𝐇𝐄𝐋𝐄𝐍 𝐎𝐅 𝐓𝐑𝐎𝐘

17

De enemigos a enemigos

aegon's perspective

—Me temo que no entiendo.

—No esta para que entiendas, solo sigue las instrucciones y todos aquellos que amas vivirán. Es sencillo, vosotros hacéis todo demasiado complicado con las preguntas.—suspira la voz esa de nuevo.—Solo mantente con seguir las instrucciones.

—¿Como puedo confiar en lo que dices?

—Deberías de mostrárselo.—dijo otra voz diferente.

—No lo aguantará, ese patan es demasiado débil, el castaño debería de quedársela, él no la merece.—contrarrestó otra voz femenina que estaba repleta de oído hacia ¿él?

—Serás la diosa del amor y el hogar pero eso no está prescrito en las estrellas.—dice otra voz proveniente de una llama, todas las voces lo hacían y Aegon permanecía impasible en el medio de catorce llamas.

Pensaba que estaba alucinando, que se habrá tomado tanto alcohol que sus alucinaciones estaban hablándole. No comprendía nada de lo que decían y esto no era algo típico suyo, normalmente eran cosas más obscenas las que imaginaba. Estaba en un lugar completamente negro a parte de las catorce llamas que lo rodeaban y le hablaran como si fueron personas, y no persona a la misma vez.

—Se lo mostraremos.—impuso una voz en medio de la pelea de las otras dos.—Humano, lo que vas a ver a continuación será aquello que sucederá a aquella que amas si no haces como te ordenamos.

—¿Aquella que amo?

—Tu esposa idiota.—dijo la voz femenina con irritación a él.

—¿Helen?—musita Aegon.—¿Qué tiene ella que ver en todo esto?

—Todo, ahora lo verás.

De repente empezó a ver varias visiones o sueños de manera consecutiva, uno detrás de otro, una puñalada tras otra: la primera fue de una mujer rubia en el suelo de una habitación muy familiar, había un charco de sangre a su alrededor; la segunda vio a esa misma mujer pero ella estaba siendo retenida en los brazos de un hombre rubio y acto siguiente va a los brazos de un hombre castaño; la tercera vio a esa misma mujer un poco más mayor y estaban en la playa de una isla, se encontraba sentada en la orilla murmurando cosas y se acercó el hombre castaño de antes. No había rastro del otro hombre; la cuarta vez veía a la misma mujer en los brazos del otro hombre en una sala con un trono detrás, se le veía rota, como si alguien que ella amase hubiese muerto; la quinta veía a la mujer fallecida sobre una cama, el otro hombre llorando a su lado.

—¿Qué ha sido de la mujer?—preguntó por instinto, esas escenas eran desgarradoras a un nivel humano y personal.

—Dirás tu mujer.—murmura la voz femenina.

—Silencio Meleys.—demandó la primera voz y esa llama se apagó un poco.—De vuelta al asunto, humano, has visto lo que pasará si no obedeces nuestras órdenes: mantente al lado de tu esposa y no dejes que se vaya de tu lado, eso significa también hacer que ella no desee irse de vuestro matrimonio a la vez.

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Tras esa extraña conversación con las Catorce Llamas parlantes abrió los ojos de un largo sueño—o lo que a él le pareció un largo sueño.—porque escuchó la dulce voz de su esposa decir: "Eso no escuchó posible, madre tenemos que tener más fe. Aegon no puede haber muerto." y su madre acto siguiente diciendo: "Ha dejado de respirar por más de cinco minutos antes, Aegon no despertará si no lo ha hecho en los últimos días. Es lo que ha dicho el Gran Maestre." "¿Ya te has dado por vencido con tu propio hijo cuando yo misma no lo he hecho? Hay que intentar de todo, yo vi que Aegon se despertará." "Fueron sueños solamente."
"No lo fueron, era la realidad madre. Aegon despertará porque yo necesito que despierte y viva para yo vivir también. Sin él no puedo."