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⛓ Veintiocho ⛓


Despierto. No estoy muerto.

Empujo el pecho de Woohyun para
despertarlo. No se mueve. Su piel se siente rara… fría y rígida. Oh Dios mío.

—¡Woohyun! —Me empujo sobre él haciendo palanca con un poco de presión que tengo— ¡Woohyun!

Presiono mi oreja en su pecho. Mi cabello en mi boca, cayendo sobre mis ojos. No puedo alcanzar el pulso en su cuello; estoy atrapado entre él y la manta. Voy a tener un ataque de asma. Puedo sentirlo llegar. No hay suficiente aire en esta manta. Todo lo que puedo escuchar es mi frenética respiración. Tengo que desenrollarnos, pero él se siente como de 500 kilos. La empujo en la espalda y lucho para salir de la manta. Lucho para respirar mientras mis conductos de aire se estrechan. Tengo que moverme de un lado a otro. Cuando estoy libre, el aire me golpea. Esta helado. Lo necesito en mis pulmones, pero no sé cómo hacer que llegué ahí.

Empujo la manta lejos de su cara
y presiono mis dedos en su cuello. Estoy murmurando por favor una y otra vez.

Por favor no estés muerto.
Por favor no me dejes aquí solo.
Por favor no me dejes.
Por favor no me dejes tener este ataque de asma justo ahora.

Puedo sentir el pulso. Apenas está ahí. Ruedo sobre mi espalda y respiro. Es un sonido terrible. Es el sonido de estar muriendo. ¿Por qué siempre estoy muriendo? Arqueo mi espalda, mis ojos ruedan. Tengo que ayudar a Woohyun.

¡La mesa!... ¿Qué era lo que pasaba con la mesa?

Lo sé. Lo veo todo, lo que vi anoche en mi delirio. La mesa de mi libro. Escribí sobre ella metafóricamente, el concepto de que todos los grandes encuentros son hechos alrededor de una mesa: relaciones, planes para guerra, las comidas que mantienen nuestros cuerpos con vida. Una mesa es una imagen que representa vida y opción. Lo vemos en Camelot cuando los caballeros del Rey Arturo se reúnen alrededor de La Mesa Redonda, y en las pinturas de La Ultima Cena. Lo vemos en comerciales donde familias comen la cena, riendo y pasando una cesta de pan. Escribí sobre una mesa que era un pozo. Estaba en el fondo de mi relación con MyungSoo y estaba tratando de ilustrar donde habíamos hecho mal. Necesitábamos volver a la mesa, traer vida a nuestra relación que estaba muriendo. Fue melodramático y estúpido, pero el guardián del zoológico lo hizo realidad. Construida una en nuestra cocina, y me rehusaba a verla.

Ruedo sobre mis rodillas y gateo… al hoyo. Llego a la mitad antes de caer. No sé si el frio me ha entumecido o si la falta de aire está consumiendo mis sentidos, pero no siento nada cuando me estrello contra la madera. Gateo un poco más hacia las escaleras… hacia la mesa. No… puedo... respirar…

Estoy ahí. Mis garabatos en la mesa están ahí. Puedo sentirlos con la punta de mis dedos, pero está tan oscuro. Llego al gabinete, debajo del lavabo, y encuentro la linterna industrial que Woohyun no nos dejaría usar a menos que fuera una emergencia. La prendo y la pongo encima de la barra, apuntando hacia el objeto de mi interés. Me tambaleo hacia adelante. Sé lo que tengo que hacer, pero no tengo la energía para hacerlo. Tres pasos se sienten como veinte. Me paro a un lado y pongo mi cadera justo debajo del borde de la mesa. Plantando un pie contra la pared, y el otro sobre el piso, empujo. Con todo lo que tengo.

Primero no hay nada. Luego escucho la rejilla. Es más fuerte que el silbido, un ruido que está saliendo de mis labios. Es una confirmación. Es suficiente para hacerme empujar más fuerte. Empujo hasta que la pesada losa de madera se ha movido fuera del centro y está tambaleándose y listo para caer. Me alejo para mirar.
Hay un impresionante ruido sordo mientras cae y golpea ambos lado y luego se vuelca, aterrizando entre la base y la pared. Me tambaleo hacia adelante y miro hacia abajo. Estoy viendo un hoyo oscuro. Es un pozo. O, más o menos, porque no hay agua.
Hay algo debajo de la mesa/pozo. Pero aún no puedo respirar, Woohyun está muriendo. No tengo nada que perder.

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