CAPITULO 38

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- ¿Aliviada? se siente como si un peso saliera de tu cuerpo - Derek me abraza mientras entramos a la casa, sonrió, y afirmo.

-Sí, mucho la verdad- caminamos pasando la entrada de la casa, desvió mi vista y choco con un par de ojos azules, mi sonrisa se esfuma, su mirada cambia a una dolida.

-Buenas tardes- suelta con su voz ronca, me separo de Derek.

-Buenas-le corresponde el saludo Derek. - me voy a buscar a Amelia.

Derek se retira. Desvió la mirada, paso de largo hacia la cocina. Siento su mirada seguirme. A mitad del camino me sujeta del brazo, cierro mis ojos. El me arrastra hasta su cuerpo, mi brazo choca con su pecho. Me giro y lo miro seriamente. Mira mis labios, ruedo mis ojos, e intento zafarme. Pero agarra mi nuca y me besa. No le correspondo, coloco mi mano en su hombro. Sus labios se mueven sobre los míos. Mantengo mi boca cerrada. Se separa un poco. Apoya su frente y suelta un suspiro. Mantiene sus ojos cerrados.

-Terminaste, ahora suéltame- el tono de voz neutro hace que abra sus ojos, parece dolido, solo es mi imaginación. Mi estómago se cierra.

-Apenas estoy comenzando- me suelta el brazo, me agarra de la cintura. Lo miro seriamente. - Si tengo que arrodillarme lo hare, solo dime ¿qué tengo que hacer? para que me escuches.

-Deja de humillarte y suéltame- suelto cansada.

-Jara estoy siendo paciente, pero si sigues con esa actitud- me acerca más a él.

-¿Ahora me amenaza?. Contéstame las siguientes preguntas-me mira confundido, pero asiente- ¿somos algo? Tu y yo ¿tenemos algo? –niega, paso mi lengua por mis labios, su vista se dirige a mi boca- entonces busca a tu compañera, piérdete y déjame tranquila.

-Tienes mi marca-sonríe triunfante, me rio, cambia su mirada.

-¿Seguro?- sonrió y el coloca una mano en mi cuello, lo escanea y abre sus ojos sorprendido. Su mirada cambia a una enojada.

¿Dónde está mi marca Jara? -la voz de Marcus se hace presente. Niego como puedo, mientras sonrió.

-Eso no será problema- frunzo el entrecejo, sus colmillos se hacen notar, antes de que pueda proceder a morderme, levanto mi rodilla. Un golpe directo a sus bolas. Se escucha un quejido seguido de un gemido de dolor. Él se cae al suelo. ¿no aprende o qué? Me arrodillo y quedo a la misma altura.

-Acéptalo Franco, no tienes poder sobre mí- su mirada azulada llena de dolor cambia, pero me levanto y corro a la cocina. Me encuentro con Maria. Le sonrió y la saludo.

-¿quieres algo de comer señorita Jara?-

-Si María, pero yo te ayudo- no muy convencida asiente y me deja ayudarla en la preparación del almuerzo.

Mientras comía un sándwich preparamos el almuerzo, Fio se nos unió al rato. Entre risas terminamos el almuerzo, junto con un postre de chocolate.

-María prepara salmón a la plancha- la voz demandante de Julieta se escucha por la cocina. Se formó un silencio, mira a Maria, parece ser que se contiene.

-Si señorita Julieta ¿solo para usted? -el tono de voz de María es cansador.

-No, para todos los presente- ¿Qué carajos? Fio la mira directamente.

-Ya se preparó el almuerzo correspondiente Julieta, espero y comprendas que no se puede desperdiciar comida- cordialmente habla Fio, pero el cuerpo rígido de
Maria llama mi atención. Frunzo mis cejas.

-Le di una orden, no intervengas, solo porque Matt te marco no tiene autoridad.

-No necesito autoridad para decirte tus verdades- Fio se cruza de brazos.

RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora