En un mundo donde los reinos del fuego y el aire se han fortalecidos con el amor, y los reinos del agua y el fuego se enfrentan en una danza eterna de rivalidades, Nymeria, una intrépida princesa del Reino del mar, y Damon, el valiente príncipe here...
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Nymeria
Antes de que pueda responder un grupo de guardias aparece seguido de su hermano, cuya expresión es seria, como si ya hubiera esperado mi reacción...
- No pueden irse ahora. – dice con firmeza, ignorándome por completo. – el baile será esta noche, los preparativos están listos, y sabes que es obligatoria asistir.
Damon frunce el ceño, apartándose ligeramente para interponerse entre su hermano y yo.
- Quiero saber en que momento te pregunte. – dice en un tono burlón.
- Tienes que asistir. – le dice, ignorándolo.
- No lo hare. – Desmond rueda los ojos claramente frustrado antes de dirigirse hacia a mí.
- Nymeria, el baile se celebra en su honor ¿Acaso no lo recuerdan? Ambos ganaron. Sería una ofensa tremenda.
Damon aprieta la mandíbula, visiblemente molesto, y se vuelve hacia su hermano.
- Nos vamos.
Antes de que pueda responder, tres personas entran en la sala. Son los organizadores de las festividades, todos ellos de rango y respeto en el reino. Uno de ellos nos dirige una sonrisa cargada de expectativa.
- Damon, Nymeria, ganadores del torneo de dioses, no pueden faltar esta noche. Este baile se ha organizado en su honor, y sus presencias son indispensables. La corte está ansiosa por verlos, y sería un desaire que no podemos permitirnos.
Miro a Damon con desesperación, intentando ignorar las palabras que me llenan de ansiedad. No quiero permanecer en este castillo un segundo más, pero sé que escapar en medio de la ceremonia sería complicado, por no decir imposible.
Damon suspira, mirando a las tres personas frente a nosotros y luego a mí, intento buscar alguna salida, pero no la hay. Quiero irme, pero se que eso no será posible ante esto.
- Quiero que la seguridad de este lugar sea reforzada al máximo. Exijo que todos los guardias estén atentos esta noche, y nadie que no esté autorizado se acerque a ella.
Desmond asiente al igual que los organizadores, aunque uno de ellos murmura algo sobre las restricciones arruinando el ambiente festivo.
- No quiero estar aquí...Algo no está bien. Hay alguien en este castillo que quiere deshacerse de mí.
Damon me observa con su intensidad de siempre, me acaricia el rostro con suavidad, como si con su toque pudiera darme la paz que necesito.
- estaré a tu lado toda la noche. No dejaré que nada te pase. Pero si no vamos, levantaríamos sospechas, y nos podrían seguir con más facilidad.
A regañadientes, asiento, aunque la sensación de peligro no se disipa. Mis ojos se encuentran con los de Desmond, quien me observa en silencio, una leve sonrisa en su rostro que no alcanzo a descifrar del todo.
