días de su vida lo convertiría en el juguete de un dios caprichoso. El 24 de julio marcó un antes y un después cu...
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¡Todos ya se encontraban dentro del portal! Lo gracioso de todo esto fue que, como el portal se encontraba en el aire del lugar a donde dirigía, algunos miembros de la banda impactaron contra el suelo. William no tuvo ningún problema para caer, John solo un poco (se desestabilizó cuando sus piernas impactaron contra el suelo del lugar), Juxs también cayó normal y, los restantes, que eran Houston y Casey, tuvieron la desdicha de darle un beso al suelo.
Se levantó al instante que sintió su cuerpo chocar, evitando la vergüenza de que lo vieran. Dio unas fuertes palmadas para limpiar todo el polvo que su traje había recogido con la estrepitosa caída. —¡Wow! —dijo William bastante sorprendido. Igualmente, todos se sorprendieron con el lugar, aunque en menor nivel.
El último en entrar al portal había sido Houston y, por ello mismo, fue el último en mirar y analizar el lugar que sus pies pisaban. Antes que nada, estiró su traje para quitar las arrugas. Luego, con un enorme grado de indiferencia, miró todo el entorno que lo rodeaba tanto a él como a la banda.
—¿De qué te sorprendes? Digo, es el mismo lugar en el que estábamos hace unos minutos—comentó Casey acerca de la exagerada sorpresa de William.
La cabaña destruida se hallaba ahí, conservando cada uno de los detalles. De igual manera, cada árbol estaba acomodado de la misma forma en la que estaba antes. Los pájaros también estaban allí. Cada cosa era igual que como lo dejaron, hasta los restos de la batalla contra Aiden. Todo era lo mismo.
—Sí, lo sé—respondió William ante el comentario de Casey. —Pero, si te das cuenta, no es lo mismo. Siento una extraña sensación de vacío... cómo mi estómago esta mañana, ¿verdad, Houston? —. William le dio una pequeña ráfaga de codazos a Houston, mirándolo con una sonrisa y cara insinuadora, ya que el barbudo si entendía lo que se refería.
—Qué asquerosidad, no hables de eso, William—dijo Houston con decepción.
Luego de eso, William solo rió, preparándose para anunciar algo. —Bien... ¡chicos, tenemos que ir a buscar a Aiden y salvar a nuestro amigo-compañero Max—anunció con su fuerte sentido de liderazgo. Houston solo pudo quedar como un estúpido porque se supone que el líder era él, no William, y, que este diera las órdenes, era muy humillante para él.
Tiempo después, la banda seguía al falso líder William, caminando por el mismo que sendero que recorrieron Houston y Max durante la mañana antes de conocer a los criminales por primera vez. William era el encargado de dirigir a toda la banda, sin embargo, sus pensamientos eran invadidos por el nombre de "John". Ideaba algún plan para poder disculparse, pues le importaba que John estuviese feliz y fuera su amigo, no que se enojara con él y lo odiara. Al contrario, Juxs caminaba con una leve sonrisa impregnada en su rostro, aunque siendo sereno como John, quien estaba hasta atrás. Y, por último, Casey miraba el cielo mientras caminaba, siendo aturdido por algunos cuantos pensamientos.
Unos minutos después, William se animó a hablar, tratando de aligerar un poco el ambiente (ya se había aburrido). —Sé que debe ser tedioso para ustedes tener que caminar tanto, así que, ¡propongo que juguemos al "veo, veo" —. Lo que más quería era solo quitarse el aburrimiento.
