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La cena de rosas y dragones

helen's perspective

Estaba preparándome para la cena de esta noche con los Tyrell, quería hacer una buena impresión. Miraba algo decepcionada a todos los vestidos que tenía en mi armario, ninguno de ellos me acababa de convencer del todo y eso era un gran problema. Estaba a tres horas de la cena y no sabía que ponerme. Normalmente no era tan indecisa, pero sabiendo lo importante que era esta cena políticamente para el Reino. Ya que la razón disfrazada era solamente de asuntos reales, pero la realidad era otra muy diferente. En los últimos años, las relaciones diplomáticas con Dorne no habían mejorado mucho y habían tenido sus retrocesos. Cuando llegó al oido del rey la noticia del compromiso entre el Príncipe Morgan Martell y Lady Elaena Tyrell, se vio como una amenaza para la corona. 'Un posible intento de rebelión.'
como dijo mi abuelo. Ya que claro, si los dornienses se osaban a declarar la guerra a la corona y tenían la posibilidad de reforzar sus tropas con las de la Casa Tyrell. Nadie acabaría para saber el problema que sería eso.

Y tampoco nadie sabía que estaba muy segura de que los dornienses no iban a meter al Reino en una guerra devastadora, solamente no les gustaba cuando el orgullo suyo era mancillado o humillado y se lo tomaban a pecho. Pero nadie dijo que tuvieran intenciones de guerra, eso se lo inventaron los hombres inútiles del Consejo.
Te preguntarás cómo lo sé todo esto, porque conozco muy bien a Morgan Martell, es un hombre del tipo que el último recurso sería la guerra. Así que no iba a comenzarla.

—¿Qué vestido crees que debería de llevar Talia? No hay ninguno que me convenza del todo.—le pregunté a mi dama de compañía.—Todo es tan verde.

—Bueno esa la gama de colores que su majestad cree que le favorece más.

—Ya pero ¿cuál debería de usar?

—Le podría sugerir este.—dice Talia sacándolo del armario. Era un precioso vestido largo verde de tul y mangas largas de tul también, con detalles florales de cintura para arriba.—Este vestido le suele favorecer mucho más a usted, la princesa Helaena tiene muy buen gusto.

—Este será, se me olvidó que lo tenía. Prepárame el vestido y un baño como me gusta.

—Como usted desee, su alteza.

Esperé a que trajesen la bañera junto con los jabones y todos los aceites con olores a rosas que a mí me encantaba. Cuando lo hicieron, me o en el agua hasta cubrir mis pechos mientras me lavaban primero la cabeza y me hacían un masaje en mis brazos extendidos a la vez. Luego me apliqué bien el aceite, secándome el cuerpo y pelo a la vez. Bueno, el pelo se secaría solo. Retiraron la bañera de mis aposentos y ya me estaban ayudando a vestirme, para este punto ya pasó una hora y media. "¿Dónde estará Aegon?" pensé para mis misma. "¿Por qué te preocupas si seguro está con otra puta de la Calle de la Seda que le ha dado un montón de bastardos?"

Mis oraciones fueron respondidas, ya que Aegon apareció sobrio en la puerta con unas pintas más o menos presentables comparado a lo que yo me estaba imaginando. Las criadas estaban ayudando a vestirme cuando Aegon les ordenó que se retiraran de la habitación.

—¿Qué haces Aegon? Sabes que solo queda una hora y media para la cena y aún no me he hecho el pelo o si quiera terminado de vestirme.—le cuestioné mientras se acercaba a mí sin inmutar una sola palabra.

—Te voy a vestir yo.

—¿Oh enserio? ¿Ahora vas a hacer el trabajo de Belinda y Amanda?—pregunté sarcásticamente. Aegon se acercó por detrás y empezó a hacer los nudos del vestido. Suspiraba por el rozamiento de su mano en mi piel.—Aegon para.

𝐇𝐄𝐋𝐄𝐍 𝐎𝐅 𝐓𝐑𝐎𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora