Donde Kisume se mete en problemas el primer día de academia
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Para los señores Raikun no era de extrañar que su pequeña hija estuviese despierta desde temprano, pues conocían muy bien la impaciencia que tenia.
Por su parte Rei le había indicado que, si quería la menor, antes de irse a la academia podían entrenar un poco.
Algo que sin duda Kisume aceptó.
Ahora estaban entrenando en el patio de su casa, un lugar extenso donde podrían por lo menos practicar taijutsu, cortesía del Hokage.
— Eres rápida Kisu, sin embargo no te detienes a admirar tu entorno y eres demaciado impulsiva. —decía su padre mientras esquivaba sin mayor problema los golpes que le daba.
— Lo se, pero no se me ocurre ninguna estrategia —dijo la menor repartiendo golpes y chasqueando la lengua.
— es por eso que te digo que debes estudiar más y no simplemente aferrarte a las batallas cuerpo a cuerpo. Pero no te preocupes cariño, pronto desarrollarás el kurion y tendrás más agilidad.
— Aún me quedan dos años Papá. Pero me gustaría adquirirlo muy pronto.
Técnicamente eso era cierto, Kisume se acercaba a la edad donde los Raikun despertaban el kurion, un poder tanto ocular como el poder de manipular los estados de la materia, especialmente los líquidos.
Digamos que Kisu estuvo aprendiendo mucho de su padre estos últimos días.
Aun si Rei no intentaba que la menor aprenda todo antes de tiempo era algo complicado dada la curiosidad dentro de la niña. Kisume era ágil para aprender, así mismo era bastante buena con el manejo de los jutsus.
Pero su progenitor sabía que aunque se alegraba de que la menor aprendiera rápido, si lo hacía eso conllevaría a una responsabilidad que él no estaba seguro si ella soportaría.
Para explicarlo mejor, cuando un Raikun aprende a manejar el Kurion antes de edad es considerado un prodigio, es bastante peligroso el no saber manejar la habilidad ya que es impredecible saber cuando van a cambiar de estado los objetos a tu alrededor, dejando de lado el hecho de que a su vez también es algo complicado manejar el poder ocular. Que consiste mayormente en poder observar tanto la unión como separación de átomos de la materia.
Hasta ese punto, Kisume le había hecho caso a su padre, de estudiar sus movimientos, quien se encontraba pensativo mientras la esquivaba.
El mayor finalmente recordó que se encontraria con el Hokage horas después para probablemente encomendarle una misión.
— no hagas eso, no te distraigas en la pelea ni me subestimes —dijo la menor aprovechando la distracción de su padre para encajarle un, nada doloroso, golpe en su estomago que lo desestabilizo.
