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Había llegado el día de Navidad. Mi casa se llenó del calor del amor y del aroma de las delicias festivas. Para que el día fuera aún más perfecto, James estaba allí. Lo celebró conmigo y con mi familia, integrándose perfectamente en nuestras tradiciones como si siempre hubiera formado parte de ellas.

Me pertenecía.

Y yo le pertenecía.

La mesa estaba repleta de un banquete digno de la realeza, y las risas llenaban el ambiente mientras compartíamos historias y recordábamos viejos tiempos. Addison y su familia también estaban allí, contribuyendo al ambiente alegre con su contagiosa energía.

A lo largo del día, no pude evitar darme cuenta de lo bien que James se llevaba con mi familia. Su encanto le hacía querer a todo el mundo. Me enamoré aún más profundamente de él.

Este chico...

Cuando nos sentamos a comer, la conversación giró naturalmente hacia nuestros planes de futuro.

-Sueño con ir al MIT-les dije a todos. Mi pasión por la codificación y la programación brillaba mientras hablaba.

-Y es un sueño que se hará realidad -dijo mi padre.

-Entrarás, de eso no me cabe duda -convino mi madre. ¿Y tú, James?

-¿Y yo, qué? -preguntó James.

¿Tú también irás a la universidad? -le preguntó mi madre.

-¿O irás a trabajar para tu padre? -mi padre preguntó antes de que James pudiera responder.

Tenía la sensación de que, en el futuro, nuestra relación sería mucho más difícil. Quería verlo todos los días. Pero eso podría no ser posible, dependiendo de lo que él decidiera hacer y a dónde decidiera ir. El pánico que brotó de mi pecho me hizo comer un poco más rápido.

-No he pensado mucho en ello-respondió James.

-¿Tus padres? -preguntó mi padre-. Seguro que tendrán alguna idea de lo que es mejor para ti.

Cuando el tema se desvió hacia su propia familia, noté un sutil cambio en el comportamiento de James. El músculo de su mandíbula dio un respingo y sus nudillos se volvieron blancos sobre el tenedor.

-Estoy seguro de que ellos también piensan lo mismo -respondió. Creo que el MIT es la elección perfecta para Keily; ella y yo trabajamos juntos en la creación de ese sitio web para la escuela. Se nota lo apasionada que es. Y se le da muy bien.

No pude evitar sentir una punzada de preocupación al verlo desviar la conversación. Estaba claro que había algo que no estaba dispuesto a compartir. Quería preguntarle, pero no ahora. No con toda la familia escuchando.

En lugar de eso, me centré en disfrutar del momento presente, rodeada del calor de la familia y del amor del hombre que había conquistado mi corazón.

A pesar de la tensión subyacente con respecto a la familia de James, me llenaba de felicidad verlo interactuar sin esfuerzo con mi familia. A mis padres parecía gustarles de verdad.

Después de la cena, era hora de intercambiar regalos.

Nos dirigimos al árbol de Navidad y cogí uno de los regalos. Con impaciencia, se lo entregué a mi prima.

-Addison, espero que adores esto tanto como yo-dije.

Una sonrisa bailó en sus labios mientras desenvolvía cuidadosamente el regalo. Sus ojos se abrieron de par en par al contemplar el exquisito vestido entre los pliegues de papel de seda.

-¡Oh, Keily, es impresionante! -exclamó, con los dedos recorriendo el intrincado encaje y la seda. Muchísimas gracias. Es perfecto.

Sonreí de satisfacción, con el corazón henchido por su sincero agradecimiento. Sabía que le gustaría, porque habíamos ido de compras muchas veces. Conocía sus gustos, su estilo.

La Gran keily 2>>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora