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El día estaba soleado, muchos de los habitantes de konoha caminaban libremente por las calles disfrutando del calor del sol. Los niños jugando libremente a la vista de sus padres y mucha gente comiendo en los locales y restaurantes.
Kisume camino tranquilamente por aquellas calles observando a varias niños convivir con sus padres, algo que de algún modo le hacia sentirse algo decaida.
Ciertamente la relación con sus padres en su niñez no fue mala, sin embargo, desde que su padre había decidido abandonar la aldea como un ninja renegado todo se había complicado cada vez más.
Su madre parecía estar más ocupada que de costumbre y no se la veía tan saludable ya que la mayoría del tiempo estaba en misiones y nunca estaba en casa. No era mala madre, cuando ella gana a casa se preocupaba por saber sobre la vida de su hija, siendo que Kisume también la pasaba mal.
La azabache menor casi siempre tenía pesadillas de lo que sucedió. Algo que constantemente impedía que durmiera de manera correcta. Con ello se podía notar las pequeñas ojeras debajo de sus ojos. No eran tan notorias pero lo suficiente como para saber que no dormía, en ese sentido agradecía la genética de los Raikun, ya que su cuerpo no presentaba cambios ante la ausencia de cosas tan vitales como el dormir.
Por otro lado, desde que su padre se fue se había enterado de cosas que le daban sospechas de lo que había ocurrido, sin embargo, sabía que si iba a hablar con su madre sobre el asunto ella se negaría rotundamente a hablarle sobre ello. Quizá eso era lo que hacía que la mayor evitará tanto el tema de su padre.
Rei Raikun tenía muchos secretos.
Primeramente uno de los conflictos internos de Kisume era saber por qué estaban en Konoha en primer lugar. Había vivido sus primeros años en los territorios adquiridos por su clan, algo que hasta el día de hoy le sorprendía ya que el clan Raikun era uno de los clanes independientes del resto de las aldeas, tenían su propio territorio y tenían sus propias libertades de elegir a quien ayudar en caso de que alguna de las aldeas pidiera alianza. Pero por más que ella intentaba pensar en un motivo para irse de su clan, nada se le ocurría.
Su padre no era malo, y eso Kisume lo sabía muy bien, pero también sabía que detrás de lo que sucedió había un trasfondo que requería tiempo estudiar, ella estaba dispuesta a hacerlo si con eso podría hacer que tanto su padre como Itachi vivan, por lo menos, en la aldea.
Itachi Uchiha.
De algún modo la azabache sabía que el y su padre estaban conectados. No sabía por qué, pero tenía sus sospechas. Primero por que en más de una ocasión ella había visto a su padre entrar a casa con su traje ninja ANBU, sabiendo que Sasuke le habia dicho también que Itachi también era uno. Quizá hayan tenido misiones juntos, pero eso no explicaba el por que su padre dejaría todo por un compañero de escuadrón.
