CAPITULO 11

352 16 0
                                    

-Van tarde- la melodiosa voz de mi tía se escucha por toda la casa.

-Lo sabemos- respondemos al unisonoro con Fio.

Salgo de mi habitación. Mi tía esperando con una taza de café y con una cara divertida. Se volvió habito el llegar tarde al trabajo desde que ingresamos a la universidad hasta ahora. Estudie enfermería y Fio medicina. Una vez agarro mi taza le doy un beso en la mejilla.

-Gracias, nos vemos- siento a Fio detrás de mí.

-Buen día tío- lo ubico en la sala de estar le doy un beso y sigo mi camino- Nos vemos.

-Adiós tío.

-Se cuidan.

-Siiii-respondemos las dos.

Una vez en el auto arrancamos directo al hospital. Fio se acomoda su larga melena rubia, mientras sostiene su taza con los dientes.

-¿qué servicio te toca?-tomo mi café, riquísimo. 

-Clínica, ¿tu?

-Pediatría, nos vemos en el descanso.

- ¿tendremos descanso?

- No creo, por cierto, alcance a ver una carta.

-¿ya? ¿no era cada mes?

-Parece ser que no, de un año pasaron a meses, ahora son solo una semana y mandan de nuevo.

-No me agrada esto.

- A ninguno de nosotros tres.

Al año de vivir con mis tíos y Fio comenzaron a llegar cartas de citatorio de la manada, en ellas especificaban que necesitaban con urgencia la presencia de mi tía para un trabajo directo con los alfas. Ella al poseer una habilidad útil para identificar a los destinados, requerían esa habilidad para su hijo Franco, ella acepto. Obviamente mi tío la acompañaba, pero como ahora las visitas a la manada de una vez al año pasaron a meses y de meses a semanas, se dificulta. Los propios guardianes de la manda vienen por ella. Ir y venir no es muy agradable, me pregunto en repetidas ocasiones si quería ir con ella, a lo cual me negué. Fio tiene curiosidad, pero como es un mundo totalmente diferente, prefiere no ir. Ella es sobrina por parte de mi tío Derek, su hermana, falleció en un accidente y como el padre no se quería hacer cargo. Desde los 8 vive con ellos. Es increíblemente alegre. Una vez llegamos al hospital estacione y bajamos.

-No te olvides que hoy tenemos el cumpleaños de Max, es a las 8.

-Ahh ¿es hoy?

-Jara no podemos faltar.

-Ya se, ya se solo te molesto, aumenta el paso que si no nos despiden. Hago solo 8 horas, tu no acepte turnos dobles.

-Ok ok ok

Como de costumbre corrimos. Nos despedimos y cada una toma su camino. Yo por las escaleras y ella el ascensor, no me gustan los ascensores. Así que los evito. Como llegamos tarde tenemos charlas reducidas. Fue por culpa de mi tío estuvimos entrenando y se nos fue el tiempo.

-Jara llegas tarde.

-lo se señor Jerónimo- tomo un sorbo del café y trato de recuperar el aliento- Escaleras.

-Ponte a trabajar Ahora

No me da tiempo de contestar que se va. Me pongo en marcha, otra suspensión y ahí si que me despiden.

-Gracia Jara.

-Un placer señora Dominguez.

Termino de realizar mis deberes y me pongo a rellenar los formularios y a hacer los registros. Estuvo muy movido el día de hoy, cuando me di cuenta ya eran más de las 12 del mediodía. Al estar tan centrada en mi trabajo que me olvide por completo lo de la carta, eso significara otra semana sin mis tíos presentes. Se está haciendo muy frecuente. Y tengo un mal presentimiento, no es habitual, según tengo entendido están buscando desesperadamente a la compañera de Franco, el ¿para qué? No lo sé. O no lo quise saber. Ese asunto ya no es mi problema. Volver solo significaría verlos y afrontarlos. Y la verdad no tengo ganas. Solo me he dedicado a seguir con mi vida, tengo nuevos amigos, tengo a mis tíos que por cierto me han ayudado en varias ocasiones y no fue nada fácil y tengo a Fio. Volver solo significaría abandonar todo lo que he ganado y alejarme de las personas que me han aceptado tal cual soy. Eso sí, si algo les pasa a mis tíos...

RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora