Todo por un "impulso".. [Swiss x Sodo]

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El día del concierto había empezado. Los nervios de Copia estaban en los cielos, pues su guitarrista principal no se presentó al ensayo general, y no confiaba mucho en el hecho de que Alpha lo pusiera a practicar, cuando Sodo había dejado su guitarra en su habitación.

Swiss por otra parte, no pudo dormir, por lo que sus amigos estuvieron con él toda la noche, hasta que se quedara dormido, tratando de mantenerlo en paz y en armonía, ya que de la pareja de Sodo se podían esperar hasta las peores cosas.

Ya a las 9 de la mañana, se escuchó la puerta de la habitación del multighoul y el ghoul de fuego abrirse sigilosamente, pero la persona que abrió la puerta no logro su cometido, pues Swiss de inmediato se despertó, viendo a Sodo, el cual se veía angustiado, asustado y nervioso. Este, al ver a Swiss, cerró la puerta de golpe y corrió hacia el multighoul, colapsando en llanto mientras lo abrazaba.

El multighoul no necesitaba palabras para entender la situación en la que se encontraba Sodo, o de la que había salido, solo acostó a Sodo en la cama y lo abrazo, tratando de consolarlo y calmarlo en ese tormento mental.

El menor solo soltaba aquellos sentimientos reprimidos que la noche anterior no pudo sacar, pero apenas llego a su lugar seguro, pudo sacarlos sin ningún problema. Las caricias de Swiss lo reconfortaban, su aroma calmaba sus nervios y sus palabras le transmitían seguridad. Estaba claro que él valía más para Swiss que para sí mismo. El ghoul de fuego no emitió ninguna palabra de su boca, solo salían sollozos de esta, mientras que abrazaba fuertemente a Swiss, repitiendo en su mente que todo estaría bien...mientras tenga a Swiss a su lado.

El corista de la banda tomo a Sodo del mentón, alzando su mirada, viendo como esos ojos azules se derretían sin parar. Con cuidado, limpio sus lágrimas con su pulgar, y beso repetidas veces la frente del menor para tranquilizarlo de nuevo.

–S-swiss...e-el...m-me... - Trataba Sodo de formular palabras, sin éxito, pues apenas podía respirar adecuadamente.

–Shh...tranquilo cariño, no quiero que me cuentes así, tranquilízate primero, ¿sí? – contesto Swiss, recibiendo un movimiento de cabeza de Sodo, aceptando sus palabras.

Unos minutos de cariños bastaron para que Sodo parara de lagrimear, su respiración se tranquilizara y hablara con tranquilidad.

Y de ahí empezó a relatarle todo lo acontecido:

Después de la salida con Swiss, Sodo recibió una oleada de mensajes de su pareja Alpha, mandándole las múltiples imágenes que le había mandado la mesera de la cafetería, reclamándole por el contenido de aquellas ilustraciones y un mensaje que decía "Quiero que vengas aquí de inmediato, necesitamos arreglar esto...a mi modo". Sodo, con el cuerpo tembloroso, tomo sus llaves y su celular, y se dirigió de inmediato a el departamento de Alpha.

Al llegar a este, no pudo ni reaccionar, pues el mayor lo había arrastrado a dentro del domicilio, llevándolo directamente a su habitación, donde recibió un fuerte golpe en su mejilla, que representaba el "enojo" que poseía su pareja. Y ahí fue donde empezó todo para Sodo, llevándolo a un doloroso tiempo con lo que consideraba como su pareja...como la persona que nunca le haría daño...si, le había causado dolor antes, pero no tanto como la noche anterior, donde sintió como Alpha lo torturaba de una forma que le da asco recordar.

A la mañana siguiente, Alpha despertó a Sodo a gritos, pues el mayor lo había desadormecido de esta forma, y el menor solo pudo levantarse, cambiarse, agarrar sus cosas y de una vez salir de aquel cuarto del terror.

Y volvemos al presente.

Swiss no quiso hablar más sobre eso, simplemente le dirigió su atención y cariño a el de cuernos blancos. No sabía cómo había acabado en esa relación, y como es que no salía de ella, pues siempre su carácter había sido fuerte, autoritario y dominante...o eso era lo que quería que pensaran.