𝐇𝐄𝐋𝐄𝐍 𝐎𝐅 𝐓𝐑𝐎𝐘

09

Amor de antaño

helen's perspective

Amar a alguien no debería doler. No debería angustiarte tanto saber que cuando no está en tu cama, está con otra en un burdel. Se suponía que yo ya sabía de sus actitudes poco caballerosas y la falta de lealtad que demostraba diariamente, lo sabía y aún así me permití enamorarme de Aegon. Un error del que me daba cuenta ahora, uno que quizás me persiga el resto de mi vida junto a él.

—¿Aún estás despierta?—me preguntó él tras entrar por la puerta. No me molesté en responderle y rodé los ojos ¿Cómo pretendía resolver nuestros problemas si salía por las noches?—Háblame Helen. Helen.

—Estoy leyendo Aegon, no me molestes con tus mentiras.—respondí irritada.

Escuché como se acercó a mí, aunque me seguí negando a levantar la cabeza de mi libro. Si tanto pretendía venir aquí a rogar por mi perdón, no estaba haciendo un buen trabajo.

—¿Por qué estás molesta ahora?

—¿Por qué no lo estaría?

—Helen.—dijo dándose una breve pausa.—Lo he intentado todo pero tú tampoco das de tu parte, eso no es justo.

—Lo que no es justo es que salgas todas las noches sin avisarme o decirme a dónde vas, aunque eso obviamente ya lo sé. No te satisfacían las de Desembarco, ¿que tienes que venir a Dorne también a compartir una cama con sus putas también o que?

—¿Crees que he ido a burdeles aquí?

—Sino, ¿qué más estarías haciendo?

Finalmente levanté mi cabeza, solo para encontrarme con su mirada fijada en mí. Observándome minuciosamente. Un hilo de desconfianza y dolor se empezaba a helar entre nosotros, apartándome emocionalmente más de él. '¿Crees que he ido a burdeles aquí?' sus palabras resonaron en mi cabeza, en busca de algo que me demostrara lo contrario pero no fui capaz de encontrar nada. Esto era un hecho. Ya no confiaba más en Aegon, siempre me mintió desde el primer momento, diciéndome que no quería hijos cuando sí que los quería. Lo que no lograba comprender era porque un hombre como él se había contenido estos tres años. De todas las veces que me podía haber forzado, no lo hizo.
¿Por qué?

Me demostraba amor de esa manera y ahí mismo también me lo negaba de otras miles.

—Decías que querías arreglar las cosas, pero solo nos estás alejando más y más.—le contesté tras el largo silencio.—Eres igual al resto de hombres, ¿cómo pude llegar a pensar que eras diferente?

Las lágrimas debido a la decepción y frustración amenazaron de salir, me levanté para tratar de recomponerme. Me sentía tan ingenua de solo haber pensando por un minuto en nuestra conversación en la que me prometió que cambiaría, que me demostraría su amor a mí.
Sus palabras, no las mías. Encima ni le pedí que me fuera leal, sino que dejara de hacerme daño. Que fuera un hombre tan pero tan decepcionante que dejara de amarlo. Para desgracia mía, daba igual si hacía algo bien o mal, lo seguiría amando. ¿Por qué los dioses eran tan crueles y me hacían amar incondicionalmente a un hombre como Aegon?

Él tomó mi muñeca, con una suavidad que no conocí de él para no hacerme daño.

—Te lo juro que no he estado en ningún burdel aquí, he regresado tarde por otras razones.—me dijo pero no era capaz de creerle.