Una pequeña habitación en alguna de las muchas torres de aquel castillo con una amplia vista al jardín cruzando el puente, una repisa de libros, una espada de entrenamiento, un baúl y un armario era todo lo que había para un pequeño murciélago que hacía poco había perdido a sus padres y estaba recuperándose de un golpe en la cabeza que le hizo perder parte de su memoria. La reina Maleficia por alguna razón lo había acogido, tal vez teniendo que ver por el fallecimiento de su esposo unas semanas antes de que Lilia llegara con ella junto a un conde que de igual manera no tenía a nadie más que un titulo heredado por su padre fallecido; aquella enfermedad había acabado con casi todas las especies de hadas, desde su rey hasta las clases más humildes y pequeñas que había en el Reino de las Espinas.
Lilia no salió de su habitación por bastante tiempo, su cabeza le dolía al más mínimo esfuerzo que hacía y los médicos recomendaron reposo, por lo menos hasta que el dolor desapareciera con los medicamentos recetados; de vez en cuando, en las noches la reina Maleficia iba a la habitación de Lilia para ver el progreso de su salud, no sabía como cuidar a un niño tan diferente a su hija por lo que solo se limitaba a observar y dejarlo a manos de los médicos por ahora; mismo caso sucedía con el pequeño conde, su estado de salud había mejorado bastante desde que fue puesto en las manos de los médicos, muchos de ellos aseguraban que fallecería a causa de ese virus pero fue salvado gracias a una flor nacida de una lagrima del sol; el nombre de aquel niño era Levan.
Cuando Lilia dio sus primeros pasos fuera de su habitación fue interceptado por aquel conde, sorprendido por ver a alguien cercano a su edad, estaba maravillado pues a sus ojos había encontrado un hada bastante hermosa y necesitaba saber su nombre, pero Lilia le ignoro pues su prioridad era buscar algo que comer.
—¡¡tengo galletas!!— grito Levan para llamar la atención de Lilia —puedo dártelas todas, cuando estudio no me gusta comer azúcar— intento impresionarle pero Lilia le daba igual.
—con que eres un ratón de biblioteca— miro a Levan y después fijo su mirada en el enorme libro que estaba cargando —vuelve del estante de libros del que saliste, buscare por mi cuenta—
—pero su majestad Maleficia dijo que no entremos a la cocina, las nanas no nos servirán el almuerzo hasta en la tarde—
—no soy un noble así que puedo entrar sin problemas— continuó su camino por las escaleras.
—¡oye no me dejes aquí solo!— cargo su libro para seguirle el paso —y no soy un ratón, preferiría que me compararas a con otra cosa—
—bien, eres un perro— se detuvo para darse la vuelta y darle palmadas en la cabeza como un buen chico —yayaya, no necesitas llorar—
—¿un perro? ¡¡los perros persiguen cuervos, preferiría ser un gusano antes que un sucio perro!!—
—¡¡eres ruidoso!!—
Ambos siguieron el camino hasta la cocina pero al estar en la entrada, Lilia le ordeno a Levan no moverse y hacer "guardia" mientras él entraba por algo de comer por más que el conde insistía en darle sus galletas para que no se metiera en problemas, pues había sido regañado por el senado no hace mucho y le daba miedo ser reprendido una vez más por desobedecer; aquellos 3 espíritus le daban miedo pero debía mantener una imagen al ser el nuevo conde tras el fallecimiento de su padre.
No le tomo mucho tiempo y Lilia salió de la cocina llevando una bolsa de pan consigo, intento ignorar a Levan para no compartirle de sus panes que seguían calientes y emprendió su camino de nuevo a la torre donde era su habitación.
—ya tienes tu comida, vuelve a tu habitación a descansar, aun tienes que estar en reposo por lo de tu golpe en la cabeza—
Lilia ya se estaba cansando de que Levan le estuviera siguiendo pero no sabía como deshacerse de él.
—¡¡no me ignores!!— se adelanto para ponerse delante de Lilia y cerrarle el paso —¿podrías al menos ser un poco más cortes? te ayude haciendo guardia para que tuviera tu pan—
Lilia tenía un pan en la boca al ver a Levan, de la bolsa saco otro —¿quieres uno?—
—no quiero pan, solo quiero que sea un poco más educado—
—¿y para qué?— pregunto con la boca llena de pan —no soy como tú que se la pasa cargando libros y con un porte de señorito—
—una dama no debe comportarse así— su rostro se avergonzó cuando Lilia comenzó a reír por su comentario —deja de burlarte de mi—
—espera, ¿crees que soy una niña?— se señalo a si mismo cargando su bolsa de pan —creo que te hacen falta un par de anteojos, sabelotodo—
—no me llames así, mi nombre es Levan—
—Lilia, ahora que sabes mi nombre, no me molestes, quiero volver cuanto antes para poder seguir comiendo— intento retomar su camino pero Levan no se quitaba de en medio —quítate, estaré en problemas si no me encuentran las nanas en reposo—
—si eres una niña— intento seguir bloqueándole el paso al estirar sus brazos —tienes nombre de niña—
—que no soy una niña, si fuera una niña no tendría nada entre las piernas— levanto su camisón para mostrarle sin pena alguna con tal de que Levan le dejara en paz pero fue todo lo contrarió, hizo que se bajara el camisón mientras se cerraba los ojos.
—es impropio de una dama hacer eso—
—comienzas a cansarme, tonto—
De no ser por las nanas que los encontraron hubiera seguido su discusión, Levan estaba convencido de que Lilia era un hada femenina, no se explicaba de otra forma que sus rasgos fueran tan lindos y su cuerpo fuera tan "delicado" incluso más que él de la propia princesa que apenas se le había permitido ver un par de ocasiones; tenía curiosidad tanto por Lilia debido a que siempre estaba en aquella torre como de Maleonor, la princesa que se mantenía al lado norte del castillo por alguna extraña razón, tal vez tenía que ver con él y con Lilia, pero no creía que los tuvieran en una especie de cuarentena, había pasado más que 40 días, su salud había mejorado tanto como para regresar a sus estudios, y Lilia ya tenía al menos las fuerzas como para salir a buscar pan y subirse al techo de manera sigilosa para no tener que verlo.
"Tal vez es tímida" era siempre su pensamiento cada vez que veía que Lilia se iba por otro lado con tal de evitarlo, nunca se planteo haberle dado una mala impresión, quería que se llevaran bien debido a que no había muchos nobles cercanos a sus edades y en algún momento se necesitarían estado en aquel castillo tan solitario.
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El jardín de las rosas (Twisted Woderland Disney)
FanfictionAdvertencia: Esta historia contiene LiliaxLevan y un poco de LiliaxMaleonor frustrado. Tras ser acogido en el castillo de la Reina Maleficia Draconia junto a otro noble destinado a desposar a la princesa Maleonor; Lilia comienza su historia como fu...