capitulo 24

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Unos días después de la confrontación con la madre de Takemichi, Mikey recordó que nunca había compartido la gran noticia de que iban a ser padres con su propia familia. Decidió que era el momento perfecto para hacerlo y planificó una cena en casa de sus padres, con la intención de sorprender a todos con la noticia.

Mikey organizó todo con cuidado, asegurándose de que la cena fuera especial. Invitó a sus padres, sus hermanos y, por supuesto, a Emma, su hermana menor, quien siempre había sido una gran parte de su vida.

La noche de la cena, Takemichi y Mikey llegaron temprano para ayudar con los preparativos. La casa estaba llena de aromas deliciosos mientras los platos se iban colocando en la mesa.

—¿Estás nervioso? —preguntó Takemichi, viendo a Mikey ajustar los cubiertos por tercera vez.

—Un poco. Quiero que esto sea perfecto —respondió Mikey, con una sonrisa nerviosa.

Poco después, la familia de Mikey comenzó a llegar. Sus padres, llenos de energía y emoción, lo recibieron con abrazos cálidos. Sus hermanos, siempre bromistas y alegres, también estaban allí, llenando la casa con risas y conversaciones animadas. Emma, la hermana menor de Mikey, llegó por último, radiante como siempre.

—¡Mikey! ¡Takemichi! —gritó Emma, corriendo a abrazarlos—. ¡Es tan bueno verlos!

—Es bueno verte también, Emma —respondió Mikey, devolviendo el abrazo—. Tenemos algo especial que queremos compartir con todos.

Durante la cena, la atmósfera era cálida y acogedora. Mikey y Takemichi intercambiaron miradas, sabiendo que el momento se acercaba. Finalmente, Mikey se levantó y levantó su copa, llamando la atención de todos.

—Familia, hay algo muy especial que Takemichi y yo queremos compartir con ustedes —dijo Mikey, con una sonrisa radiante—. Estamos esperando un bebé. Bueno, en realidad, ¡dos bebés! Van a ser abuelos, tíos y tía.

Hubo un momento de silencio antes de que la noticia se asentara. Entonces, la sala estalló en alegría. Los padres de Mikey se levantaron emocionados, abrazando a la pareja con lágrimas de felicidad en sus ojos.

—¡Eso es maravilloso! —exclamó su madre, con una gran sonrisa—. ¡Vamos a ser abuelos!

Los hermanos de Mikey, siempre llenos de energía, comenzaron a bromear y felicitar a la pareja.

—¡Vamos a ser tíos! —gritaron, dándose palmadas en la espalda—. ¡Esto es increíble!

Emma, con los ojos llenos de lágrimas de alegría, corrió a abrazar a Takemichi.

—¡Voy a ser tía! ¡Estoy tan feliz por ustedes! —dijo Emma, abrazando a Takemichi con fuerza—. Esto es lo mejor que podría haber pasado.

Takemichi se sintió abrumado por la calidez y el amor de la familia de Mikey. Era evidente cuánto significaba esta noticia para todos ellos. Mikey miró a Takemichi y sintió una inmensa gratitud por tener una familia tan unida y amorosa.

La cena continuó con un espíritu festivo, lleno de risas, abrazos y celebraciones. La noticia de los mellizos había llenado el corazón de todos con alegría y expectativa por el futuro.

Al final de la noche, mientras se despedían, los padres de Mikey le tomaron las manos a Takemichi.

—Estamos tan felices por ustedes. Si necesitan algo, cualquier cosa, estamos aquí para ayudar —dijo su madre, con una mirada de cariño.

—Gracias. Su apoyo significa mucho para nosotros —respondió Takemichi, sinceramente conmovido.

De camino a casa, Mikey y Takemichi se sintieron más unidos que nunca, sabiendo que tenían el amor y el apoyo de su familia para enfrentar el futuro.

—Creo que todo salió perfecto —dijo Mikey, sonriendo.

—Sí, lo fue. Y tener a tu familia tan emocionada hace que todo sea aún mejor —respondió Takemichi, con una sonrisa radiante.

Juntos, se dirigieron hacia el siguiente capítulo de sus vidas, seguros de que, con amor y apoyo, podrían superar cualquier cosa.

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