𝑹𝑬𝑴, solo es un sueño

5. Nuevo escenario

Humbe:

La punta de mi pie golpeteando el suelo hacía que mi rodilla y el resto de mi pierna no estuviera quieta. Intenté dejar de hacerlo un par de veces pero era eso o seguir mordisqueando la uña de mi dedo gordo.

El álbum de esencia había salido hace unas semanas y estábamos teniendo buenos resultados, mis oyentes mensuales en las plataformas habían aumentado de 2M a 4M. Era bueno, pero sé que podíamos hacerlo mejor, nos encontrábamos buscando estrategias para atraer más atención a mi música. Yo seguía sugiriendo promocionarlo en TikTok pero Carlos, de Marketing y Fernando de Relaciones Públicas seguían rechazando mis ideas.

— No entiendo, — dije un poco frustrado — es algo que ya ha funcionado anteriormente.

El salón de juntas donde estábamos se sentía demasiado serio y me sentía fuera de lugar frente a estos dos hombres en traje frente a mí.

Estábamos en un quinto piso y no solían molestarme las alturas pero en este momento no creo que soportaría ver por la ventana. En sí, todo en este lugar me causaba un poco de repulsión. Los colores monocromáticos y el olor a plástico nuevo era tan intenso y abrumador que hacía sentir todo artificial, daba la sensación que era una sala que sacaron del bolsillo para usarse específicamente hoy y que volvería a guardarse cuidadosamente una vez terminada hasta la siguiente reunión.

Me daba una inquietante necesidad que alguien tirara su café para que la alfombra tuviera algo de vida y la sala se pareciera un poquito menos a una de las muchas otras salas que pasé de camino acá.

— Exactamente, "anteriormente". Necesitamos algo diferente, algo único. — Carlos se inclinó hacia enfrente en su silla y empezó a gesticular demasiado con sus manos, queriendo hacer claro su punto. El reloj pesado que llevaba en la muñeca empezó a hacer mucho ruido debido a esto. — Hay muchos artistas que están intentando abrirse paso y ganarse su lugar en esta industria. Necesitamos darle a los medios un motivo para que hablen de ti y no del resto.

— Necesitamos un escándalo. — Dijo Fernando mientras se rascaba la barba, aparentemente cansado de que Carlos no fuera al punto.

Fruncí el ceño. Mi mirada se iba de uno al otro. Mi pierna al fin había dejado de temblar.

— Creo que mi música es lo suficientemente buena para resaltar por sí misma. — Dije indignado y cruzándome de brazos.

Fernando iba a hablar pero Carlos le puso la mano en el brazo, lo cuál le hizo soltar un suspiro que sonó más a bufido.

— Y estamos de acuerdo. Tu música es excelente, sabemos que tienes mucho potencial y que puedes tener un gran futuro pero...

— Pero necesitamos darle a los medios una razón para que hablen de ti, — interrumpió Fernando — al hablar de ti, inevitablemente también hablarán de tu música.

Carlos se frotó la cara con ambas manos en una muestra de desesperación.

Negué, no quería ser parte de un circo.

— No, no quiero acudir a mentiras para atraer la atención. — Seguía negando con mi cabeza. — No dejaré de ser yo.

— Y no dejarás de serlo, — Carlos se levantó y caminó hasta mí para ponerme la mano en el hombro — sería solo algo pequeño, algo que no cause daño. Algo con lo que te sientas cómodo.

— Escucha, — Fernando volvió a tomar la palabra — necesitamos que los medios te empiecen a dar el lugar que mereces. Necesitamos sacarte de esos festivales donde te ponen a las 3 de la tarde, cuando el 70% del público aún no ha llegado.