Capitulo 3

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Takemichi seguía encerrado en la habitación de visitas, negándose a salir. Mikey intentó varias formas de lograr que Takemichi saliera, pero todas parecían fallar.

Primero, Mikey trató de hablar con Takemichi a través de la puerta, asegurándole que lo amaba y que haría cualquier cosa para enmendar su error. Pasó horas hablando, pero Takemichi permaneció en silencio, escuchando sus palabras pero sin responder.

Luego, Mikey intentó dejar notas bajo la puerta. Escribió cartas largas y sinceras, explicando cómo se sentía, cuánto lamentaba lo que había hecho y cómo quería arreglar las cosas. Pero cada nota fue ignorada, sin respuesta alguna.

Desesperado, Mikey decidió preparar las comidas favoritas de Takemichi y dejarlas frente a la puerta. Esperaba que el gesto de cuidado y dedicación pudiera ablandar su corazón. Cada plato era preparado con amor y esmero, pero aunque la comida desaparecía, Takemichi no salía ni decía nada.

Finalmente, Mikey recurrió a Chifuyu. Sabía que su amigo podría tener una idea de cómo llegar a Takemichi. Chifuyu aceptó ayudar y fue al departamento para hablar con Takemichi.

—Takemichi, soy yo, Chifuyu. Déjame entrar, por favor —pidió suavemente a través de la puerta.

Después de un largo silencio, la puerta finalmente se abrió un poco, lo suficiente para que Chifuyu entrara. Takemichi estaba sentado en la cama, con los ojos enrojecidos y el rostro cansado.

—Hey, amigo —dijo Chifuyu, sentándose a su lado—. ¿Cómo te sientes?

—Confundido, herido, traicionado —respondió Takemichi, mirando al suelo—. No sé qué hacer, Chifuyu.

—Es comprensible. Mikey realmente se siente mal por lo que hizo. Está tratando de demostrar que quiere arreglar las cosas —dijo Chifuyu, poniendo una mano en el hombro de Takemichi—. Pero entiendo que necesites tiempo.

—No sé si puedo perdonarlo. Cada vez que lo miro, recuerdo lo que hizo —dijo Takemichi con tristeza.

—Tal vez no sea cuestión de perdonarlo de inmediato, sino de permitirte sentir lo que necesitas sentir y luego decidir lo que es mejor para ti y tu hijo —sugirió Chifuyu.

Takemichi asintió lentamente, absorbiendo las palabras de su amigo. Sabía que Chifuyu tenía razón. No podía tomar decisiones precipitadas, pero tampoco podía quedarse encerrado para siempre.

—Hablaré con él, pero necesito ir despacio —dijo finalmente Takemichi.

Chifuyu sonrió, contento de ver que su amigo estaba dispuesto a dar un paso adelante.

—Está bien, Takemichi. Estoy aquí para apoyarte en lo que necesites —dijo Chifuyu.

Con el apoyo de Chifuyu, Takemichi finalmente salió de la habitación de visitas. Mikey estaba en la sala, esperando ansiosamente. Al ver a Takemichi, su corazón se aceleró.

—Takemichi... —comenzó Mikey, pero Takemichi levantó una mano para detenerlo.

—Voy a escucharte, Mikey. Pero esto no significa que todo esté perdonado. Necesito tiempo —dijo Takemichi firmemente.

Mikey asintió, aceptando las condiciones de Takemichi. Sabía que este era solo el primer paso en un largo camino hacia la reconciliación, pero estaba dispuesto a recorrerlo, con paciencia y amor, por el bien de su familia.

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