20
—Stef está enfadado con la españolita.
Si ya me siento mal, la frase de Blanca termina de hundirme. Estaba a punto de darle un trago al cóctel, pero me detengo para asesinarla con la mirada. Debe notar que no ha sido muy apropiado, porque enrojece un poco.
—Es decir... —murmura—. ¡Qué exagerado! Qué dramas.
—Pues a mí me parece normal —opina Miki—. No hay que caer en el juego sucio de los demás. Tienes que ser mejor pers...
—Oh, por favor.
Eso ha salido de mí, aunque no estoy muy segura de si quiero seguir hablando. No voy tan borracha como para empezar a arrepentirme de lo que digo, pero tiendo a hablar más de lo que debería y todavía no quiero que me odien.
Aun así, ya lo he dicho y los tres me contemplan con curiosidad. Yara incluida, aunque no se esté enterando de mucho.
—¿Qué? —me pregunta Miki, sorprendido.
—Que estoy haaaaarta del discursito de que hay que ser una mejor persona que los demás, que hay que ser madura, que no hay que rebajarse a su nivel... ¡Pues igual hay gente que solo te entiende cuando te rebajas a su nivel! ¿Y lo de perdonar a todo el mundo? Y una mierda. Si no se arrepienten, que se jodan. Ser rencorosa compensa más que ser una buenísima persona.
Mientras Yara se come toda la comida que han traído, Miki tuerce el gesto y Blanca asiente con fervor.
—¡Eso! —chilla la última—. Que les den. También tenemos derecho a ser unas cabronas.
—Exacto. ¿Por qué la buena tiene que soportar que le digan de todo sin hacer nada para defenderse? Pues no. En mi cuento, las buenas también tienen garras.
—¿Eso quiere decir que tú eres la buena?
—¿Quién quieres que sea? ¿La Canela esa?
—¿Eh?
—Cinnia —aclara Miki.
—Como se llame —protesto—. Obviamente yo soy la buena. No entro en la categoría normal de buenaza de la telenovela, pero prefiero eso que ser la villana.
—También puedes ser un antihéroe —opina Miki.
Le doy otro trago a la bebida, cabreada.
—¿Y eso qué es?
—Pues... esos héroes que no entran en la categoría clásica de buenazos absolutos. Batman lo es.
—¿Y a quién le importa Batman? Yo solo conozco a Hannah Montana.
—Madre mía. —Miki tiene que tomarse un trago para seguir aguantando esta conversación.
De mientras, Blanca se ha terminado el suyo y le da vueltecitas al vaso entre sus dedos. Parece pensativa. Y Blanca pensativa es un poco peligrosa.
—Tienes razón —opina—. Que le den a Stef. Si se meten contigo, tienes derecho a defenderte. Yo me apunto a darle una paliza a Cinnia, que tampoco me cae bien.
—No quiero pegarle a Canela —aclaro—, solo que sufra un poco.
—Más sufrimiento que haber estado con el amargado de Stef...
—Stef no está amargado —protesta Miki—. Es que... tiene una personalidad que hay que ir descubriendo poco a poco.
—Miki, sabemos que tienes un crush, pero relájate.
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Cartas de verano
Romansa«No dejes que puedan contigo. Sé que la vida puede ser muy cruel, pero... también es muy larga. Todavía no has conocido a todas las personas que te querrán. Todavía no te conoces ni siquiera a ti misma. Dale otra oportunidad al mundo, ¿vale? Solo un...