Llevo tiempo, más bien años enamorada del hermano de mi mejor amigo, pero el vive su vida como si nada.
Quiero que él sea el dueño de mi virginidad, quiero que Hoseok sea mio.
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El fin de semana había pasado de manera muy rápida, pero lo que debo decir es que después de haberle confesado que la persona de la cual estaba enamorada era él sentí que mi mundo se venía abajo ya que tenía más que claro que él ahora definitivamente me alejaría de su vida y me convertiría en una de las que él usa y luego deja como siempre lo ha hecho, pero al parecer esta vez resultó ser todo lo contrario.
Todavía recuerdo lo que habíamos dicho y hecho.
Después de hablar ambos habíamos hecho el amor ya que él había dicho que me quería y yo. Estaba totalmente enamorada del chico que tenía frente a mí que por esa misma razón me entregué a él nuevamente en cuerpo y alma como si fuera lo único que existiera en mi mundo.
Anoche habíamos sido solo él y yo juntos a una gran habitación y la luz de la luna la cual golpeaba con gran agresividad la habitación.
— Eres mía ____
— Siempre lo he sido Hoseok solamente que te tardaste en darte cuenta.
No recuerdo con exactitud cuánto rato fue el que estuvimos haciendo el amor, pero sí recuerdo que de la nada su rostro volvió a ponerse un tanto tenso cuando comenzó nuevamente a sonar su celular. Yo todavía tenía esa intriga de saber qué era lo que estaba sucediendo con su vida ya que a pesar de que nunca tuvimos una relación como la que tengo con su hermano jamás lo había visto de esa manera.
Ahora nos quedaban solamente algunas horas para poder volver a nuestras casas y continuar viviendo nuestra vida como lo estábamos haciendo anteriormente. Hoseok estaba en el baño dándose una ducha ya que hoy en la mañana cuando despertamos ambos fuimos a dar un pequeño paseo por los alrededores y también terminamos teniendo relaciones cerca de aquí.
Nunca en la vida se me pasó por la mente el hecho de tener sexo en un lugar público, pero realmente no me arrepiento ya que lo había hecho con la persona que me gusta, pero mientras esperaba su celular nuevamente comenzó a sonar y la única diferencia era que ahora yo me encontraba cerca de él por lo que me dirigí rápidamente hacia él para ver de qué se trataba y lo que vi me dejó pensando aún más.
Mensaje de Papá.
— Ojalá que el fin de semana fuera de casa te haya ayudado a pensar, porque cuando regreses tú y yo hablaremos.
¿Hablar? De qué se supone que tienen que hablar ambos, entonces es por eso que él está actuando de esa manera tan preocupado y tan tenso a la vez.
No sabía cómo lograr que él hablara conmigo ya que tampoco pretendía arruinar todo lo bonito que habíamos hecho este fin de semana porque no solamente hicimos el amor, más bien también dimos un paseo, tomamos tecito, vimos películas y son cosas que no quisiera arruinar por nada del mundo, pero él me preocupaba y de alguna u otra manera quería ayudarlo y apoyarlo en lo que sea por la que esté pasando ahora con su familia o más bien con su padre.
