34. Don

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El impacto de ambos ejércitos fue brutal. Las criaturas mordían los cuellos de algunos soldados, y los arrojaban como trapos, y otras los comían vivos, esto mientras también recibían ataques de energía y lanzas que no les hacían entrada, solamente si eran suficientemente resistentes con ayuda de energía, ya que, por sí solas no les causaban ni rasguños. 

Xian se encontraba ya en una de las torres más altas, junto con su cuñada Wang Fen, su padre, y algunos soldados, que juntos atacaban desde las grandes construcciones con armas haciendo que las criaturas no pudieran ir más allá y llegar al palacio.

Solo habían pasado unos segundos desde que los ataques empezaron, pero la tierra ya ardía, y muchos cuerpos estaban sin vida.

Hubo un momento, en dónde Xian, mientras apuntaba para seguir atacando, miró por medio de la lupa, y pudo observar a Akuma, que lo miraba fijamente sin apartarse. Xian dejó de verlo por la lupa y levantó la mirada, pues sabía que ni siquiera hacía falta, estaba muy cerca.

Los ataques caían impactando gravemente, pero Akuma se mantenía ileso, aún si un ataque caía directamente en él, incluso sus ropas estaban intactas y sin un tan solo poco de polvo. Los soldados ni siquiera podían acercarse, su aura era demasiado fuerte en esos momentos.

—¡Xian, no vayas! —Fen le gritó al ver que su atención estaba en el líder.

Pero tal parecía que Xian ni siquiera la había escuchado. Su mente parecía estar en blanco.

—¡Wang Xian! —Fen rápidamente dejó de atacar para ponerse frente a él—. ¡No vayas, quédate aquí!

—Él está por atacar, nos ha estado analizando. Si destruye las torres, destruirá la defensa que tenemos para no dejarlos entrar. No podemos permitir eso.

—Pero… —Fen quería encontrar soluciones, pero simplemente no las había.

—Solo bajaré para que quite su vista de aquí-

—¡Pero es imposible que no te ataque! 

—No hay opciones, Fen… —Xian bajó la mirada y la rodeó para seguir su camino, y bajar por las escaleras dentro de la torre.

Aunque pudo hacerlo fácilmente arrojándose sin que le afectara, sabía que Akuma lo estaba esperando, por lo tanto, lo haría esperar. De esa manera ganaría tiempo.

—¡¡Majestad!! —El general en su caballo gritó al verlo caminar en el campo de batalla.

Pero Xian nada escuchaba, los sonidos perdieron fuerza, ya que su mente estaba enfocada en esa mirada fría y diabólica de Akuma, que de igual manera, la mantenía en él, sin quitarla ni por un segundo, mientras Xian seguía avanzando.

—¡¡NO!! —algunos soldados gritaron al ver que no pudieron impedir que algunas criaturas fueran a toda velocidad contra Xian.

Sin embargo, cuando estas se arrojaron hacia él, una clase de energía de color amarillo se dejó ver como rayos que no les permitieron si quiera tocarlo, matándolas en seguida.

Los soldados sonrieron aliviados y siguieron en lo suyo, aunque no vieron ningún avance, pues aunque muchas criaturas estaban muertas, parecían volver a revivir y atacar con más fuerza.

Cuando Xian estaba casi frente a Akuma, una criatura extremadamente enorme, de unos tres metros, se puso delante de él, y causó un rugido muy grande.

Xian lo miró serio, y se detuvo, pero la criatura no, y avanzó hacia él, y esta vez, los rayos no aparecieron, y la criatura se arrojó para morderlo, pero cuando estaba por caer encima de él, Xian atravesó su cuello con una de sus manos, para después con la otra impactar con energía, cosa que lo hizo explotar en muchas partes.

En Los Brazos Del Malvado Emperador Wang ⁺²¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora