Amigo y secuaz

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La fecha más oscura para el reino había llegado y se sentía como el reino aún guardaba luto por aquella hada que les protegió bajo sus alas; era de la nobleza del reino donde cada noche de San Juan bailaban al rededor de una hoguera y había traído más que sus costumbres al Reino de las Espinas cuando el trono le pertenecía a alguien más y Maleficia era conocida como "princesa  serenísima"; un príncipe extranjero de la familia de la noche, ese era el rey a quien recordaban con amor y respeto aquel día.

La reina no estaba en condiciones de salud para realizar el itinerario en memoria de su esposo y todas aquellas hadas que fallecieron, seguramente se pondría peor si tan solo se hubiera enterado que cierto cuervo estaba consumiente pequeñas cantidades de la variable de la flor que trajo desgracia a su reino, por eso para Lilia fue preferible callar pero castigando a Levan al no permitirle que le auxiliaran hasta en la más mínima tarea, no le importaba que aún no estuviera del todo recuperado, le hacía comer y hacer actividad física el tiempo que estaba en el castillo antes de volver a cuartel con el resto de la guardia real para los relevos de vigilancia en las zonas más cercanas a las actividades humanas. Por suerte ese día podría acompañar a sus amigos.

Malleonor preparo cada detalle para ese día, no solo se recordaría a su padre y a las hadas que perdieron la vida, por primera vez en varios años también se haría saber de las hadas que emprendieron la misión de la Flor de la gota de sol, sin saber que uno de los integrantes se trataba del padre de Lilia, nadie más lo sabía a parte del senado y Maleficia; Malleonor quería hacer aquello porque jamás se hablaba de como la flor llegó al palacio y solo recordaba que existió la misión de la que el Senado no alardeaba a pesar de que uno de sus miembros fue parte de ella. Pidiendo que los retratos adornaran los pasillos del palacio al que todos tendría acceso ese día, pero los pertenecientes a aquella misión fueran colocados junto al del Rey y la nobleza que fallecieron en la epidemia.


—cuando pedí los retratos, me sorprendió que uno de ellos tuviera tu mismo apellido, Lilia—  Maleonor se unió junto a Lilia para ver el retrato  —Levan encontró su registró, fue una de las hada que escolto a mi padre al venir a este reino, se unió a la guardia real y... murió en su deber de proteger a mi padre—  


Se mostraba conmovida al hablar de aquella hada de cabello azabache, y con sus palabras hizo que Lilia recuperara algo de sus recuerdos, por primera vez no sentía dolor al intentarlo, pero no sabía como hablarlo; siempre había sido un huérfano y con sus recuerdos entendía porque sus padres eran amigos de ambos reyes; su padre fue parte de su escolta personal y su madre era quien le asistía, confirmando los rumores que el clan de Lilia procedía del Monte Pelado pero siempre migraban a otras partes.


—me sorprende que el Monte Pelado no hiciera represarías cuando tu padre murió, él formaba parte de su nobleza y realeza—  dejó mirar el retrato para ver el que le proseguía.


—era un príncipe sin derecho al trono—  confesó avergonzada  —no me puedo imaginar que en su lugar de origen no fuera nadie y estando aquí lo fuera todo—


—introdujo muchas cosas de su reino de origen, necesitaba sentirse cómodo y es algo que los matrimonios causan—  hizo un ademan con la mano para despedirse pero Maleonor fue detrás de él.


—tu padre fue alguien impresionante, Lilia... deberías llevar con orgullo el titulo de Lord que no pudo llevar—


Lilia se detuvo en seco, riendo porque él no se consideraba alguien que se pudiera llevar con la nobleza o encajara con la misma; cuestionando si su padre tenía el mismo pensamiento que él porque en el retrato era quien menos insignias llevaba, y en el pie de la descripción mostraban que tenía un alto rango tanto en el Reino de las Espinas como en el reino originario del rey, viviendo en una casita rustica como las demás hadas y había desposado a una sirvienta con la que tuvo una vida tranquila. Algo que el Senado durante el discurso en memoria de los fallecidos intentaron manchar, haciéndolo ver como alguien que había fallado en su cumplimiento y en su promesa de fidelidad al rey, alardeando una y otra vez sobre aquella misión y de haber sido cumplida debidamente sería que el rey aún estaría con vida; esas palabras causaron una división entre los presentes, murmurando si debían creer en ellos o en la palabra de la princesa que intentaba limpiar su nombre.


—¡¡SUFICIENTE!!—


La voz de Maleficia resonó incluso en el cielo que desprendía millones de rayos entre sus nubes; la reina no esperaba tal presentación hacía alguien que recordaba con cariño, exigiendo al Senado que fueran respetuosos y cuidaran sus palabras porque aquella hada fue su confidente y quien le enseño un reino más allá de las montañas que rodeaban el Reino de las Espinas, y que su esposa le acompaño a pesar de estas igual de desecha frente a la muerte de tanto. Tanta fue la magia utilizada que su cuerpo le traiciono pero por suerte Baul pudo sostenerla.


—no pueden tener algo de respeto hacía quienes no portan su mismo titulo o posición social—  Maleficia intento mantenerse de pie con ayuda de Baul  —¿y se llaman a sí mismos mis consejeros? que vergüenza traerán no solo a este Reino sino a la memoria de mi esposo quien siempre vio por ustedes e hizo lo que son ahora—


—majestad no debe esforzarse más—  Baul hablaba con fuerza pero se notaba el pánico en su cara al tener a la reina tan débil en sus brazos  —permítame llevarla a descansar—


—no es necesario Baul—  aparto sus manos para portar de nuevo una elegancia y autoridad al incorporarse y caminar hacía el retrato que tanto enmasillaban  —quería ver una vez más este rostro... él de mi querido amigo... mi más fiel y querido secuaz—


Las hadas presentes estaban atónitas, no podían creer que su reina usara todas sus fuerzas a pesar de su delicado estado de salud para estar presente y declarar gracia hacía un hada considerada inferior por su especie, el temor a ella se volvía admiración y orgullo que borraba la idea de que Maleficia solo usaba a todos como piezas para mantener el orden desde que su esposo falleció pero entendieron que en realidad, esa mala imagen y control de tener a la nobleza y a la realeza presente y mucho antes que las demás hadas era por ideas del Senado, de aquellos 3 que eran voceros, ganándose una muy mala reputación a partir de ese día.

El itinerario continuo sin la presencia del Senado, Maleficia se mantuvo presente aunque limitándose mucho en cuanto a movimiento porque seguía muy delicada de salud, siendo Baul su escolta personal; al finalizar hubo un banquete en el jardín frente al castillo para que todos en el reino disfrutaran de este mientras eran acompañados por las estrellas, mismas que Lilia no paraba de mirara al pensar en sus padres y el rey.


—¿sabías que las alas de un hada del jardín se pueden regenerar si encuentran a su hermana?—  un dato extraño dicho por Levan para sorprender a Lilia, acostándose junto a él y taparle la vista con un libro  —mira esto... tu especie puede vivir hasta 1000 años—


—quita eso de mi cara—  hizo aun lado el libro   —un momento, tu no sueles leer libros de hadas, ¿que te pico? más te vale haber dejado de consumir plantas raras—


—lo encontré mientras investigaba a las hadas de la misión en la que estuvo tu padre—  intento ponerle de nuevo el libro enfrente  —y en el archivo tenían esto... un diario de viaje con el registro de varias especies de hadas, el dueño era tu padre—


—genial, mi padre era un come libros—  rodó los ojos con una sonrisa sarcástica.


—en realidad, escribió este libro durante la epidemia, buscaba formas de como... terminar con ella, tenía una hipótesis sobre que las hadas del jardín resguardaban las flores de la gota de sol y... tenía razón—  de entre las hojas saco una fotografía   —creo que deberías quedarte con esto, intente buscar más pero es la única fotografía que existe—


Lilia tuvo una extrañeza al ver lo que Levan sostenía en las manos, tomando la fotografía que a pesar de estar algo vieja y había perdido parte de sus colores, se veía con claridad que se trataba de una imagen de él cuando era niño junto a su madre, y vaya que la reina tenia razón, Lilia era exactamente igual a ella a excepción del cabello que era más parecido al de su padre pero en largo.


—¿te encuentras bien?—


—gracias, Levan—  sus ojos volvieron a mirar al cielo en donde dos estrellas brillaron.

  

El jardín de las rosas (Twisted Woderland Disney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora