Humberto:
— ¡Humberto, despierta! Tienes que salir en 15 minutos.
Me desperté un poco desorientado, olvidando por completo donde estaba. Con los ojos entrecerrados acostumbrándose a la luz, mi vista se fijó en el brillante tocador frente a mí.
Aún procesando donde me encontraba, cerré los ojos solo un segundo y al siguiente volví a escuchar la voz de Emiliano:
— ¡Humberto! ¡5 minutos!
Abrí los ojos de sobresaltado recordando de pronto: estaba en el vestuario con un concierto a punto de empezar.
Me levanté de un golpe del sillón de piel color marrón donde me había quedado dormido después del meet and greet. Se había extendido un poco, lo que me hizo terminar agotado. Aunque estuvo bastante bien, esta vez solo me preguntaron dos veces por Victoria.
Después de un año, ya había logrado que mi sonrisa no desaparecia al escuchar su nombre.
Dejé de imaginarla entre el público y podía cantar todas las canciones que me recordaban a ella sin quebrarme.
De vuelta en mi ciudad, mi mamá nos recibió en el aeropuerto y yo dormí todo el trayecto hasta mi casa.
Estaba soñando con Victoria y Regina, bueno, más bien un recuerdo se reproducía en forma de sueño. Jugabamos en el parque al que la llevamos el día que su papá se molestó con nosotros.
Estaba recostado en las piernas de mi mamá cuando la escuché hablar entre sueños.
— ¿Cómo lo viste? — Aunque tenía mis ojos cerrados, sé que debía estar señalándome.
Así habían estado actuando todo este último año, después de que los primeros meses no hice otra cosa más que dormir, mi mamá tuvo que tener una platica conmigo.
— ¿Haz comido algo en todo el día? —Dijo despertándome un día.
— ¿Qué hora es? — Tomé mi celular y vi los números grandes en la pantalla que me indicaban que ya era la hora de la cena, me había pasado la comida durmiendo también.
— Tienes que comer.
— Quiero dormir. — Me volví a arropar dándole la espalda.
— No, lo que tú quieres es verla. Todo lo que haces es dormir en un desesperado intento por encontrarla.
Me quedé callado un momento, a punto de negarlo.
— ¿Por qué no aparece? — Contesté al fin, frustrado.
No le bastó con desaparecer de mi vida, también tuvo que irse de mis sueños.
— No lo puedes forzar, mi vida.
Empezó a acariciar mi pelo y me volteé hacia ella para abrazarla.
— La extraño.
— Yo también. — Dijo suspirando.
Se me estrujo un poco más el corazón, pero saber que ella también la echaba de menos me hizo sentirme un poco menos solo.
— Que afortunada eres, — le dije — estás casada con el amor de tu vida y ya no tienes que preocuparte de que te rompan el corazón.
La escuché reír suavemente.
— Es cierto, tu papá jamás me rompería el corazón. Pero sigo preocupándome de que mi corazón se rompa... y de peor manera.
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𝑹𝑬𝑴, solo es un sueño
FanfictionVictoria descubrió la música de Humbe en el momento que más lo necesitaba. La depresión siempre había estado presente en su vida pero cuando más bajo estuvo, cuando no veía salida, lo encontró. En sus letras encontró la tranquilidad y el acompañamie...