En un mundo donde los reinos del fuego y el aire se han fortalecidos con el amor, y los reinos del agua y el fuego se enfrentan en una danza eterna de rivalidades, Nymeria, una intrépida princesa del Reino del mar, y Damon, el valiente príncipe here...
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Nymeria
Al llegar a mi reino siento la misma culpa de hace unos meses, la cual no cambia y sigue presente, la salud de mi padre ha mejorado, sin embargo, mi mente no puede dejar de pensar que fue por que yo no estuve presente.
Dominique nos recibe en la entra del castillo, se asombra con la llegada de mi amiga, me alegra tenerla conmigo, y así poder protegerla, al principio puso resistencia alegando de que no podía venir conmigo por que su padre nunca lo permitiría, me enoje y tuve que llamar a Serkan para que le hiciera entender que si tiene el permiso para partir a mi reino.
- Nymeria. – me llama Dominique.
- Quédate aquí, si quieres algo no dudes en solicitarlo. – le digo a mi amiga antes de ir hacia el consejero, quien me hace un reverencia cuando me encuentro frente a él.
- El consejo la solicita. – dice apenado, estos últimos días no he estado del todo bien, ando mas irritada de lo normal y no he podido comportarme como es debido, se supone que soy la gran princesa y no he sabido comportarme, pero es que los sucesos no dan para eso, y que el consejo solicite mi presencia no debe ser nada bueno, últimamente no esperan a que descanse y pueda pensar.
- ¿de nuevo? – digo cansada, no quiero estresarme mas y es lo único que voy a conseguir hablando con ese montón de viejos con ideas arcaicas.
- me temo que si mi princesa. – no tengo más opción que aceptar, así que me encamino junto con Dominique al gran salón.
No tengo ni la menor idea del por que requieren mi presencia a cada nada, se supone que luego de decidir que yo no era la indicada para el trono me dejarían en paz ya que los asuntos del concejo no serian de mi incumbencia.
Al llegar el salón se queda en silencio, pero este se rompe cuando uno de los consejeros se levanta para hacerme reverencia, no es un anciano, ni es unos de los ya conocidos, es un chico de ojos color miel y cabellos de color café, raros en este reino, mi orgullo crece cuando después de el le secundan los demás.
También me doy cuenta de que hay un espacio vacío en medio de él gran salón esta junto al lado del trono del rey, las ganas de llorar se hacen presentes cuando Dominique me guía hasta el, en este lugar se iba a posar mi madre quien iba a acompañar a mi hermano cuando sea rey, en cambio me lo dieron a mí, me siento emocionada al saber que formare parte del consejo, y seré la figura más importante después del rey, se que mi lugar es el que ahora ocupara mi hermano sin embargo, antes de armar una guerra entre nuestra familia decidiré apoyarlo y aconsejarlo para que sea el rey que yo nunca pude ser.
- Me complace anunciar, que la princesa Nymeria Gastrell tomara el lugar de la reina madre, pues la princesa a sido educada bajo la tradición real de Eirwan. – dice mi padre quien me mira con orgullo, esto es como una cura para mi roto corazón, no seré reina, pero ayudare a gobernar a una de las personas que mas amo en este mundo. - ¿Usted acepta este cargo princesa?
