𝐇𝐄𝐋𝐄𝐍 𝐎𝐅 𝐓𝐑𝐎𝐘

13

La caída de un príncipe

everyone's perspective

—Todos nos están mirando, hubieran sido más apropiado que siguiera bailando con su futura esposa príncipe.—comentó Helen mientras los ojos de todos los invitados estaban fijos en ellos, en como justo ellos dos bailarán juntos lo que significaba. Ya que no había ni una persona que no supiera del incidente que sucedió entre Jacaerys, Helen y Aegon.

—¿Príncipe? Llámame Jacaerys.—respondió.

—Sería inapropiado.

—Seamos inapropiados.—esas palabras le obtuvieron una pequeña risa de la princesa, quien le encantaba el nuevo cambio de actitud de su sobrino.—Lo digo enserio.

—Está bien 'Jacaerys'

—Además, me podría importar menos lo que la gente pensase de mí. He escuchado sus murmullos toda mi vida y eso no va a cambiar, ni aunque me convierta en rey.—le dijo en un tono de voz baja en Alyo Valyrio.

—No deberías de haberlos escuchado.

—¿Cómo no? Si están por todos lados, incluso enfrente mía Helen.—remarcó el príncipe.

Justo entonces la pieza de música terminó y aunque estaban tentados a bailar una pieza más de música si eso les permitía hablar libremente entre ellos dos, debido a la fulminante presencia del príncipe Aegon y la mirada de desaprobación de la Reina Alicent de la cual Helen se percató, decidieron no hacerlo y así no arruinar la noche. Había algo curioso, la princesa Rhaenyra estaba bastante complacida con la interacción al contrario de la reina. Una cosa que se debería debido tomar en cuenta al futuro. Él le beso la mano como forma de despedida, mientras que ella le dedicó una brillante sonrisa por alegrarle al menos unos minutos de la celebración.

El príncipe se giró para encontrarse a su comprometida con una cara de pocos amigos tras seguramente verlo bailar con Helen, aunque a lo mejor fueran celos, él nunca le prometió amor. Poco pudo preguntarle cuando Baela se fue de la Sala Principal sin si quiera dedicarle una mirada. "Ya la has cagado Jace." se dijo a sí mismo mientras la seguía detrás.

—Baela, ¡Baela!—exclamó, finalmente capturando su atención. Se encontraban en las escaleras que se dirigían a los aposentos de la familia real en el Torreón de Maegor.

—¿Qué quieres Jaecerys?

—Quiero que hablemos. Lo de esta noche, lo cual no sé si quiera por qué te molestó, solo fue un acto de amabilidad. No la conoces como yo lo hago, Baela.—al príncipe se le escapaba el aliento mientras hablaba y pretendía acercarse a su prometida.

—¿No la conozco como tú lo haces? ¿Enserio Jace?—su tono de incredulidad lo hacía sentirse atacado más bien.—¿Desde cuándo es que la conoces tú? Por qué parece que desde que supimos que nos iban a comprometer a ahora, ha cambiado mucho vuestra relación.

—¿Estás insinuando algo Baela?

—Estoy diciendo lo obvio. Niégame que hace unas semanas la odiabas por el maltrato que sufriste bajo ella o sus hermanos y ahora parece que...—no pudo terminar su oración por el miedo de hacerlo realidad. Veía que las lágrimas de frustración estaban en los bordes de sus ojos, sin más que decir entre los comprometidos, ella se fue corriendo a sus aposentos.