Lena decidió que ya era hora de volver a su casa. Sabia que Kara se había comprado un penthouse que estaba mucho más cerca de la mansión Danvers. Lena no podía dejar de pensar en ella, quería saber todo. Interrogó a Sam pero no había conseguido mucho estaba segura que lo hacía para evitar una pelea con Alex. Su relación ya estaba bastante tensa debido a que Samantha se negaba a terminar su amistad con ella por más que Alex se lo pidiera. Lena desaprobaba la actitud de Alex y compadecia a su amiga, sabía que su cuñadita podía llegar a ser bastante inmadura e infantil cuando se lo proponía. Temía por Sam, era consciente de cuánto amaba a Alex y le dolería mucho que saliera lastimada en el proceso por culpa de la tozudez de la niñita malcriada que tenía por novia. Se le escapa una sonrisa máscara de su dolor, cómo se atrevía a juzgar a la mayor de las hermanas Danvers si ella había hecho lo mismo y hasta peor con Kara. Su gesto se endurece, de repente avienta el vaso de whisky contra la pared, la extrañaba a más no poder.
A pasado una semana y para Lena ha sido como un siglo en esa casa sola. Se encontraba en ese momento entrando a las oficinas del prestigioso bufete de abogados del que su esposa era dueña, había decidido ir a hablar con ella en su oficina en contra de los buenos consejos de Sam. Entraba con paso seguro al lugar. Por qué no lo haría? Ella aún era la señora de Danvers la esposa de una de las abogadas más prestigiosas y temidas del país, además si eso no fuera suficiente ella era Lena Luthor. Llega a la oficina y la recibe la asistente de Kara.
- Hola señora Luthor. Le avisaré a la Abogada Danvers que está aquí.
- Gracias, no te molestes. Si no está ocupada yo paso necesito hablar con ella. - se adelantó abriendo la puerta sin más.La joven sabía que eso le traería problemas con su jefa, ella detestaba que entraran a su oficina sin avisar antes pero para su defensa la abogada debía conocer y de sobra el genio que se cargaba su esposa. Esa mujer intimidaba a cualquiera con tan solo un movimiento de cejas. Lena cierra la puerta tras si y Kara devuelve el teléfono a su lugar sin llegar a usarlo al percatarse de quien acababa de traspasar la puerta de su oficina y sin previo aviso. Su rostro cambió en menos de un segundo y el enojo se hizo presente de inmediato.
- Cómo entraste sin que me dijeran nada.
- Tú asistente iba a avisarte pero no la dejé
- Claro, es obvio.
- No vine a pelear, necesito que me escuches por favor.
- Te dije que no tengo nada que hablar contigo a menos que sea sobre el divorcio. Si es así tienes toda mi atención.
- Kara, escuchame al menos en honor de lo que un día sentiste por mi. Puede que tú no tengas nada que decir pero yo si tengo mucho para hablar. - su mirada era una súplica y esta vez ella accede.
- Tienes cinco minutos y ya vas por cuatro, Lena. - se sentó y su mirada era fría. Lena se paseaba nerviosa, no sabía cómo comenzar la conversación. - Vas a hablar o no Luthor.
- Estoy nerviosa, disculpa. - la chica respira profundo y comienza a hablar. - Yo fui una imbécil mi amor, que se dejó manipular por Lex en una absurda venganza que orquestó contra nosotras. Él te odia Kar porque nunca confiaste en sus supuestas buenas intenciones y me aconsejaste para que yo tampoco lo hiciera, yo te escuché y no le permití volver a la empresa eso lo enfureció. En su cabeza loca nosotras estropeamos sus planes y por eso nos culpa y nos odia en especial a ti cariño.
- Sigo sin entender lo que dices. Lena no sé si quiero seguir escuchándote y mucho menos si el nombre de Lex está metido en esto. - Kara estaba agotando su paciencia.
- Espera por favor, déjame terminar debes escuchar todo. Tengo miedo que Lex haga algo en tu contra. Un día él llegó a la empresa todo indignado y con una molestia tan grande que me convenció que era genuina y me contagió a mi con su supuesto enojo. Traía consigo unos documentos donde decía que tú eras la dueña de la mitad de las acciones de Luthor Corp y de otras de nuestras propiedades entre ellas la mansión de nuestra familia. Yo no entendía nada, en mi cabeza no cabía semejante idea y mucho menos entendía por qué tú no me habías dicho nada. - de sus ojos corrían lágrimas. - Lex al ver las dudas nacer en mi se aprovechó de lo bien que ha sabido manipularme desde siempre y me saturó de veneno en tu contra. Dijo que había descubierto que habías chantajeado a papá. - Lena hizo una pausa para mirar a Kara que estaba pálida y se revolvía con rabia en su silla, no podía creer lo que escuchaba. Ella continúa. - Entonces llegó al final la estocada maestra la que me terminó de destrozar el corazón haciendo que mi mundo se viniera abajo. Dijo que solo te casaste conmigo para poder obtener todas esas cosas, que nunca me amaste de verás porque... - no pudo continuar.
- CALLAA. - gritó haciéndola enmudecer de inmediato.De los ojos de Kara salían lágrimas a raudales que no podía contener y eso la enfurecía aún más. Lena también lloraba, sabía que la estaba lastimando una vez más pero en esta ocasión si era necesario.
- Cómo pudiste creer semejante embuste Lena. Yo te amaba, te adoraba Lee y siempre te lo demostré maldición y tú decidiste creerle al pendejo de tu hermano que a tu esposa. Optaste por confiar en el tipo que destruyó a tu familia y decides entonces destruir a la mujer que te lo había dado todo Lena sin dudar. Yo te entregué mi alma y mi corazón demonio, te di todo mi ser y en cambio tú que hiciste me lastimaste sin piedad, sin la más mínima gota de amor. Me condenaste Luthor sin darme el derecho a defenderme. Dime qué mierda fui yo para ti en tu vida, acaso me amaste de verás alguna vez. Sal de mi vista y por favor jamás vuelvas a pararte frente a mi otra vez. Márchate Lena por favor, VETEEE. - grita perdiendo la compostura que había conseguido mantener hasta el momento pero Lena no se movió.
- Se que fui un monstruo contigo Kar y tienes todo el derecho del mundo a reaccionar así pero entiendeme por dios. Yo te amo Kara, te amo con la vida por eso me dolieron tanto cada palabra que decía Lex. Cada una de ellas eran como dagas en mi corazón. No te das cuenta que no pensé, no podía creer que todo ese amor que me jurabas fuera mentira. Me negaba a creer que cada vez que me hacías el amor mirándome a los ojos diciéndome que era el amor de tu vida no era más que una vulgar actuación. No podía creer que te estuvieras burlando de mi y de mis sentimientos. Una rabia ciega se apoderó de mi Kara y solo quería que tú también sintieras el dolor que yo estaba sintiendo. - no podía dejar de llorar. - Lo siento amor, fui una tonta.
- En serio crees que algo de lo que has dicho sirve de algo ahora. No creíste en mi amor ni confiaste en mi. No entiendo que hacías junto a mi con tanta desconfianza. Dime Lena, por qué no le rompiste la boca a ese tonto por andar diciendo tantas mentiras de mi, o por qué no me llamaste de inmediato para contarme y entre las dos lo enfrentábamos o lo más simple Lena por qué no levantar el teléfono y preguntarle a tu padre la verdad de todo y ya. Mira todas las opciones que tenías pero que escogió la señora Lena juzgarme de antemano sin saber y considerarme la peor porquería del universo y como tal debía ser tratada. Pues bien Lena esa fue tu decisión, fue lo que tú escogiste solita y aquí están las consecuencias. Nuestro matrimonio acabó, tú lo destrozaste, confundiste todo el amor que te daba con un permiso para destrozarme el alma. Nos mataste Lena y por qué, por no confiar y dejarte arrastrar por tu tonto orgullo. Así que no repitas de nuevo que me amas porque es mentira, si me amarás de verdad no estaríamos ahora en esta situación. Vete por favor, déjame sola.
- Yo te amo Kara. - fue todo lo que dijo antes de dar media vuelta para salir de aquella oficina donde estaba dejando su vida. Las lágrimas eran incontrolables.Kara también lloraba, estaba destruida por dentro al ver al amor de su vida marcharse tan vulnerable algo se revolvió dentro de ella. Algo que le gritaba que corriera y la tomara entre sus brazos y así poder sanar juntas, pero ella decidió callar esa voz e ignorarla. Lena no confío en ella ni en la fuerza de su amor, saber eso le dolió más que cualquier cosa que su esposa hubiera hecho o dicho en estos últimos años. Si era capaz de pensar tan mal de ella no merecía nada, ni su perdón, ni su empatía y mucho menos su amor. Se tapó el rostro con las manos y continuó llorando. En su infinito dolor era incapaz de comprender que ahora ella se comportaba igual que la mujer que juzgaba tan severamente, se estaba dejando arrastrar por su orgullo herido.
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Esclava de lo que callo
Fiksi PenggemarQue sentirá Lena al percatarse que todo este tiempo ha sido injusta con el amor de su vida. Kara podrá aguantar el mal trato de Lena en nombre del amor que le tiene. Se recuperará lo que siempre han tenido o se perderán en el proceso. Los personajes...