Capítulo 19

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Bajé al lobby lo más rápido que pude para encontrarme con Park antes de que los chicos estuvieran listos para irnos. Me senté en uno de los sillones de la entrada y esperé a los demás. Mientras contestaba algunos mensajes, sentí que alguien se sentaba a mi lado. Levanté la vista y vi a uno de los miembros, Suga.

—¿Esperando a alguien importante? —dijo con una sonrisa sarcástica mientras se acomodaba en el sillón.

—Sí, estoy esperando a Park y a los chicos —respondí con una sonrisa.

—Vaya, parece que alguien tiene mucha prisa por ser útil —comentó, examinándome con una mirada desdeñosa—. No te esfuerces tanto; dudo que noten si no estás aquí.

Sentí cómo la irritación subía por mi garganta, pero me obligué a mantener la calma. No sabía de donde venía esa actitud.

—Bueno, todos tenemos un trabajo que hacer —dije, tratando de mantener la neutralidad en mi voz—. ¿Y usted? ¿Qué haces aquí tan temprano? ¿No deberías esperar a los demás? — pregunté tratando de parecer calmada ¿qué le pasaba?

—Solo vine a supervisar. Alguien tiene que asegurarse de que todo esté en orden —respondió, estirándose con un aire de suficiencia—. No todos podemos permitirnos ser tan prescindibles.

La conversación quedó en el aire cuando Park apareció en el lobby, llamándome con un gesto. Me levanté rápidamente, aliviada por la interrupción, me despedí y me dirigí hacia él sin mirar atrás.

— Buenos días, veo que uno de los chicos está listo, los demás deberían bajar en poco tiempo - dijo mientras me compartía uno de los cafés que traía para los dos.

—Claro —contesté. La actitud de Suga me había dejado desconcertada. Sabía que habíamos empezado con el pie izquierdo, pero no creía que eso justificara su arrogancia. Después de todo, él fue el idiota que casi me atropella; si alguien tenía razones para seguir enojada, esa debería ser yo.

Los demás chicos bajaron y nos subimos al vehículo que nos llevaría a la empresa. Al llegar, no pude ocultar mi asombro al ver lo imponente del edificio. Era alto, elegante y al mismo tiempo relajado. Estaba emocionada por estar aquí.

—¿Puedes cerrar la boca? —dijo Suga en mi oreja —. Entiendo que para ti esto sea impresionante, pero para nosotros es solo otro día de trabajo.

Me sonrojé, sintiéndome avergonzada por mi reacción.

—Lo siento, es solo que nunca había visto algo así —murmuré, tratando de recuperar la compostura.

—Pues acostúmbrate, porque estarás viendo mucho de esto, claro, si es que te dan el trabajo, al final, el que toma las decisiones, no es Park. —respondió con desdén, mientras caminaba hacia la entrada.

¿Cuál era su problema? No llevábamos nada de conocernos, pero creí que después de aquella "cena" en la habitación de los chicos, todo estaba bien, incluso cordial. No había necesidad de hablarme así. Sé que debo ser formal y educada, pero tengo mis límites, y Min estaba llegando al suyo.

—Idiota —murmuré. Pude escuchar una risita por lo bajo. Me giré y vi a Taehyung riéndose de la situación. Me reí incómodamente y respiré hondo antes de adentrarme en el edificio. Definitivamente si viniera sola, me perdería

Me dirigí junto a Park a la oficina administrativa, donde el jefe me haría unas preguntas para determinar si estaba calificada para el puesto. Mis manos estaban empapadas en sudor, mi respiración era agitada y mi corazón latía con tal fuerza que podía sentirlo en la garganta. A pesar de mis esfuerzos por ocultar mis nervios, podía notar la mirada alentadora de Park, dándome ánimos para completar la última entrevista. Esta sería decisiva: determinaría si me quedaba en la empresa o tendría que regresar a mi país.

— Señorita, adelante por favor — dijo aquel hombre bien vestido, tomé asiento frente aquella mesa que parecía infinita. Sentada frente a mí estaba el comité de evaluación, compuesto por varios ejecutivos de la empresa, incluido Park, y los chicos, quienes habían insistido en estar presente. Eso me ponía más nerviosa, sobretodo el último comentario de aquel amargado chico. Respiré hondo y sonreí con confianza mientras Park comenzaba con la primera pregunta.

— Hemos notado que te graduaste con honores de la universidad, también hablas más de cuatro idiomas. ¿Podrías comentarnos un poco más sobre tu experiencia y cómo crees que puedes aportar a nuestro equipo? — preguntó Park con una voz amable.

— Claro — respondí — Durante mi carrera, trabajé como traductora y coordinadora de eventos, tuve la oportunidad de participar en muchos de estos. Mi experiencia en la gestión de proyectos y mi habilidad para comunicarme fácilmente en varios idiomas pueden ser bastante útiles para la banda, especialmente en las giras internacionales.

Uno de los ejecutivos asintió y tomó la palabra.

— Hemos notado en tu currículum que también tienes experiencia en relaciones públicas. ¿Cómo manejarías una situación donde la imagen de los chicos esté en juego? — Me tomé un tiempo para pensar en mis siguientes palabras antes de responder.

Todo iba bastante bien, las preguntas eran concretas y sencillas, pude responder todo a la perfección, sin trabarme, sin siquiera sudar o pensarlo demasiado. Pero todo eso se fue a la basura cuando escuché la voz de la persona menos esperada. Había visto de vez en cuando a los chicos, algunos serios dándome una sonrisa de vez en cuando, pero solo uno de ellos se había quedado observando en silencio.

Jimin, quién había estado observando con una sonrisa, intervino con un tono coqueto.

— T/N ¿cómo planeas mantener la calma cuando estés rodeada de tanta...distracción? — preguntó, guiñándome un ojo de manera juguetona.

Sentí un leve rubor en mis mejillas pero mantuve la compostura. ¿En serio me está preguntando eso? ¿Enfrente de todo el comité?

— Estoy acostumbrada a trabajar en entornos dinámicos, con personas de diversas personalidades, por lo que la clave está en la concentración y recordar el objetivo principal, que en este caso es apoyar a la banda y asegurar que todo fluya sin problemas. 

— ¿Qué harías si uno de nosotros, digamos yo, decidiera hacer algo impredecible en medio de una conferencia de prensa? — Claro que tenía que intervenir en mi entrevista y sobretodo con esa odiosa sonrisa arrogante. Tenía que mantener mi compostura a pesar de aquel tono provocador de Min, nadie, ni siquiera el, arruinaría mi oportunidad para conseguir este trabajo.

—Si algo impredecible ocurriera —contesté mirándolo a la cara, poniendo mi mejor sonrisa— mi primer paso sería gestionar la situación en el momento, manteniendo la profesionalidad y desviando la atención de manera diplomática. Posteriormente, trabajaría con el equipo para controlar los daños minimizando cualquier impacto negativo. — Park sonrió, impresionado por mi respuesta.

—Muy bien señorita T/A, sólo una última pregunta, ¿qué te motiva a querer trabajar con nosotros? — Me enderecé en mi silla, sabía que esta pregunta era la más importante.

— Lo que más me motiva es la oportunidad de contribuir al éxito de un grupo tan influyente y talentoso como ustedes. Creo en el poder de la música para conectar con las personas y estoy emocionada por formar parte de eso. Además, admiro la pasión y compromiso que los chicos demuestran, y me encantaría formar parte de ese equipo.

Todos los presentes intercambiaron miradas de aprobación. Park y Bang Si-hyuk se levantaron y extendieron su mano hacia mi.

— Muchas gracias señorita, apreciamos sus respuestas, consideraremos su candidatura — dijo aquel hombre de anteojos y sonrisa amable. Di las gracias, una reverencia a los presentes en la oficina y procedí a salir de la sala, mientras lo hacía, Suga me lanzó una última mirada evaluada. Salí de aquel lugar sintiendo una mezcla de alivio y anticipación, sabiendo que había dado lo mejor de mí y esperando con ansias la respuesta.

8/7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora