Me quedé ahí procesando sus palabras y cuando terminé de creerme lo que acababa de escuchar, mi estómago por fin se asentó.
Al volver al escenario, mis piernas aún se sentían como si fueran de piedra, pero ahora me sentía con la energía suficiente para moverlas.
La chica de recepción tenía razón, la mirada del público al mirarme hacía que fuera más fácil estar aquí.
Cuando bajé del escenario, me intercepta el señor Villegas.
— ¡Eso fue precioso! ¡Estoy seguro que llegarás muy lejos! — Estaba muy sonriente y enérgetico, su vibra era contagiosa en realidad, era una persona muy agradable. — ¿Adivina qué? Hay unas personas que quieren hacerte una entrevista.
— ¿Entrevista? ¿Por qué?
— ¡No lo sé! — Dijo en pequeños grititos, claramente emocionado. — Acabas de llegar y ya estás acaparando la atención, tus compañeros estarán más que celosos.
Me acerqué a las personas que me indicó mi jefe e inmediatamente apuntaron una cámara a mi rostro, sin presentarse ni preguntar si estaba lista. Instintivamente di un paso hacia atrás reaccionando al destello de luz que recibió mi rostro, el señor Villegas puso un brazo sobre mi de manera sobreprotectora.
— Eres la novia de Humbe, ¿verdad? — Mi ánimo inmediatamente volvió hacia el suelo, me sentí estúpida por creer que estaban interesados en mi talento. Cómo no contesté, el hombre frente a mí acercó aún más el molesto microfono amarillo chillante hacia mi cara y volvió a abrir la boca pero les di la espalda y empecé a caminar intentando alejarme de ellos, mi jefe iba a mi lado, con su brazo sobre mis hombros y la multitud pisandonos los talones.
— ¿Qué opinas de los vídeos que circulan diciendo que Humbe está siendo infiel? — Gritó uno de ellos a mis espaldas.
Me detuve en seco y volteé hacia ellos.
— Los vieron otra vez esta tarde paseando en su carro. — Agregó.
— Los medios opinan que una relación con ella podría ser más beneficioso para su carrera, ¿estás de acuerdo? — Dijo la voz de una mujer, ni siquiera pude ver su rostro.
— ¿Saben qué? Él es la figura pública. No yo. A mi no me vengan a molestar con preguntas pendejas porque yo no tengo ninguna obligación de estarlos tolerando.
— Si no eres figura pública, ¿qué hacías arriba de ese escenario?
— ¿Así que no eres ciego? — Interrumpió el señor Villegas. — ¿Y sordo, qué tal? Si no tienen ninguna pregunta qué hacer sobre el increíble talento de ella, les voy a pedir que se retiren o pido que los saquen.
— Señor Villegas, ¿algo que decir sobre los rumores de que es homosexual?
Mi jefe rió con hartazgo.
— No hay necesidad de que hagan rumores, jamás he intentado ocultarlo. — Señaló con su mano de vuelta hacia la salida. — Última vez que les pido que se vayan y den por terminada la colaboración con su editorial.
Nos encerramos en su oficina, Ramón se estaba asomando a través de las persianas mientras le hablaba a los de seguridad por la radio.
Yo caminaba en línea recta por toda la oficina. Había algo atorado de mi garganta y ya no sabía si era rabia, ansiedad o unas ganas inmensas de gritar.
Tal vez todas.
— ¿Estás bien? — Asentí frenéticamente. — Ven aquí.
Me atrajo hacia él y me dio un reconfortante abrazo. Me hundí en su pecho y me relajé tan solo un par de segundos hasta que sentí el molesto pero desgraciadamente muy familiar flashazo.
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𝑹𝑬𝑴, solo es un sueño
FanficVictoria descubrió la música de Humbe en el momento que más lo necesitaba. La depresión siempre había estado presente en su vida pero cuando más bajo estuvo, cuando no veía salida, lo encontró. En sus letras encontró la tranquilidad y el acompañamie...