Capitulo 30 | El precio del poder

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Nymeria

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Nymeria

El aire en mi despacho está enrarecido por el cúmulo de papeles que se han apilado sobre mi escritorio durante mi ausencia. El torneo me robó más tiempo del que había previsto. Recorro los pergaminos, mientras siento el peso del reino caer sobre mis hombros. Con cada firma que estampo, me acerco a la realidad que había olvidado.

Una pila de documentos relacionados con la construcción de nuevos caminos ha sido ignorada durante semanas. Al lado, los informes sobre las caravanas de comercio se acumulan, llenos de quejas y demandas de los mercaderes. Sus súplicas escritas me hacen apretar los dientes, exigiendo lo que creen que les pertenece. Mi pulso acelera ante la sensación de tener que poner orden en lo que parece haberse desmoronado en mi ausencia.

Desplazo un pergamino a un lado, solo para encontrar uno más denso: un tratado sin firmar que mi consejo parece haber evitado deliberadamente. ¿Acaso están esperando que cometa un error para abalanzarse sobre mi posición? Mi padre siempre decía que los regentes son lobos disfrazados de corderos, y hoy, mientras tacho y firmo, lo siento en el aire. Una sombra de traición parece acechar en cada esquina de la sala.

Pero debo mantenerme firme. Cierro los ojos un momento, respiro profundamente, y tomo la pluma con más fuerza. Soy la princesa regente, y este reino no caerá mientras yo siga sentada en este trono.

Suspiro mientras me aparto un mechón de cabello que cae, no se cuantas horas he pasado encerrada aquí...

Mientras firmo el último edicto, un informe sobre las defensas fronterizas llama mi atención. Había dejado órdenes claras antes de partir, y sin embargo, las fortificaciones en el sur aún no han sido reforzadas. Mis dedos tamborilean sobre la mesa. El capitán encargado es de confianza, pero esto... esto parece más que simple negligencia.

- Su alteza, buenos días. – Saluda Dominique quien lleva otra pila de documentos, y siento la desesperación crecer dentro de mí, ¿Qué nadie se encargaba de que todo estuviera en orden?

- Déjalos en la mesa. – digo con una calma que no siento.

Obedece, pero no se mueve de inmediato. Lo observo de reojo y noto la duda en sus ojos.

- ¿Qué sucede? – dejo la pluma a un lado para concentrarme en su visita.

- Me preocupa su estado, se ve demasiado decaída.

- Muchas gracias. – ¿tan mal me veo? Todo el mundo me lo dice.

- su alteza, se ha corrido la voz...

<<Maldición>>

Me llevo las manos a la cabeza queriendo pensar. Si antes no aceptaban como princesa regente ahora muchos menos lo harán, y todo por el...he arriesgado mi reino y posición por alguien que solo me vez como una puta más.

Cenizas de alianzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora