capitulo 5

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Mikey había hecho una cita con el médico para ver cómo iba el embarazo de Takemichi. A pesar de las tensiones entre ellos, Mikey quería asegurarse de que todo estuviera bien tanto para Takemichi como para su futuro hijo. Gracias a su riqueza, el dinero no era un problema, y Mikey se aseguraba de que Takemichi recibiera la mejor atención posible.

Al principio, Takemichi había insistido en que Chifuyu lo acompañara a la cita. Se sentía más cómodo con su mejor amigo a su lado durante estos momentos vulnerables. Sin embargo, Chifuyu lo convenció de que permitiera a Mikey acompañarlo, para que ambos pudieran empezar a reconstruir su relación y asumir juntos la responsabilidad de ser padres.

—Takemichi, sé que estás herido, pero Mikey quiere estar ahí para ti y el bebé. Dale una oportunidad de demostrar que puede ser un buen padre —le dijo Chifuyu antes de la cita.

Finalmente, Takemichi aceptó, aunque con cierta reticencia. El día de la cita, Mikey lo recogió en el departamento y juntos se dirigieron al consultorio del médico. Durante el trayecto, el silencio entre ellos era tenso, pero Mikey intentaba mostrarse calmado y protector.

—Gracias por dejarme acompañarte, Takemichi. Sé que no es fácil para ti —dijo Mikey suavemente mientras conducía.

Takemichi asintió, mirando por la ventana.

—Lo estoy haciendo por nuestro hijo. Necesita a ambos padres —respondió Takemichi, tratando de mantener una postura neutral.

Al llegar al consultorio, fueron recibidos por la recepcionista y rápidamente dirigidos a una sala de examen. El médico, una mujer amable de mediana edad, les dio la bienvenida con una sonrisa cálida.

—Hola, Takemichi, ¿cómo te sientes hoy? —preguntó la doctora mientras preparaba el equipo para la ecografía.

—Un poco nervioso, pero estoy bien —respondió Takemichi, echando un vistazo a Mikey, quien se mantenía a su lado, atento.

—Es completamente normal sentirse así. Vamos a hacer una ecografía para asegurarnos de que todo está bien con el bebé —dijo la doctora, aplicando gel en el abdomen de Takemichi antes de pasar el transductor sobre su piel.

En la pantalla, pronto apareció la imagen borrosa pero inconfundible del bebé. Takemichi y Mikey miraron con asombro y emoción. A pesar de todo el dolor y la confusión, este momento les recordó lo que realmente importaba.

—Aquí está el bebé —dijo la doctora, señalando la pantalla—. Todo parece estar bien. El bebé está creciendo de manera saludable.

Takemichi sintió lágrimas en sus ojos al escuchar esas palabras. Mikey, también emocionado, tomó la mano de Takemichi sin pensarlo, buscando compartir el momento. Takemichi dudó un segundo, pero no retiró su mano.

—Gracias, doctora —dijo Mikey, su voz cargada de emoción—. Es un gran alivio saber que todo está bien.

La doctora sonrió y asintió.

—Sigamos cuidando bien a Takemichi, asegurándonos de que reciba la nutrición y el descanso adecuados. Si tienen alguna pregunta o preocupación, no duden en llamarme —dijo antes de salir de la sala.

De regreso al departamento, el ambiente entre ellos era más ligero, aunque todavía había muchas cosas por resolver. Mikey miró a Takemichi con una mezcla de esperanza y determinación.

—Takemichi, quiero que sepas que estaré aquí para ti en cada paso de este camino. No solo como el padre de nuestro hijo, sino también como alguien que te ama y quiere recuperar tu confianza —dijo Mikey sinceramente.

Takemichi asintió, sintiendo que, aunque el camino sería largo, había una posibilidad de reconstruir lo que una vez tuvieron.

—Te lo agradezco, Mikey. Por ahora, vamos a enfocarnos en el bebé y en lo que necesitamos hacer para que tenga una vida feliz y saludable —respondió Takemichi, sabiendo que aunque no todo estaba perdonado, este era un paso en la dirección correcta.

Juntos, regresaron al departamento, con la esperanza de que el tiempo y el esfuerzo sanarían sus heridas y les permitirían construir una nueva vida juntos como familia.

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