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Alex corría como loca tratando de hallar a su hermana sin éxito y eso comenzaba a desesperarla. Si ha su hermanita le pasaba algo por culpa de Lena acabaría con ella. Luego de varias vueltas al fin la encuentra sentada en un banco solitario de un viejo parque que se encontraba bien lejos de su casa.
- Si que sabes como correr hermanita. - intenta una broma para suavizar el momento.
- Alex. - la mira y de sus ojos salían lágrimas de dolor. Se alegraba tanto de verla junto a ella que sin pensarlo busca refugio entre sus brazos. Su hermana la recibe con tanto amor, ahí entre esos brazos siempre se ha sentido protegida.
- Ya hermanita, tranquila estoy aquí.  Todo va a estar bien, ya estoy aquí mi vida. - era lo único que decía, le partía el alma ver a su hermana así. Kara cargaba con tanto dolor que lloraba sin consuelo.

El sufrimiento de su hermana terminó por confirmarle que pasaba mucho más de lo que Lena decía, Kara no era una mujer insegura todo lo contrario y nunca se pondría en ese estado por un simple malentendido pero no le quedaba más que esperar a que se calmara y decidiera contarle. Luego de un rato Kara ya se encontraba más calmada y le pudo contar a su hermana el calvario que había sido su vida los dos últimos años. Kara le explica que desconocía el motivo del proceder de Lena, no entendía por qué había cambiado tanto. Kara estaba tan dolida que olvidó lo impulsiva y rencorosa que suele ser su hermana porque sino nunca le hubiera dicho las dudas que tenía sobre las verdaderas intenciones de su esposa al casarse con ella y mucho menos hubiera abierto la boca para decir que su esposa sentía repulsión de ella por su condición pero que lo había sabido disimular muy bien, algo que en su interior sabía que no era cierto porque Lena adoraba que le hiciera el amor a todas horas, ella amaba a su amiguito. Entonces por qué no podía detenerse. Alexandra Danvers soltaba fuego por los ojos, estaba tan enojada que solo rogaba que al volver no se topara con su cuñada o sería capaz de matarla con sus propias manos, también pedía porque su novia no tuviera ni la más mínima idea de lo que estaba pasando con su hermana o no estaba segura de poder perdonarla. Se preguntaba como Lena podía ser tan cruel con alguien tan dulce como Kara.
- Por qué no me contaste, por qué no hablaste conmigo?
- Crees que es fácil Alex. Mi situación no es nada sencilla, mucho menos agradable. Dime cómo lo hacía, llegaba así de simple y decía "hey hermana llevo más de dos años con una psicópata que no me deja ni mirarla pero que se niega a hablar de divorcio". En serio crees que es así de fácil.
- Si, lo fue no. Me vas a decir que te resultó más fácil sufrir en silencio todo este tiempo a venir a pedir mi ayuda.
- Estaba avergonzada Alex, humillada, soportando una situación descabellada en nombre del amor y ahora me pregunto: qué amor. Estaba demente, mal de la cabeza que sé yo. Cómo pude aguantar tanto dios mío, dónde dejé mi orgullo, mi amor propio Alex. Por eso no podía hablar logrando con mi silencio hacerme cómplice de esa loca permitiéndole que me convirtiera en su maldita marioneta para así burlarse de mi todo este tiempo.
- Espero que Samantha no sepa nada porque si sabía y no me contó no sé que haga con ella.
- Hey, calma tigresa. Sam no tiene culpa de nada, aunque Lena le haya contado ese secreto no le pertenecía para ir divulgandolo por ahí. Si yo que era la más perjudicada no abrí la boca por qué tendría que hacerlo ella. Así que por favor tienes que entenderla y te lo pido Alex no descargues toda tu frustración y rabia en ella. - suplica mirándola a los ojos.
- Esta bien, pero aún así tengo que escucharlo de sus labios entiendes. Soy su novia, y tú mi hermana debió decir algo o al menos tratar de llamar mi atención sobre ti o algo que sé yo Kara. Ya no puedo confiar en Samantha.
- Por qué mierda dirías una barbaridad como esa. - parece asombrada pero su voz denota molestia.
- Es la mejor amiga de Lena desde siempre Kara y si ambas están de acuerdo para ir tras nosotras y hacerse de nuestro patrimonio.
- Alex por favor, aquieta esa mente loca y fértil que tienes por dios. Sammy no tiene nada que ver con eso, créeme. Deja de leer tantas novelas policíacas que te están afectando el cerebro. Piensa bien en lo que le vas a decir a Sam para que no metas la pata Danvers que te conozco y pierdas a la mujer de tu vida por loca e impulsiva. Ya es suficiente con que una de las dos esté jodida.
- Tienes razón, me estoy precipitando. Pero de que va a tener que hablar lo va a hacer porque no me trago la historia de que no sabia nada.
- Si serás cabezota. - ríe con las cosas de su hermana mayor.

Esclava de lo que calloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora