CAPITULO 31

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La mayoría de las labores de Emilse eran asistir a celebraciones, inauguraciones o tratar de resolver algún conflicto. Pero los temas del concejo eran otra cosa, yo no podía acompañarla, según dijo que es por seguridad. Desde hace tres días vengo resolviendo y tratando de amoldarme a cada situación. La mayoría son inauguraciones, otros eventos y demás. No es tan exigente. Pero si rutinario. Jhon no me acompaña, en su lugar, viene Javier. Lo cual agradezco.

-Señorita llegamos- Javier me saca de mis pensamientos. Bajamos de la camioneta, tengo que venir a chequear que en la empresa de tala vaya todo de acuerdo a lo predicho. Al ingresar voy directamente hacia las escaleras, Javier niega y yo subo y bajo mis hombros.

-Buen día señora ¿Jara Darrow?-la secretaria me mira con curiosidad. Saludo y asiento. -Soy Melani Duvan secretaria del señor Vladimir Rifford esperen un momento aquí pro favor- asiento. Miro a Javier que se acomoda el nudo de su corbata.

-Subir escalera te sienta fatal-el tono divertido de mi voz hace que me mire y asiente. Solo sonríe cuando habla de su compañera.

-Es mas sencillo bajar que subir.

-Por favor síganme-la voz de la secretaria nos hace seguirla. Pasamos por unas puertas hasta dar con la oficinita. Ella abre y nos señala que pasemos. Ingresamos. Vladimir se encuentra esperando con una copa de vino. Bueno es sangre. Hago intento de todo mi ser para no hacer ningún gesto.

-Buen día.

-Buen día- no pierde ni un segundo para escanearme. Me indica que tome asiento. Javier se niega y se coloca a mi izquierda. Para alguien que subió escaleras hasta cansarse tiene bastante resistencia. ¿llegaron bien? ¿sin inconvenientes?

- ¿por qué tendríamos algún inconveniente señor? - lo miro seriamente. Luego de unos segundos sonríe, sus pupilas se agrandan y siento un escalofrío recorrerme el cuerpo, las náuseas aparecen.

-Por su ausencia de presencia-siento la mirada de Javier. Lo ignoro- tal vez se le hace dificultosos sentir a otros y que la sientan, seguro se pierde mucho usted señorita.

-Vine a chequear lo temas de la empresa que se habló hace tres días atrás- coloco mis manos sobre la mesa, lo miro directamente- Creo que ese tema no es de su incumbencia-sonrió- y ¿sí? Señor.

-Tiene razón, pero por un descuido de poder se hizo cualquier cosa, me temo que le preguntare señorita, sin ofenderla ¿cree que confiare en su criterio?

-No, sé que no confiara en mi criterio- en su mirada no hay nada de expresión, típico de los vampiros- tampoco hare promesas para ganarme su confianza, no creo en eso, soy más de los hechos que palabra. Así que señor ¿resolvió el tema o está tratando de retrasar el trámite de información? Si es así esto es una pérdida de mi tiempo.

-No, claro que no, no me conoce y ya me ofende señorita- suelta sin más mientras busca algo, saca una carpeta y me la alcanza, la agarro- léalo tranquila.

Lo leo y parece que está a toda regla. Pero una copia se lo tengo que llevar a Franco.

-¿Cómo resolvió el tema con los trabajadores?

-Como ha leído, llegamos a un acuerdo, era mucho dinero lo que faltaba. Por así decirlo- se encorva y me mira- devolvió cada dólar, no se preocupe, como dije en la reunión le pagamos a los trabajadores tal como les prometí. Están todos los recibos. Logre así con mis colegas, para mi desagrado, poner en marcha la obra que quedó a mitad.

-¿estuvieron de acuerdo los trabajadores? ¿Justifico cada recibo con el Banco? ¿también ha evitado que demande a la empresa? No tengo los informes de los bancos, y veo que actualizaron el contrato.

RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora