Estábamos estudiando. El suave resplandor de la lámpara de mi escritorio iluminaba la habitación, proyectando un cálido ambiente sobre el desorden de libros de texto y papeles esparcidos por mi cama.
James se sentó a mi lado. Tenía el ceño fruncido por la concentración mientras hojeaba sus apuntes, con los músculos tensos por el esfuerzo de compaginar sus responsabilidades académicas con su rigurosa rutina de ejercicios.
-Vale, para la redacción de Inglés tenemos que analizar el simbolismo de El gran Gatsby.
-me interrumpí y miré a James, que parecía ensimismado.
-Lo siento, Keily-murmuró, pasándose una mano por el pelo. Parece que no puedo concentrarme esta noche.
Suspiré comprensivamente, entendiendo la inmensa presión a la que estaba sometido. No pasa nada, James. Te has esforzado mucho últimamente, tanto con los entrenamientos como intentando ponerte al día con los deberes del colegio. Quizá deberíamos tomarnos un pequeño descanso.
James asintió agradecido, recostándose en la cama con un suspiro de alivio. -Gracias, Keily. Parece que últimamente no puedo quitarme el cansancio de encima.
Me acerqué y le apreté la mano para tranquilizarlo. -Lo estás haciendo muy bien, James. No es fácil hacer malabares con todo, pero sé que lo superarás.
-¿Parece que vas a conseguir una puntuación lo suficientemente alta para el MIT? -preguntó James.
-Sí-no pude evitar sonreír, una oleada de orgullo me calentó el pecho. Pero cuando James no me devolvió la sonrisa, supe que algo iba mal. Su habitual energía vibrante parecía apagada.
-¿Y tú? -indagué suavemente, estudiando su expresión.
-Estoy luchando confesó. Apartó la mirada de mí. Compaginar los estudios con el programa de fútbol es duro.
-¿Estás emocionado por volver al fútbol? pregunté, esperando despertar un atisbo de entusiasmo en los ojos de James.
-Sí, supongo contestó sin entusiasmo; su voz carecía de su fervor habitual.
Arrugué la frente, intuyendo que había algo más bajo la superficie. -¿Supones? -le pregunté, inclinando la cabeza para mirarlo.
James vaciló, con los hombros ligeramente caídos. Quiero decir, sí, lo estoy-concedió, pero la incertidumbre persistía en su tono. No estaba siendo del todo sincero.
Esperé pacientemente, intuyendo que necesitaba un poco de ánimo para abrirse. Pero cuando el silencio continuó, fui yo quien lo rompió.
-Parecías disfrutar mucho practicando con Lucas y Chad en tu patio trasero.
-Me encanta salir con ellos-dijo. Me di cuenta de que era verdad. Pude notar cómo se animaba cuando mencioné sus nombres. Vale. así que le gustaba más salir con sus amigos que jugar al fútbol en el instituto Jenkins... Esperé a que dijera algo más.
Finalmente, tras un momento de silencio, James dejó escapar un pesado suspiro. Mi padre ha vuelto a casa de un viaje de negocios. Quiere que siga con el fútbol.
Al escuchar sus palabras, me di cuenta de lo que estaba haciendo. ¿Así que lo haces para hacer feliz a tu padre? -aventuré, sabiendo ya la respuesta, pero queriendo escucharla de él.
James asintió, con expresión cansada. -Sí, más o menos-confirmó, con los hombros caídos.
-¿Has hablado con tu padre de lo que sientes por el fútbol? -pregunté suavemente, con la esperanza de animar a James a compartir sus pensamientos y sentimientos.
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La Gran keily 2>>>
Teen Fictionsegunda parte de la gran keily, espero la disfruten! adaptación a wattpad. * Esta historia no es de mi propiedad, no soy escritora.