Amor de una madre

10 3 2
                                    

Ni los primeros rayos del sol habían tocado la tierra o las pequeñas hadas habían llegado a tierra firme y las hadas de la noche seguían presentes, animadas porque al fin su amada princesa se casaría, muchos de ellos no paraban de cantar, otros bailaban mientras jugaban con las telas decorativas y unos tantos reían al hablar de viejas anécdotas de la infancia de sus majestades, descantando que no solo eran 2 infantes en el castillo sino 3, como si la presencia de Lilia en ese momento desapareciera y nunca hubiera puesto un pie en el castillo o como si Maleficia jamás le hubiera abrigado bajo su capa mientras lo llevaba a la cama tras curar sus heridas; claro, Lilia no era el hijo de la reina, seguía siendo un acogido cuyo titulo había sido obsequiado por el sentimentalismo de su majestad, Lilia no era más que el temible general Vanrouge y no un Lord.

Lilia solo podía mirar y tomar su papel como un fantasma en aquella antigua construcción, paseándose de vez en cuando para asegurarse de que ninguno de los guardias estuviera holgazaneando solo porque habría una celebración tan importante; se reunió con Baúl que cuidaba de los niños que acompañarían a Maleonor en su camino al altar, uno de los infantes era su hija, una energética hada con gran voz, curiosa como cualquiera a su edad y con un hermoso rostro que contradecía toda delicadeza  de una dama que muchos buscaban.


—tu hija si que destaca, es más alta que el resto de los niños—  comento Lilia mientras miraba como la hija de Baul cargaba a uno para bajar fruta de un árbol   —¿será que se uniera a la guardia real algún día?—


—ella no tiene interés alguno... a no ser que trate de las historias de los débiles humanos que el conde Levan suele contarles en la escuela—  comentó con desagrado  —su influencia es grande, pero me alegra que vuelva a sonreír desde... que abandonamos nuestro hogar por seguridad—


—no sueles hablarme mucho sobre ese lugar... ¿Sunset Savana?—  dirigió su mirada de reojo por su Baul decidía no hablar de aquel tema.


—han pasado un muy poco tiempo, me gustaría contarle más al respecto pero aún no me siento listo de hablar sobre mi esposa y mi pasado antes de venir aquí—


Lilia le palmeo el hombro n forma de apoyo  —tranquilo Baul, muchas hadas se fueron de aquí por que no sentían que pertenecieran a estas tierras y llegaron otras en búsqueda de la seguridad de nuestra reina— 


—general Vanrouge, si no es intromisión de mi parte, ¿usted también es un desplazado?—  pregunto con aquella expresión tan característica de "exageración" pero de sentimiento genuino.


—no recuero mucho de mi vida, mi recuerdo más viejo es haber despertado en los brazos de la reina mientras éramos llevados en carruaje al castillo... escama del dragón—  por intentar recordar, Lilia sintió un ligero vértigo acompañado de un dolor de cabeza  —escuche que tuve un accidente que me causo amnesia, no recuerdo quienes son mis padres o que fue de ellos, tampoco es que me molestara en preguntar, seguro murieron durante la epidemia—


—PERO, SÍ SU MAJESTAD LO ACOGIO COMO UNO DE SUS HIJOS ES PORQUE SUS PADRES DEBIERON SER IMPORTANTES O DESTACADOS MILITARES—


La voz de Baul fue tan fuerte que termino aturdiendo más a Lilia y a unas cuantas aves que cayeron de las ramas de los arboles.


—si fuera así ya lo hubiera sabido—  se intento limpiar el oído  —o tal vez me abandonaron, se sabe que mi espacie es viajera y se sospecha que su origen es del Monte Pelado, no me sorprendería que sea un hijo no deseado que abandonaron al encontrar un lugar donde estaba pasando por una epidemia para deshacerse de él—

El jardín de las rosas (Twisted Woderland Disney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora