Capítulo 10

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Homura

Nunca seras igual a los demas, diferenciarnos es lo que hace que queramos ser felices.

En la vida, puedes encontrarte con mucha gente. El destino siempre pone en tu camino a quien menos esperas; a veces, un conocido, otras veces, un desconocido. El destino es un enigma del cual desconocemos si es bueno o malo contigo, pues con todos trata de manera diferente.

El bello poder hablar, y de ser tu mismo.

Desde muy pequeña, siempre me dijeron que mi cabello era uno de mis rasgos más distintivos. Tenía ese tono negro azabache que solía recibir tantos cumplidos. A los ocho años, sin embargo, todo cambió de forma inesperada.

Recuerdo el primer día que noté algo diferente. Me desperté y vi en el espejo un mechón de cabello rojo brillante en medio del negro. Pensé que era una mancha de pintura o algo que podría lavar fácilmente. Pero no fue así. Día tras día, más mechones comenzaron a cambiar de color, hasta que mi cabello entero se transformó en un vibrante rojo fuego.

— No se quita... — miraba el espejo y luego Hikari se aventaba con un balde de agua encima mio.

— Ratatata — gritó Mythra atacando, cuando cayó solo reinos pero vimos que no se quito el color rojo.

No entendía lo que estaba pasando, y ni mis padres ni los doctores podían explicarlo. Sentía que toda la atención que recibía era por algo que no podía controlar, y cada mirada curiosa en la escuela me hacía sentir más incómoda.

— ¿Por que crees que me pinto el cabello? — pregunte algo extrañada alzando una ceja.

— Pues tu cabello es rojo, como el fuego. — respondio otro niño.

Mis compañeros me llamaban "la chica del pelo de fuego" y, aunque al principio sonaba especial, rápidamente se volvió una carga.

— Tu ama fue infiel – dijo un niño algo triste, lo cual me decepciona pensar que ellos creen eso.

Y las estrellas te oirán

Pasaron los años y los intentos de mantener mi cabello negro con tintes temporales se convirtieron en una rutina agotadora. Cada vez que veía mis raíces rojas emergiendo, me recordaban que era diferente, y no en el buen sentido. Mi hermana siempre estaba a mi lado, apoyándome, pero incluso con su apoyo, me sentía perdida.

— ¡¿Pero por que te lo sigues pintando?! — me reclamaba Mythra para yo solo suspirar.

— Estoy harta de la historia de que Mamá le fue infiel a Papá — dije yo sería.

En este tiempo estábamos en preparatoria, era una exigente y ambos padres debían asistir a juntas para que hablen sobre los progresos de los alumnos.

Por lo que rumores seguían desde la primaria donde descubrieron que mi cabello es extraño.

A los veinte años, el mundo había cambiado, pero mis sentimientos de ser una extraña no lo habían hecho del todo. Estaba en la universidad, tratando de encajar y, a pesar de los intentos de ser yo misma, a veces sentía que mi cabello rojo seguía siendo una barrera.

Fue en uno de esos días comunes cuando conocí a Tailer. De la forma más épica nos conocimos, me tacleo cuando espiaba a mi hermana en una cita con su hermano.

Así entonces comenzariamos a ser cómplices para divertirnos y juntar a nuestros familiares con el sonido de la vida universitaria a nuestro alrededor.

Un día de esos me había quedado sin dinero en efectivo justo cuando iba a pagar mi almuerzo. Miré a mi alrededor, sintiéndome un poco desesperada y, de repente, alguien me tocó el hombro.

—Parece que necesitas una mano —dijo una voz cálida y amable.

Giré y ahí estaba este chico con una sonrisa tranquila que manaba serenidad; "Serenisandose" como dice el aunque esa palabra no exista.

Sus ojos tenían un brillo de amabilidad que me hizo sentir un poco menos sola, dándome atender qué el es alguien similar a mi.

—Sí, olvidé sacar dinero —admití, sintiéndome un poco avergonzada.

—Jeje, No te preocupes, yo te invito esta vez además ya te la debia —respondió, sacando su billetera sin dudar.

Cierto usualmente somos tan despistados como para dejar la cartera tirada en la casa, bajo las sábanas, dentro del baño o en algún sitio inusual.

Recuerdo cuando el me dijo que se subió a una camioneta que era similar a la suya y lo bajaron a patadas.

Nos sentamos juntos y comenzamos a hablar como lo solíamos hacer. La conversación fluyó fácilmente, ya nos conociéramos de toda la vida.

— ¿Te tiñes el pelo? — me pregunto alzando una ceja, qué lo hacía ver como un perrito de mis stickers.

— Eh, si — dije tímidamente aunque no sabían nada sobre mi aun me cuesta contar sobre mi anomalía capilar.

— Siempre he querido yo pintarmelo de azul  siento que se me vería bien, aunque Black me dice que me vería más chino — dice el cómicamente.

— Oh ya veo.

— ¿Y como le haces para teñorte de rojo la raíz? — me cuestiono a lo que solo quize evadirlo, aunque dentro de mi algo me decía que "no le mienta".

Todo es tan bello.

— Bueno... Yo en realidad soy pelirroja — confieso a lo que el solo abren un poco los ojos.

— Uy, que bueno la verdad a mi me gustan las pelirrojas, recuerdo haberme enamorado de una chica pelirroja hace rato — dijo el nostalgicamente — Pero me hizo recordar que "Soy Uno Más del montón".

— Oh, ya veo — entendí en ese momento que no era tan extraño ser yo misma.

Tailer no pareció darle importancia a mi cabello rojo, lo cual fue un alivio enorme.

— Ya veo... — volví a murmurar.

— ¿Quieres pasta de dientes? — me pregunto y eso me extraño.

— ¿Por qué? — le preguntaba extrañada.

— Para lijarte qué pareces disco rayado.

Nos reímos bastante y mientras hablábamos, me di cuenta de lo mucho que había cambiado desde esos días de inseguridad. Sí, mi cabello seguía siendo rojo, pero ya no lo veía como un problema, si no como mi cualidad especial.

Nuestra felicidad está cerca.

Con el paso del tiempo fuimos haciéndonos amigos de locuras.

— ¿Estas seguro de esto? — le pregunto a Tailer quien sonríe.

— Si, tu eres experta pintando cabello así que quien mejor que tu para pintarme a mi el cabello de azul — dice el sereno.

— Cierto — solo sonreí y me prepare para pintarle el cabello de azul.

Los brazos despegar

— Listo — ya había terminado y el solo miro con gratitud.

— Gracias Homura... — hizo énfasis en mi nombre, eso me ruborizo un poco.

— De que... Para eso están los amigos.

"¿Me acabo de Friendzonear, yo sola?"

¡¿En que estoy pensando?!

¿Y hay que perderse?

Sin conceptos.

Es unas sopresa ver esto.

— ¿Ahora que hiciste idiota? —regañaba el hermano de Tailer quien solo se reía nerviosamente.

— Me lo pinte por que me parece genial.

— ¿Tu tuviste algo que ver? — me pregunto a mi Mythra a lo que asenti nerviosa.

— Unos quieren teñirse de color el cabello y otros quieren teñir lo del color clásico, negro.

Fin del Capítulo 10

Te amo, pero esto esta mal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora