Capítulo 7

27.1K 2.8K 326
                                    

Capítulo siete

Javiera se había limitado a quedar petrificada en su lugar, no estaba segura siquiera si se encontraba respirando.

En cambio yo no estaba dispuesta a ser una presa fácil, ellos no me atraparían sin luchar. Recordé lo que Javiera había dicho sobre ellos: Tenían una muy sencilla audición.

Así que grité. Grité lo más fuerte y agudo que pude. Así alguien podría ir a nuestro rescate y ellos se aturdirían por el sonido. Había pensado que ellos se hubieran alejado del ruido en vez de ir a él y taparlo, pero eso fue lo que hicieron.

Después de estar unos pocos segundos manteniendo en grito con los ojos cerrados para tener la mayor concentración posible una mano tapó mi boca haciendo que el sonido que salía de ella se extinguiera.

Por un momento creí que él era un idiota, ¿En serio pondría su mano en mi boca de nuevo? ¿A caso él quería perder un dedo? Al intentar morderlo su agarre no permitió que abriera mi boca. No había manera de morderlo.

Al mirar a la chica junto a mí la vi con los ojos llorosos mientras que el hombre frente a ella parecía estar excéntrico y durante unos minutos pensé que él estaba a punto de golpearla, estaba muy tenso y sus brazos estaban apretados a sus costados terminando en sus manos con los nudillos blancos.

Me sentí muy mal, no quería ver como uno de ellos golpeaba a una chica como yo, ella no había levantado la vista del suelo y sus lágrimas estaban tapando la visión de sus ojos, ¿Cómo podría saber lo que venía?

Javiera no era una luchadora, ella solo era una muchacha, le podría hacer mucho daño y ella no podría minimizar los efectos.

Por lo menos tenía que advertirle lo que vendría, tenía que hacer que ella levantara la vista.

Comencé a agitarme frenéticamente en los brazos del tipo que me sujetaba, estaba pegando patadas y gritando silenciosamente contra su mano. Algunas de mis patadas y codazos le impactaron pero él no aflojó el agarre en mí.

Me estaba controlando por completo.

Finalmente me rendí y dejé de luchar, solo estaba gastando valiosa energía, voltee mi rostro una vez más en dirección a mi amiga cuando escuché un quejido de ella. Había pensado que él la había golpeado, que él la había lastimado.

Pero en vez de eso él se encontraba abrazándola.

El hombre que se encontraba sujetándome acercó su rostro a mi oído y habló con voz baja y a la vez firme.

-- Sacaré mi mano de tu boca -- Dijo él tomando una pausa para continuar -- Pero si gritas de nuevo voy a poner una cinta ahí, ¿Estamos de acuerdo?

Asentí. Él lentamente comenzó a aflojar el agarre en mi boca y cuando su mano abandonó mi rostro por completo sentí como podía volver a respirar bien.

Mis ojos se llenaron de lágrimas aunque me negué a dejar que algún quejido escapara de mi cuerpo, le estaba dando la espalda a él por lo que tampoco lo podía ver.

Me sobresaltar a sentir que unos brazos me levantaban para quedar en posición nupcial en los brazos de ese hombre lobo. Me tensé inmediatamente. Él no tendría la satisfacción de verme llorar.

Él dio media vuelta y comenzó a caminar por el bosque lleno de neblina y helado hasta que nos topamos con un camino de cemento en el que nadie parecía transitar. Pero en los costados de la gran carretera gris habían muchos vehículos estacionados y hábilmente camuflados con la sombra de la noche.

Él abrió la puerta del acompañante en uno de los vehículos y me dejó en el asiento con delicadeza cerrando la puerta junto a mí con un ruido suave. Rodeó todo el vehículo para llegar hasta el lado del conductor.

Probablemente hubiera pensado que hubiese intentando abrir la puerta y correr, pero no era tan estúpida como para hacer eso, sabía que no llegaría lejos porque él me atraparía casi de inmediato.

Observé cada uno de sus movimientos con atención. En el fondo estaba asustada de admitir todos los sentimientos que estaba sintiendo. El miedo... la confusión... todo era tan abrumador para mí.

Él encendió el motor del vehículo que ronroneo suavemente al comenzar a moverse para salir del estacionamiento improvisado hasta la gran carretera.

--Me llamo Andrew -- Dijo el rompiendo el silencio que había en el interior de su automóvil -- Y tu nombre es...

-- Gwendolyn -- Respondí con voz seca y rancia.

El hombre lobo de nombre Andrew se quedó en silencio durante unos segundos. Él era un tipo no mayor de veinticinco años, su cabello era oscuro y caía sobre su rostro aunque no alcanzaba a llegar hasta sus ojos, tenía ojos de color celeste, eran exactamente del mismo color que mis ojos.

Había estado de pie junto a él y sabía que en comparación a mi él era mucho más grande, probablemente estuviera alrededor de un metro noventa. Lo que al parecer era una altura normal para los hombres de su especie, mientras que para la mía llegarían a medir muchos centímetros menos.

-- ¿Cuántos años tienes, Gwendolyn? -- Preguntó él pronunciando mi nombre como si fuera un dulce, algo que le provocaba un gran placer.

-- Tengo dieciséis -- Respondí en voz baja mirando por la ventana.

-- ¿En serio? No pareces estar por sobre los catorce años -- Dijo él frunciendo el ceño -- Supongo que solo eres pequeña. De cualquier manera, ¿Sabes quién soy yo?

-- ¿A caso pareciera que sé quién eres? Mejor dicho, ¿Tú crees que me interesa saber quién eres? -- Pregunté -- Yo sé todo lo que tengo que saber.

-- No creo que sepas muy bien de lo que hablas -- Respondió el muchacho soltando un suspiro -- Es un largo viaje, así que tienes todo el tiempo del mundo para decirme lo que crees saber sobre mí.

Me quedé pensando unos segundos sobre lo que diría, ¿A caso esto se trataba de una prueba? ¿Tendría que elegir mis palabras con mucho cuidado para no salir lastimada? No me importaba. De cualquier modo, saldría lastimada, ¿Por qué poner filtro a mi lengua?

-- Sé que eres de los que asesinaron a mi familia hace unos pocos días -- Respondí en voz baja -- De esos monstruos que mataron niños pequeños, a mis padres, amigos, personas que yo quería. Y no tuvieron el coraje suficiente como para llevarme con ellos. Sé que eres un monstruo.

-- Y yo puedo decir que no te agrado -- Respondió el muchacho desde su asiento -- ¿Por qué no me dejas mostrarte que te equivocas?

-- Por qué no lo hago -- Respondí -- Te escucharé el día en el que esté junto a las personas que quiero.

-- ¿Y ellas dónde están? -- Preguntó.

-- Muertas.

Hola! ¿Cómo están? ¿Les ha gustado el capítulo? Espero que si, gracias por todo el apoyo que me han dado en esta historia.

Bueno, ahora que hemos avanzado un poco en la historia les iba a preguntar sobre si se imaginan a alguien para los personajes, Gwen es una chica de pelo negro y ojos azules y lo único que he dicho de Andrew es que tiene los ojos del mismo color que Gwen.

No olviden dar estrellita.

Comentar.

Y seguirme.

-Valerie

CCH: Casa para Compañeros Humanos #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora